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El salón estaba patas arriba, todo el alumnado corría y los momentos de tranquilidad eran escasas. Hyuck deseaba que de una buena vez todo acabara, estaba feliz de que llegara el festival, pero ello ser retrasado, la fecha límite para la preparación no estaba tan lejos.

Se sentía presionado, demasiado. No podía ver a ninguno de sus amigos a excepción de Mark, con quien comparte salón. Y ni hablemos de Renjun. Desde aquella conclusión extraña que sacó el chino no habían hablado, ni por mensaje, no contestaba a los suyos y no lo presionaría.

Obviamente se lo comentó a sus amigos que solo rieron ante la situación, sin prestarle atención a la desesperación que sentía. De acuerdo, Renjun tiene pareja y posiblemente le esté dando muchas vueltas al asunto del posible enamoramiento hacia su persona, capaz se está ilusionando más de la cuenta, pensando que con sus movimientos actuales tendrá al chino flechado, capaz todo está únicamente en su cabeza.

Suspiró.

"¿Por qué inflas tantos globos amarillos?", sintió una voz conocida muy cerca de su oído. "Yo recuerdo que la delegada dijo que inflemos los globos verdes."

"Mark."

"Ese mismo", se sentó justo frente a él.

Comenzó a reventar los globos que había inflado su amigo sin quitarle la mirada de encima, él no se veía para nada bien. Mark lo sabía, no era ningún ciego y Donghyuck no era una persona muy difícil de leer. Era muy... transparente. Y es por eso mismo es que aún se preguntaba cómo Huang no captaba sus intenciones. "¿Todo bien?", se atrevió a preguntar.

Asintió mientras sacaba los globos verdes para comenzar nuevamente con su tarea, pero no podía seguir de esa manera. Dejó todo lo que hacía y miró a su mayor. Ambas miradas se conectaron y no tuvo que pasar ni un segundo para que Mark abrazara a Hyuck, quien se quedó con la palabra en la boca y los ojos a un parpadeo de estallar.

"Todo bien", respondió a duras penas, entrecortando sus palabras. A lo que Mark rio, asintiendo.

"Claro, amigo. Todo bien."

La noche había acabado, estaba tan cansado que ni siquiera se molestó en cenar. Su madre entró en su habitación, dejando un pequeño bocado para que no estuviera con el estómago vacía, yéndose luego de darle una dulce caricia en la cabeza. Tenía mucha suerte de tener a esa mujer como madre.

Se sentó frente a su escritorio, encontrándose con los papeles regados. Se echó en el espaldar de su silla, casi cayéndose por el importuno movimiento. Sonrió mirando al techo. Estaba realmente agotado.

"Te veo muy estresado, mi pequeño yo", se sobresaltó ante las palabras ajenas, cayéndose por completo de la silla. Lo miró asustado, para luego cambiar su semblante a uno enojado. "Oops, creo que debí saludar primero."

"¿Qué haces aquí?"

"No. ¿Qué haces tú aquí?", ladeó su cabeza confundido. "Es broma, yo fui quien se mudó a tu cerebro. ¡Bueno! Técnicamente estás durmiendo ahora y ehm... te siento muy tenso, ¿no quieres un masajito?", en un chasqueo de dedos Hyuck ya se encontraba en una camilla de masaje, semidesnudo y con velas aromáticas alrededor.

"¡¿Qu-qué crees que haces?!"

"Tranquilo, cariño. Te va a sentar muy bien."

Casi vomita ante aquella horrible imitación de voz aguda por parte del mayor. Se levantó de la camilla y con otro chasquido dedos su cuerpo fue devuelto a la camilla sin opción de poder levantarse. Era muy traumático que tu versión mayor esté dándote masajes.

"Uh~", canturreó el mayor. "Tu cuerpo está tan tenso... ¿Comenzaste a trabajar o algo así?", negó lentamente Hyuck. "¿Arreaste vacas?", nuevamente negó. "Oh... ya sé. ¿La festividad escolar?"

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⏰ Last updated: Jun 16, 2023 ⏰

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una nueva oportunidad para amar | renhyuckWhere stories live. Discover now