Capítulo 3

4.7K 454 9
                                    

Severus veía el mundo a su alrededor como un sueño, su cuerpo no reaccionaba y la sensación de vacío aumentaba la angustia que crecía en su pecho.

-Sev, Sev-llamaba Lucius-despierta, por Merlín abre los ojos.

El pelinegro tosió fuertemente y se incorporo poco a poco vislumbrando el caos que le rodeaba. Las mesas se encontraban destrozadas, rotas en trozos que se esparcían por todo el comedor, y la comida que la había decorado inundaba el suelo. Sus ojos se pasearon por los elfos que limpiaban el lugar hasta los grupos alineados en las diferentes áreas del comedor. Hufflepuffs y Ravenclaws se mantenían unidos, como una manada, todavía con la varita en alto y agazapados en una de las esquinas protegiéndose de un conflicto que claramente no les había involucrado como mostraban sus, todavía, pulcras túnicas. A su lado, los viajeros temporales, se arremolinaban entre los escombros de la que había sido su mesa y charlaban amenamente, riéndose de la situación como si todo no hubiera sido más que un mero espectáculo o una situación a la que estaban acostumbrados. El omega se fijo en Tom. El joven profesor se encontraba sobre un moreno demasiado parecido a Potter, gruñendo y lanzando miradas de furia a su alrededor mientras que el alfa sobre el que estaba acariciaba su cuerpo bajo la camisa y besaba sus mejillas en un intento de relajarlo.

-Sev cariño-continuaba Lucius-¿Cómo estas?

El menor dirigió su mirada a su rubio amigo. Las serpientes se habían refugiado en la zona más oscura del lugar aprovechando las sombras para tomar ventaja en el conflicto y dificultando, actualmente, a Severus ver la cara de su amigo.

-¿Qué ha pasado Lu?-pregunto asustado, la presión en su pecho solo hacia aumentar por momentos.

El embarazado omega le miro con pena y apretó los labios como si no fuera capaz de decirle la verdad. El pelinegro se estremeció, ¿qué había ocurrido para que Lucius le mirara así?, ¿qué había sido tan malo como para que su alfa no estuviera a su lado? Severus se tenso ante ese pensamiento. Con lentitud guió su mano hacia su nuca palpando la ardiente marca de dientes.

-¿Severus?-volvió a insistir el rubio.

El omega miro a su amigo y lo alejo de él, con torpeza se levanto del suelo y salió de la pequeña guarida corriendo hacia la gran chimenea, en el lado contrario del comedor, donde los leones se habían atrincherado. Con un gruñido se lanzo sobre el moreno que le esperaba con los brazos abierto y comenzó a golpear su pecho entre lágrimas.

-¡Me has marcado!-grito-Te odio Black, te odio.

Sirius se mantuvo en el suelo, sobre su espalda, hasta que los golpes diminuyeron y solo quedo un omega lloroso. Con cuidado lo acuno en su pecho y dejo que las vibraciones de sus gruñidos lo tranquilizarán. Severus se removió y alejo del abrazo una vez su mente volvió a alejar aquella neblina creada por los instintos, con la cabeza en alto salió de la trinchera y, haciendo caso omiso a los llamados del alfa, volvió junto a su manada donde rápidamente fue abrazado por Regulus y Lucius.

-¿Ya?-interrumpió una voz grave-vaya esta vez ha sido rápido, vuestras peleas suelen durar más.

Las miradas de los jóvenes se dirigieron al moreno que se había colocado en el centro del lugar, sobre la destrozada tarima, y sonreía con suficiencia.

-Una pena la verdad-continuo hablando-acabo de perder 20 Knuts.

-Ted-gruño Tom-compórtate.

-Pide demasiado profesor-rebatió-y es un poco complicado tomarle enserio con las manos de Harry bajo su camisa.

Severus observó como el pelinegro gruñía y apartaba la mirada de su alumno, el llamado Harry simplemente rio y beso con cariño la mejilla del omega sobre él.

-¿Qué os parece si para relajarnos un poco continuamos con las presentaciones?-pregunto el joven con un brillo pícaro en la mirada-hacerme caso, en cuanto me conozcáis dejareis de lado tanta guerra.

Los alumnos asintieron levemente, incluso las águilas bajaron sus varitas, el pelinegro en cambio tembló levemente, aquella mirada era la misma que poseían los merodeadores antes de lanzar sobre él alguna broma de mal gusto.

