𝑻𝑻𝑫𝑺 ; max verstappen fanfiction.
❛❛Es un deporte lleno de
testosterona y... ¿recuerdas
nuestro viaje a África? sí,
bueno la formula uno es igual
pero aquí tienes diecinueve
leones en un mismo territorio,
pelea...
12 ❜ ⌗ TTDS ⌗ ❜ everyone knows about us || ailicec.
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Estambul, Turquía. Noviembre 11, 2020.
Los niños se habían quedado con Max desde la noche anterior, mientras que Giorgia había quedado con su madre para charlar y beber un café juntas. Pues la piloto necesitaba verla, hablar con ella en persona. Ya que solo Sarah sabía como ayudarla con todo, con todo lo que ocurría y con ello, todo lo que Giorgia sentía.
—Un té de frutos rojos sin azúcar y un sándwich vegano. —pidió su madre.
—Para mí, un expresso doble sin azúcar junto a una mini-tarta de zarzamoras, por favor. —pidió ahora Giorgia a la mesera y ella sonrió, asintiendo antes de irse.
La menor de las Makris dirigió su mirada a su madre nuevamente y Sarah no pudo evitar burlarse de ella.
—Sigues tomando café. ¿Por qué no me sorprende? —rió antes de mirarla con seriedad— Te hará mal tanto café. Y más con el medicamento que el doctor Carson te ordenó. Cancela tu expresso y pide un té, es mejor para tu salud, Giorgia.
Gia se negó al instante, asegurándole que estaría bien. Después de todo, ella bebía café desde mucho antes de tener a Leah y Ryan. ¿Le haría mal en exceso? Probablemente, pero nadie la apartaría de su preciado café mientras no estuviese moribunda gracias a él.
Charló con la doctora sobre sus respectivos empleos, los viajes que ambas habían realizado y las fundaciones a las que Sarah ayudaba constantemente. Incluso, Gia se enteró de un médico especialista en cardiología con el que había comenzado a salir hace unos meses ya. Obviamente, Giorgia se alegró por ella, por haber encontrado a alguien que la entendiera como su papá a Geri y viceversa o como Callum con Vanessa. Giorgia deseaba que su madre compartiera su vida con alguien que se apasionara por las mismas cosas que ella y que la apoyara incondicionalmente.
—Deberás presentármelo entonces, señorita. —comentó con diversión y Sarah asintió sonriente.
—¿Qué hay de ti, cielo? —fue turno de Sarah preguntar sobre su hija.
—¿Qué hay conmigo de qué?
—¿Ha pasado algo entre Max y tú? —preguntó con picardía en su voz y la más joven negó con la cabeza rápidamente.
—Salimos un par de veces con los niños, al parque o a lugares no tan públicos en nuestros días libres. Pero es todo, él me superó, mamá. —le respondió— Sale con alguien más y solo nos acercamos por los niños. Soy yo la que debería hacer lo mismo y no agregar más cosas en la ecuación.
—No creo que él te haya superado. Nadie puede hacerlo, Gia. —le dijo la doctora con una sonrisa— ¿Han hablado de lo que pasó?
La piloto de automovilismo supo al instante a lo que se refería, pues Sarah la entendía más de lo que ella misma se entendía.
