One shot-Teen Wolf

9/ Liam Dumbar

- Escuchame bien, Raeken- lo mire directo a los ojos. Cuando tuve su atención segui- Ya no más, ya no más engaños, ya no más mentiras, ya no más.

- Lo siento- murmuró apenado.

Rei sin ganas.

- Se que lo sientes, pero ya es tarde, tocaste fondo con Liam.

El frunció el ceño, empezando a reír.

- Que es lo gracioso?

- Por supuesto que tenía que ser el.

- No comprendo.

- Te ayude con los jinetes, al igual que a la manada, estuve con ustedes contra los cazadores creyendo que volveríamos. Pero me di cuenta de lo equivocado que estaba, al verte mirarlo con tanto amor.

- Es mi beta- dije con obviedad- El...

- Lo entendía al principio, creeme- mascullo- Pero vi la furia y el odio con el que me miraste cuando te enteraste que fue por mí culpa- hizo una leve mueca- Que el haya dejado a vulnerable a Scott.

- Creíste que te miraría con amor, cuando mataste- recalcando lo ultimo- a mi hermano?

- Claro que no- defendió- Pero me odiaste aún más cuando involucre a Liam. Recuerdo que lo mirabas con adoración y cuando me volví en contra suyo, tu...te refugiaste en el.

Negué, pero él no paro.

- No digo que desarrollaste sentimientos por el, no. Estoy diciendo que fue en ese momento cuando te diste cuenta que era lo que realmente sentías por el. Ya no es tu pequeño beta que protegias sobre todos, ahora es el chico al que te niegas aceptar lo profundamente enamorada que estás.

- Theo- supliqué.

- Sólo, aceptalo- pidio- No sabes cuánto lamento haberte lastimado , a ti y a tu manada, cuánto lamento haber rompido tu confianza. Pero si puedo hacer algo es esto. No te consumas, deja que el te ame, tanto como tú lo amas.

Lo miré profundamente a los ojos, asintiendo levemente.

- Lo haré.

Pareció aliviado, le di una pequeña sonrisa por eso.

- Gracias, brujita.

Me despedí, sin saber si lo volvería a ver o no.

- Hola, cachorro- saludé a Liam.

Scott me contacto diciendo que Liam habia tenido problemas con el equipo y no lograba encontrarlo. Lo tranquilice teniendo una idea de dónde podría estar.

El mirador de Beacon Hills.

Ese era el lugar donde solíamos ir luego de las primeras lunas llenas de Liam.

Me senté a su lado en el suelo, jugando distraídamente con la hojas sueltas de los árboles de alrededor.

- Hola, Bonita- murmuró mirando la ciudad frente a nosotros.

- Que pasó, cariño- indague, acariciando su cabello suave.

El volteo para mirarme con esos intensos ojos claros como el océano, igual de profundos.

Es el tipo de profundidad que deseas que te consuma y no te suelte.

Aguante la respiración durante unos segundos admirándolo.

- Te quiero- murmuró de la nada, dejándome inmóvil.

Me quedé en blanco, luego reaccione creyendo que lo decía sólo por nuestra amistad.

Un poco herida y decepcionada le respondí que yo igual.

- Te amo, Lobita- aclaro, inclinándose hacia mi.

- Tal ves estás confundido y...

Me beso, impacto sus labios con los míos en un beso apasionado, sin nada inocente que representa al chico junto a mi. Y eso me gustó más de lo que quisiera admitir.

Al principio me quedé quieta, sorprendida.

Pero solo fueron segundo para que siguiera el ritmo del beso. Nos separamos por falta de aire.

- Te amo- repitió mirándome con sus hermosos ojos brillando en dorado.

- También te amo, cachorro-le sonreí, me devolvió el gesto con una mirada boba.

Sentí mi pecho calentarse ante la sensación de calidez.

Me recostó en su pecho con una pequeña sonrisa. Nos sumimos en un silencio, que luego de unos minutos Liam rompió.

- Hablaban de ti.

- Que?

Suspiro, me incorporé prestándole atención. Espere pacientemente a que me contara sin presión. Se pasó la mano por el cabello, desordenandolo levemente.

- Algunos de los chicos del equipo- empezó- Hablaban de ti.

- Oh- eso no lo esperaba.

- Decían cosas como "Que buena que esta la chica Mccall", " Debe ser buena en la cama", "Ojalá fuera mía"-los imitó con amargura- No era ninguno de los muchachos, eran del equipo contrario que se preparaban en los vestidores- aclaro, debió ver mi reacción.

No era extraño que me lastimara si alguno de los chicos de mi equipo, dijera o pensará eso de mí.

No cuando soy la única chica que tratan como una hermana, o soy la única chica que piden consejos, la mayoría me coquetea pero nunca de verdad o con malas intenciones.

- Me parecía- ninguno de mis muchachos diría eso sobre mi.

- Me enfureció que hablaran así de ti.

- Haci que...

- Los golpee.

No pude evitar sonreír .

- Mi héroe.

Me miró sonrojado.

- Sólo no quiero que nada te pase.

- Lo se, yo hice cosas peores por ti, Li.

- Enserio?

- Si...no sólo eres mi beta. Eres mi maldita debilidad, Liam- sujete su rostro suavemente entre mis manos- Escúchame, si te pierdo a ti, pierdo todo.

Me miró con absoluto cariño que senti que lloraría ahí mismo.

- Si yo te pierdo, Annie...estaría totalmente perdido.

- Te amo, Li- lo miro a los ojos, los míos llenos de lagrimas- Mate a Josh, por qué intento matarte a ti.

- Lo se, nena- seco una lágrima, que no sabía que había derramado.

- Sostendrías mi mano, aunque estén llenas de sangre?

Las sostuvo sin titubear, apretándolas entre las suyas con cariño.

- Lo haré, amor.

- Seguirías sosteniendo mis manos, las mismas que use para matar a alguien... por ti?

No las solto, en cambio depósito un beso en ellas con suavidad.

- Siempre, Annie.

Sonreí levemente.

Mire sus labios y el los míos. Nos fundimos en un beso lleno de tanta promesas y sin importar el costo las cumpliría a cada una de ellas.

Me separé juntando nuestras frentes, nuestras respiraciones levemente aceleradas se mezclaron entre sí.

- Siempre. Li...- empezé.

- ...Y para siempre, Annie- completo, con una leve sonrisa.

La frase que suelo decir se presentó en ese momento "Las cosas que más amamos, son las que más nos destruyen", sería un honor ser destruida por Liam Dumbar. Si a mitad de la destrucción puedo brindarle todo mi amor a el.