-Perfecto-sonrió el moreno-voy a empezar con una pequeña descripción de mi y dejare mi nombre para e l final, hacerme caso lo agradeceréis-específico ante las protestas-Para empezar fui un orgulloso león y, aunque no lo parezca, mis notas eran magníficas hasta el punto de haber sido Golden Boy...

-Nunca fuiste Golden Boy-interrumpió  Tom.

-Pero podría haberlo sido-protesto-si tan solo no os escandalizarais tanto.

-Llenaste de agua del pantano la sala común de Hufflepuff-continuo quejándose el profesor-y escondiste mandrágoras por todo el castillo, todavía hay algunas que gritan y no localizamos.

-Veis, no aguantan nada-continuo el rubio provocando la risa de los presentes-Dejando de lado mis maravillosas hazañas continuare-su sonrisa aumentaba con cada palabra, se acercaba al punto cumbre de su presentación-soy omega y poseo genes de lobo de los cuales estoy muy orgulloso porque me han salvado el culo más de una vez-Severus gimió lastimeramente, estaba claro de quien era hijo, incluso el padre lo sabía, ¿que otra razón había para no haber interrumpido la presentación en ningún momento?-Y mi nombre es Ted, Teddy para los amigos, Lupin, hijo de Remus Lupin.

Los gritos de júbilo de Gryffindor inundaron el lugar, todos saltaban de alegría y festejaban el nuevo miembro. Severus bufo levemente, se apiada del omega que estuviera emparejado a aquel alfa o cualquiera de sus amigos. Su mano se volvió a dirigir a su nuca, necesitaba una solución para aquello sino quería acabar con canas antes de tiempo por culpa de tener a Black de pareja.

-¿Te lo imaginas Lucius?-le pregunto a su amigo-ser la madre de ese chico tiene que ser un verdadero dolor de cabeza y no por él, sino por los proclamados tíos-rio mientras observaba a los merodeadores gritar de alegría.

-Aja...

Severus aparto la mirada de los merodeadores que corrían hacia el estrado con euforia y se fijo en su amigo.

-¿Lucius?-pregunto al ver la mirada ilusionada del omega y como abrazaba con cariño su barriga-No me jodas.

El omega lo comprendió todo en aquel instante, el porque su amigo nunca le había revelado el culpable de la marca en su cuello o porque Lucius estaba alerta cada vez que impartía clase a los leones.

-Mi celo simplemente llego-comenzó el rubio-y él estaba allí, llevaba tiempo siguiéndome, intentando cortejarme-el rubio le miro con lágrimas-es mi bebé Severus y el hijo de puta es idéntico a su padre-Lucius sollozo más fuerte-no es justo, el que vomita toda las mañanas y no puede comer sushi soy yo, mínimo que se parezca a mi después de toda la mierda del embarazo.

El pelinegro miro a su amigo, tomo aire y, con decisión, levanto su varita apuntando al alfa. Con un ligero movimiento de muñeca Remus salió disparado golpeando una de las paredes.

-¿Que mierda?-protesto el joven desconcertado.

-Te voy a matar-susurro Severus mientras se dirigía al estrado seguido de un sonriente Lucius que solo quería abrazar a su cachorro-no solo preñas a mi amigo sin su consentimiento sino que tus putos genes ganan-Severus gruño-voy a matarte, a ver si eso anima a Lucius, y con suerte enseña a los demás leones a no marcar a los omegas sin su permiso.

-Severus para-pidió Sirius colocándose frente a él-no se a que estás refiriéndote pero no es momento de otra puta guerra, estoy intentando conocer a mi sobrino postizo.

-En verdad querido tío-interrumpió el joven-él tiene razón, mi madre-comenzó aumentando el tono de voz para que todos le escucharan-es Lucius Malfoy, el bebé que lleva en esa barriga soy yo. Y no-continuo mientras observaba la cara sorprendida de los presentes-no fue consensuado.

Una ráfaga de hechizos volvió a inundar el lugar entre gritos y protestas. Severus, en medio del caos, pudo ver como Ted sonreía con picardía y, tras besar dulcemente la mejilla de Lucius, saltaba varita en alto hacia el campo de batalla que se había formado. El pelinegro suspiro apiadándose de su amigo, el cachorro lo había planeado todo.

Conociéndonos (Harry Potter)Where stories live. Discover now