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—Haechan. ¡Oye, Haechan! ¡Lee Donghyuck!

Paró de correr al llegar a los baños y se encerró en un cubículo. Su cabeza dolía y sentía como su estómago se revolvía. Se fue deslizando hasta quedarse sentado en el frío suelo, abrazando sus piernas.

Dude? ¿Qué es lo que sucede?

—Yo... Solo necesito pensar.

—¿Pensar sobre qué?

Hyuck fue cohibiéndose más en su sitio. Él aún no sabía con certeza que es lo que debería estar pensando o que es lo que ocurría dentro de él. Era un combinación de tristeza y furia. Y sí, era consciente de que la noticia de Renjun estando con Jungwoo lo había entristecido, pero nunca creyó que dolería tanto.

Decidió salir cuando la campana sonó. Tenía que afrontar a Mark. Era obvio que lo llenaría de preguntas después de salir corriendo de esa forma. Se mentalizó mientras abría lentamente la puerta para encontrarse con su amigo haciendo una ovación en mute así mismo.

—¿Otra vez haciéndola de cantante?

El canadiense saltó del susto, sonriéndole al verlo fuera del baño—. ¿Sabes? Yo también pienso que los baños son terapéuticos.

Ambos rieron.

La siguiente clase que tocaba era educación física. Y realmente creyó que hoy el mundo conspiraba en su contra. Recordaba a la perfección el horario de Huang, así que tenía en cuenta que a ellos les tocaba a la misma hora la misma clase pero con diferentes profesores.

—Renjun...

¡Pero justamente ese día ese maldito profesor debía enfermarse!

—¡Lee Haechan! —canturreó a lo lejos el castaño.

Haría como si no lo hubiera visto. No le gustaba para nada verlo agarrado de la mano de ese estúpido con cara de santo. Tenía un mal presentimiento, pero lo ignoró completamente. Estaba celoso, sí. Él debería estar tomando la mano de su querido Renjun, no ese degenerado.

Y su intento de ignorarlo hubiera resultado a la perfección de no ser porque a Mark se le dio la gran idea de tomarlo por el brazo y acercarlo a la fuerza.

—¿Qué estás haciendo? —susurró fastidiado.

—¿No se nota? Te ayudo, imbécil —mantuvo una expresión de confusión hasta que llegaron frente a la pareja—. ¡Renjun! ¡Jungwoo! Felicidades por ser la primera pareja gay de la escuela.

Se quejó ante el golpe de Haechan, quien con la mirada gacha lo maldecía de las mil y un formas posibles.

—Felicidades —dijo a secas, haciendo que el ambiente se tense.

No quería felicitarlos por nada del mundo, es más, hubiera tomado y sacado al castaño de ese lugar frente a todos, para que así sepan que él estaba muy disconforme con esa relación. Odiaba tener que verlos tomados de la mano, hacía que todo su ser se calentara de la rabia, ¿pero qué debería hacer?

Era muy fácil notar su incomodidad y, aunque lo niegue, quería que se notara.

—Eso no suena como unas verdaderas felicitaciones, Hyuckie —habló el desgraciado.

—Oh, perdón, es que olvidé traer el pastel, el confeti y una orquesta para celebrar que son pareja —rió con sorna— A la próxima lo haré.

Se quedó congelado en su sitio. ¿De verdad había sido capaz de decir algo así? Todos los valores que les inculcó sus padres se fueron por el caño en esos segundos. ¿Qué le pasaba? ¿Qué pensaría Renjun por decir eso?

una nueva oportunidad para amar | renhyuckWhere stories live. Discover now