ADAPTACIÓN: ❝¿Quién dice que un chico malo no puede caer ante los encantos de SeungMin?❞
Kim SeungMin es considerado el omega más precioso de toda la preparatoria. Un día como cualquier otro, llega un nuevo estudiante, un típico bad boy que despiert...
—¡No huyas, bueno para nada! —los gritos incesantes del alfa no paraban nunca, y obviamente las ganas de seguir corriendo para SeungMin aumentaban palpablemente.
Luego de un par de crueles segundos, el rubio percibió no muy lejos de él, la gloriosa y gran puerta de su salón. Aquella que sería su salvación ante cualquier ataque que Chan quisiera hacerle. Festejó internamente al notar que estaba entreabierta, por lo cual su llegada sería estruendosa pero muy significativa para él.
Cualquier cosa lejos del castaño era bien recibido.
Sin embargo, su proyección para el futuro cercano se vio interrumpida cuando el rector de disciplina y valores, se interpuso en la puerta, haciéndolo detener abruptamente.
—Joven Kim. ¿Qué cree usted que hace? —rápidamente lo tomó de la muñeca, reforzando el agarre.
—B-buenos días, señor Chang.
El sonido potente de un silbato resonó junto a otro grito. —¡Oiga, joven Bang. Diríjase hacia acá!
Para el omega ya no era novedad alguna que el rector supiera los nombres de todos los alumnos, al fin y al cabo ese era su trabajo: procurar por el orden y el cumplimiento de las normas que incumben a los estudiantes, ya sean nuevos o antiguos en la escuela.
Chan bufó desde la cierta distancia que tenía con los otros dos. —Ni de broma me acerco —murmuró para sí mismo.
— ¡Acérquese en este mismo instante! —volvió a gritar, enojado por la desobediencia del castaño.
—¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es todo este escándalo? —cuestionó de repente el profesor Do, cerrando la puerta detrás de él para observar a su alumno junto al rector.
—Buenos días, maestro Do. Ciertamente lo que pasa aquí es alarmante, el joven Kim ha estado atravesando el pasillo de manera indisciplinada junto al estudiante recién ingresado.
Do mostró una mueca escéptica, no podía creer que uno de los mejores de su clase estuviera haciendo tremendo desorden.
—N-no es así. Bang Chan estuvo siguiéndome, él q-quiso golpearme.
— ¡¿Qué, cómo es eso posible?! —de inmediato Chang se alarmó, mirando nuevamente al alfa castaño—. ¡Venga en este mismo instante, ahora! —gritó con aura demandante.
Chan en cambio estaba por huir, de no ser porque la odiosa voz de su primo se coló por su mente.
"¿Quieres meterte en más problemas?"
"¡Chan, tus padres dijeron que si recibías una queja más por parte del director ya no volvían a matricularte en otro colegio! ¡¿No crees que ya es mucho?!"
Y quizás lo que más odiaba es que JeongIn tenía malditamente la razón.
—¡Bang Chan, es la tercera y última vez que lo llamo por voluntad propia!
El mencionado frunció el labio, lanzando una mirada de odio hacia el omega. Al parecer una enemistad se había creado.
—Buenos días —habló con desinterés.
—Es usted muy inteligente al venir, joven Bang —el rector soltó a SeungMin para colocarlo cerca del alfa, ambos vigilados también por la mirada neutra del maestro Do—. Porque me acabo de enterar que usted agredió a un alumno días antes y, ahora, anda violentando la tranquilidad del joven Kim.
— ¡¿Qué?! —exclamó enojado. Era claro que lo primero dicho si era cierto pero... ¿Violentar contra SeungMin? ¡Eso no era cierto!
—Dos incidencias en menos de una semana, sumando una tercera si es que cuento sobre su reacia actitud a desobedecerme por sobre lo permitido en este colegio.
—Ajá, sí. —susurró, cruzándose de brazos para escuchar el posible sermón que le dirían comúnmente. Ahg, estaba tan aburrido de eso.
—Joven Bang, le pido su atención a esto. No estamos jugando ninguna broma y tampoco soportaremos actitudes como la suya —aclaró Do—. Por lo que a mí respecta, debido al haber interrumpido mi clase y siendo exactamente mis alumnos a esta hora de la mañana, les dejaré un extenso trabajo de investigación y exposición que valdrá la mitad de su promedio en este bimestre.
— ¿Qué? P-pero profesor... —SeungMin intentó quejarse, él nunca había sido regañado y mandado a hacer tal tipo de actividades repentinas.
—Y según el libro de reglas y sanciones reescritas por el comité de disciplina, ambos alumnos: Bang y Kim, quedan sancionados con ayudar al servicio de limpieza en este centro cuando la jornada estudiantil termine.
— ¡Me deben de estar jodiendo! —gruñó el castaño.
— ¡Joven Bang! Le prohíbo que ande manipulando ese vocabulario soez en el colegio o me veré obligado a mandarlo a la oficina del director. Los espero a ambos en el horario de salida para hablar más sobre el tema. Cuidado con pasarse de listos y escapar, tengo registrado los números telefónicos de todos los padres de familia —advirtió seriamente—. Bueno, profesor Do, lo dejó encargado de ambos. Hasta luego.
—Bang, Kim —los llamó—. Al salón, ahora.
Los aludidos siguieron el paso del maestro, dándose leves empujones en el proceso.
—El trabajo que mencioné allá afuera —habló pausadamente ni bien tomó asiento, cerciorándose de que los demás estudiantes siguieran con la lectura—, lo harán juntos.
— ¡¿Qué?! —chillaron al unísono.
—No, no, no. Profesor Do, no me haga esto, puedo cumplirlo, pero yo solo, por favor; por favor —empezó a rogar el omega, con las palmas juntas y la mirada arrepentida—. Nunca volveré a causar molestias, pero por favor, déjeme hacer mi trabajo de manera individual.
Chan rodó los ojos. No pensaba hacer ninguna mierda.
—No hay objeciones, lo harán juntos y ya. El comportamiento de ambos deteriora la disciplina estudiantil como todos los jóvenes que se atreven a hacerlo. Joven Kim, usted sabe cómo manejo a los alumnos y cuáles son sus sanciones —lo observó fijamente, dejándole en claro que era la autoridad máxima en esas cuatro paredes—. Así que todo reclamo es en vano, les daré un tema y ustedes me lo presentarán en tres semanas.
SeungMin hizo un—casi—imperceptible puchero. ¿Cómo se supone que haría ese proyecto con Bang?
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