Epílogo

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Severus todavía no había decidido si ir o mantenerse oculto bajo las sábanas, sabía a que se enfrentaba. A su lado Sirius no hizo movimiento alguno permitiéndole tomar la decisión, si quería conocer su futuro sería solo porque así lo quería, no porque estaba influenciado por nadie. 

-¿Deberíamos ir?-preguntó sin salir de su escondite-sería lo correcto.

-Haremos lo que tu quieras- le susurro- sabemos que los que quedan son nuestros, son igual de hermosos que tu.

-Son 10, Black-protesto-10, no estoy preparado para esto, no ahora.

-Pero no es ahora- Sirius le miró con cariño- es en el futuro, nuestro futuro. Pero no es necesario-el joven intentaba tranquilizar al omega- puedo esperar, siempre que sea contigo. 

El pelinegro le lanzó una dulce sonrisa, le agradaba ese Sirius, ese alfa que le cuidaba y mimaba con amor.

-Te lo dije- interrumpió una voz mientras habrían la puerta del cuarto de la serpiente- no iban a ir.

-Joder mamá, ¿enserio?- preguntó el adolescente- se que es un shock pero un mínimo de curiosidad.

Severus sintió somo Sirius cubría rápidamente su cuerpo desnudo con una de sus camisas, la avalancha de gente al lugar les había tomado desprevenidos. Tras los tres jóvenes del futuro habían accedido al lugar la nueva familia de Lucius, así como la de todos los Merodeadores, ocupando casi todo el espacio de la habitación.

-¿Qué coño hacéis aquí?- gruño Sirius- y sin llamar.

-Han encontrado una solución a esto- confeso Teddy mientras señalaba a los del futuro- nos vamos después del almuerzo.

-Éramos la última presentación pero no estabais- el joven que el primer día había defendido a Severus se sentó con cuidado en la cama- no queríamos irnos sin al menos decir hola...

-¡Hola!- chillo el pequeño cachorro en brazos de su hermano.

-Hola cariño- saludo Severus mientras agarraba al bebé entre sus brazos- ¿Cómo te llamas?

-Leo- contesto el joven tras acurrucarse en el pecho de su madre.

-Encantado Leo- Severus no pudo evitar besar la coronilla del cachorro.

-El es el último- comenzó el alfa- y tiene 5 años. Antes que él están Julieta, Romeo y Paris...

-Son los únicos que todavía no están en Hogwarts- confeso el que ,la serpiente juraría, era el mediano de los tres que estaban frente a él- tenemos una apuesta de que serán o Hufflepuffs o Slytherins.

-Merlín Severus- se rio Lucius- ¿qué te pasa con William Shakespeare?

-Con Shakespeare nada-confesó- con Romeo y Julieta todo, es de mis obras favoritas. 

-Tus gustos son los culpables de nuestros raros nombres mami, pero tranquilo, nos encantan- el adolescente se tumbo a los pies de la cama- Detrás de Paris están Titania y Saphire, ambas de Slytherin.

-Luego van los gemelos Anubis y Hades- continuo el mayor- de Gryffindor y Hufflepuff. Y los mayores somos nosotros- sonrió- Yo soy Orión y soy el segundo. Pertenezco a las águilas y soy el único omega de la familia junto con Leo- Sirius vitoreo feliz, dos dulces omegas en su manada- Actualmente salgo con Charlie Nott pero, tranquilo- frenó a su padre- todavía no nos hemos emparejado, queríamos esperar así que solo hemos hecho una marca temporal.

-¿Qué es una marca temporal?-pregunto Sirius- ¿Y por qué evita que mate a Nott?

-Es cuando una marca no se hace durante el celo- comenzó Regulus- implica una relación estable pero puede desaparecer.

El moreno miró el cuello de Severus, debería asegurarse de reforzar su lazo con la joven serpiente. 

-¿Y tú? ¿Te vas a presentar?- le pregunto el pelinegro al último de sus hijos que quedaba por presentarse.

-Soy Perseus- contesto- y soy el principal alfa de Gryffindor, también soy el mayor de la familia y el que evita que la casa se caiga por culpa de vuestros desmadres, principalmente las brillantes ideas de papá- Sirius rio con energía- Somos felices-finalizó sacándole una dulce sonrisa a Severus.

El pelinegro omega disfrutó del día junto a sus amigos y familia, feliz de que hubieran decidido obligarle a conocerles. Varias horas después la puerta sonó.

-Es la hora- avisó Albus- tenéis que despediros.



Severus Snape sabía que estaba olvidando algo importante, estaba completamente seguro, el problema era que no podía recordar el que. Sus manos constantemente buscaban algo inexistente en su cuello, llegando incluso a provocar que investigara sobre las marcas incompletas de apareamiento, y, su cuerpo, no hacía más que pedir por algo a lo que ni siquiera era capaz de poner nombre.  

-Snape-llamó Black-Snape.

-¿Qué?-contesto enfadado. 

-Llevo 5 minutos llamándote- Sirius se acercó más de lo que le hubiera gustado  en el pasado, pero, en esos momentos, agradecía- ¿Qué coño te pasa?

-No te importa...

-Si me importa- el alfa se permitió invadir el espacio personal del omega- sobre todo si evita que tu atención se centre en mi. 

Severus no supo de donde sacó el valor, ni siquiera que le llevo a hacerlo, solo supo que, cuando sus labios se juntaron, todo lo que le faltaba, por fin, volvió.  Sus manos invadieron el cuerpo del contrario, eliminando cualquier tipo de ropa entre ellos, y permitiéndoles unirse con desesperación.

-No sabía que eras tan agresivo- se burló el león-joder, me encanta.

El pelinegro oculto su cara en el pecho del contrario, no entendía nada, solo sabía que estaba donde debería estar. 

-Yo también te necesitaba- confesó el león- llevó toda la vida necesitándote pero, estos días, estos días ha sido horrible. 

Severus lo afirmó, el también lo había necesitado. La puerta de la clase se abrió lentamente permitiendo a Albus acceder. 

-Si ya habéis terminado- comenzó- necesitamos la clase para dar Defensa contra las Artes Oscuras.

El omega se vistió con rapidez, muerto de vergüenza, mientras Sirius se reía. Entre risas de los alumnos menores salieron del lugar.  El director simplemente disfruto de la situación. Gracias a Merlín, él, podía recordar todo lo ocurrido la semana pasada.

Conociéndonos (Harry Potter)Where stories live. Discover now