Cap 8

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Demir en multimedia.

Cap 8

No podía creer lo que había escuchado, rápido me quite a Sirin de al lado y corrí a dentro, había un hombre vestido de negro tirado en el piso con un charco de sangre junto a el, le pasé por arriba y seguí con mi camino -¡Oigan!- grité, pero al parecer nadie me escuchaba, salí corriendo al patio para encontrarme con Sirin -¡Sirin! ¿Donde están todos?-

-En la oficina del abuelo- asentí y fui allí lo más rápido que pude, estaban todos ahí, mis tíos,mis tías, mi abuelo, la mayoría estaba embarrada de sangre.

-¿Donde está mi hermano?- la rabia se apoderaba de mi cuerpo, podía sentir como se me ponía la cara roja.

-Se lo llevaron al hospital central-

-¿Quién lo apuñaló?- mi abuelo señaló a un tipo que estaba tirado en el suelo, me acerqué a el y le tomé el pulso, estaba vivo, saqué mi pistola de oro y le disparé en la cabeza -¿Quien fue el que le disparó?-

-Fui yo prima- habló Melten, puse mala cara.

-No sirves ni para matar a alguien- corrí hacía afuera -Osman, llevame al hospital central- el asintío, y de inmediato me llevó, las manos me temblaban, estaba desesperada, y por fin, llegué al hospital, pregunté por el nombre de mi hermano y me asusté más cuando me dijeron que estaba en la sala de emergencias, me encontré con mis padres en el pasillo -¡Mamá, papá!- en ese momento mis ojos se me aguaron.

-Emel- mi madre corrío a abrazarme -Hija, tranquila, le apuñalaron en la pierna- ¿Y que? Igual apuñalaron a mi hermano A MI HERMANO ¡EL MIO!

-No pude llegar a tiempo- y en cuanto menos me lo esperaba, comencé a llorar, las lágrimas me salían sin parar, por primera vez había llorado en mi vida, me metí al baño para que nadie me viera, me miré en el espejo tenía toda la cara empegostada mis ojos completamente rojos, y no podía parar, no podía, me dolía, yo siempre lo he salvado, siempre he podido ayudarlo, pero esta vez no, solo porque estaba en mi estúpida cita con Osman.

-Emel-

-¡No me veas!- era Osman.

-Es normal que llores- me tape la cara con mis manos.

-No, nunca nadie me había visto llorar en mi vida- es algo raro, es natural llorar, todas las personas lloran, pero yo nunca he tenido motivos como para hacerlo, jamás, por eso siempre he dicho que no tengo sentimientos.

-Emel- el me quitó mis manos de la cara con tosquedad, y me lo puso a los lados -Acaban de apuñalar a tu hermano, es normal llorar- en ese momento lo abracé y puse mi cara en su pecho, dejando caer todas las lágrimas en silencio -Ahora secate la cara, y vamos a salir allá afuera, para ver como sigue tu hermano- asentí y hice lo que dijo, respire para calmarme un poco.

-Mamá ¿El está bien?-

-Solo fue en la pierna, pero perdió demasiada sangre- baje mi cabeza, Emir no es como yo, el es de poca sangre, al momento subí mi cabeza cuando escuché la puerta abrirse, era el doctor, el típico doctor calvo de unos 48 años con sus gafas redondas.

-Necesita que le donen sangre- habló el, rápido reaccioné.

-Yo, yo puedo-

-Emel no-

-Emir tiene el mismo tipo de sangre que yo, yo puedo donársela- sonreí.

-Si es así, entonces pase por aquí- seguí al doctor hasta una sala, donde habían unas enfermeras, ahí hicieron (no se porque empecé a ver borroso cuando me empezaron a sacar la sangre) pero aguanté, por mi hermanito, lo que sea para el, lo que sea.

Una joven Mafiosa. Where stories live. Discover now