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—¡Tenemos a un tomatito por aquí!

—Ay, ¿y esta rosita de dónde salió?

—Te ves tierno, Haechan.

El mencionado lanzó un grito de frustración mientras cubría su rostro tras su cuaderno. Se arrepentía demasiado de haberles contado a sus amigos sobre el casi beso con Renjun, pero estaba tan emocionado que ni se dio cuenta de cuándo abrió la boca.

Tampoco es como si pudiera ocultar la inmensa felicidad que yacía en su cuerpo. Besar a Renjun. Una de sus más grandes metas. La sonrisa no podía borrarse así de fácil.

La campana sonó, era hora de entrar a clases. Tocaba educación física y, como ya se estaba haciendo costumbre, el salón de Lee y el de Huang se juntaban. Era más divertido de esa forma, también podía ver a Jisung, aunque era siempre jalado por Chenle.

Se estiró en su sitio, era el último en salir de su salón. Le daba mucha pereza cambiarse, pero el solo pensamiento de pasarla con Renjun le ganaba a toda la pereza de su cuerpo.

Tomó su cambio de ropa, silbaba mientras movía su cuerpo a la melodía de las partituras que había hecho Jeno. Se sentía muy motivado, podría hasta tocar la inspiración que tanto había esperado. —¿Eres Lee Donghyuck? —se quedó inmóvil en su sitio. ¿De dónde había salido esa voz? Volteó su cuerpo para mirar a intruso, asombrándose al ver su rostro—Doyoung... —dijo inaudiblemente.

El recién llegado se acercó a Hyuck, mientras que este solo retrocedía. No quería involucrarse con tipos como él. Llegó a un punto en donde su espalda chocó contra el pupitre del profesor. Ambos muchachos se vieron a los ojos, uno más nervioso y asustado que el otro.

El aspecto de Doyoung era de una persona que no lastimaría ni a una mosca, pero Lee sabía que no era verdad. Sabía que heriría si es que eso significa ganar. Él lo sabía. Su yo del sueño lo sabía perfectamente.

—Tranquilo... —habló en un tono bajo— Solo quiero hablar contigo sobre algo.

"Corre, corre. No lo escuches."

Al no obtener respuesta por parte de menor, Kim respiró hondo. Se acercó más al contrario, jugando con sus propias manos—. He escuchado el rumor de que te gusta Huang Renjun.

"¡No lo escuches!"

—Y, descuida, no se lo diré a nadie. Solo necesito que me ayudes, ¡que unamos fuerzas! —Su visión se distorsionaba. Parpadeaba rápidamente. Podía ver el rostro de Doyoung, como así también de aquel Doyoung que fue golpeado por sus propias manos—. La verdad es que desde hace mucho tiempo me gusta Jungwoo. —Miró sus manos, se teñían de rojo. Nuevamente el dolor insoportable en su cabeza. Quería escapar.

El de cabellos negros seguía en su monólogo, pero no podía escucharlo, no cuando dentro de él algo se rompía. Podía sentir la inmensa tristeza que un día lo hundió. "¿Por qué, Doyoung? ¿Por qué lo hiciste?".

—¿Qué dices, Lee?

Un chasquido frente a su rostro lo despertó. Se veía normal, ya no había ningún daño sobre su rostro. Sus manos también estaban limpias, pero temblaban de una manera sobrenatural.

—¿Qué está sucediendo?

Una tercera voz entró en escena. Estaba tan metido en sí y en la profunda mirada que Kim le brindaba que ni escuchó los pasos. Renjun se encontraba en la puerta de su salón con el ceño fruncido, confundido y hasta podría expresar molestia.

Dong no lo pensó dos veces. A pasos temblorosos caminó hasta Huang. Quería gritar, hablarle, sonreírle, pero sentía que se ahogaba. Necesitaba salir de ahí. Sin embargo, su escape paró unos segundos, una mano paró sus movimientos. Miró al implicado y se encontró nuevamente con esa imagen sangrienta—. Donghyuck, ¿acaso no ves la oportunidad que te estoy dando?

una nueva oportunidad para amar | renhyuckWhere stories live. Discover now