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Su corazón nunca había sentido que florezcan flores de sus venas, jamás su existencia se había alegrado por haber conocido otra alma, en todos sus años de vida esta era la primera vez que el amor erizaba sus bellos y coloreaba sus mejillas. Jimin estaba enamorado como nunca antes lo había estado.

Se ponía a pensar en cómo era la vida, lo simple y compleja que llegaba ser en ciertos aspectos del camino que se traza para cada uno. Pensó en como es que todo había empezado con Jungkook, como del desprecio floreció la primavera de amor. Todo un rumbo cambiando por tan solo el peso de pestañadas.

"Yo creí que solo te ibas a acostar con él, pero todo escaló muy rápido." Dijo su amigo mientras sopaba la bolsita de té en la taza.

"Yo tambien." Jimin rió. "Pero es inevitable que el amor no nazca cuando se tienen esos toques íntimos."

"Mhmm, no lo sé, puede ser, yo nunca experimente eso."

"Y tu siempre haces bromas de infidelidad."

"Es que es gracioso, ya sabes el estigma que tenemos colado nosotros los casados mantenidos." Rió. "¿Y que harás con Hyungwon?"

"Pues divorciarme." Se encogió de hombros dándole un sorbo a su té. "Con Hyungwon las cosas siempre han sido frías, nos casamos por el status y el dinero, creí que llegaría a enamorarme de él pero no sucedió, lo aprecio y tengo cariño por él porque me ha complacido en todos mis caprichos pero lo que siento por Jungkook es completamente distinto."

"¿Distinto?"

"Me siento como si Jungkook fuera mi primer amor, como si fuera el primero en todo."

"Eso es porque es tu destinado." Dijo tranquilamente, sopando su galleta como si no le hubiera tirado un balde de agua fría en la cabeza a Jimin.

¿Destinado? Cuando lo pensaba no sonaba tan descabellado, su corta historia al lado de Jungkook le había colocado las estrellas del cielo sobre su cabeza, sentía que había renacido y que al fin había encontrado el camino que era suyo desde un inicio.

Se sintió feliz al pensarlo, no sabía cómo funcionaba todo eso porque jamás le importó, siempre supo que no se casaría enamorado porque el status pesaba mucho más que el corazón, nunca pensó en tener un destinado porque el dinero de Hyungwon parecía ser aquel destinado, pero algo dentro suyo le susurraba que Jungkook era aquel alfa que había sido atado a su alma por muchas décadas.

"¿Tú crees?" Pregunto tímido.

"Sip. Solo mirate, pareces de quince viendo revistas de tus ídols." Rió. "Pero que risa me da todo."

"¿Por qué?"

"Porque querías hacer de todo para deshacerte de Jungkook, incluso quería acusarlo de robo pero la vida te abofeteó haciendo que-"

"¿Hiciste qué?" Como en las películas, el momento se había congelado mientras Jimin y Jungkook conectaban sus miradas.

Las mentiras siempre salen a la luz, los secretos no pueden esconderse debajo de la arena porque la marea siempre los removerá. Así paso en aquel silencioso momento en donde Jimin supo que todo había caído frente a sus ojos, los ojos decepcionados de Jungkook se lo decían.

El brillo que transmitía sus pupilas al mirarle se había esfumado, ahora solo era una sombra oscura que se dirigía a sus ojos.

"Jungkook." Quería explicarle, quería pedirle perdón de rodillas, pero claro que no podría, su vil actuar en el pasado tenía consecuencias y ahora las enfrentaba.

"Y yo que creía que había conquistado al alzado de mi jefe." Rió negando la cabeza, una risa muy apagada y llena de dolor, todo en Jungkook transmitía decepción. "Pero no, solo quería una buena excusa para despedirme mientras saltaba en mi polla."

"Jungkook, por favor déjame explicarte." Rogó parándose rápidamente de su silla, yendo hacia Jungkook para que le viera con el brillo en sus ojos redondos.

"¿Y que me vas a decir?" Apunto con su dedo, acercándose a Jimin hasta que su dedo tocó su pecho. "¿Qué tus prejuicios eran tantos que hasta pensabas acusarme de robo? Pero esos prejuicios no entraban a tu cama, ¿no?"

"Amor..."

"No me digas así, no soy tu amor, no soy nada, solo soy el chico al que te cogiste y trataste de convertir en tu amante." Había finalizado, el peso de su corazón vacío era mucho en su pecho que sentía que podría caer de rodillas en cualquier momento, solo quería irse para dormir un rato y pensar que esto solo había sido un mal sueño.

Jimin no tenía nada en su defensa, había sido una mala persona con alguien que nunca tuvo malas intenciones con él, había sido cegado por su ignorancia y ahora pagaba las consecuencias al ver a la persona que amaba yéndose de su vida.

Somos los creadores de nuestra historia, somos los creadores de nuestra felicidad y nuestra desgracia, Jimin había sembrado frutos y los había cosechado todos podridos.

Quiso correr detrás de Jungkook pero la rosa que piso le hizo detenerse, el hombre al que había lastimado le había dejado en el piso la flor que con amor le había comprado.

Era todo.

Era el fin.



























(3/5)

Dulce tentación ; km au omegaverseWhere stories live. Discover now