29. fresas y cerezas

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Por haber comido helado que no me lleven al infierno, pues he comido muchos, y puedo decir con firmeza que hay de muchos sabores.

Hay que saben a primeras veces, un sabor un tanto controversial; hay a quien le gusta y a quien no. Son aquellos helados que saben a risas nerviosas y a recuerdos que perduran, aquellos que al derretirse dejan las manos pegajosas. Quizás son de sabor naranja o de limón, no son mis favoritos, pero son una bonita oda a la infancia.

Luego hay helados que saben a expectación, son esos que te explotan en la boca, que saben a cosquilleos y hormigueos en las piernas. Aquellos que, aunque no te lo hayas terminado, ya quieres pedir otro más.
Son los helados que te comes volviendo a casa en soledad y escuchando canciones ñoñas de Taylor Swift, pensando "Oh cómo me gustaría haber besado a mi crush de una vez por todas." Luego de tu cita en la heladería.

Hay helados que saben a confianza, a hogar, que no necesariamente te aceleran el corazón pero que te lo llenan de un cariño casi fraternal.
Como el helado de dulce de leche, que te hace cerrar los ojos y rememorar ecos fragmentados de amistades ajenas. Un helado muy poético, sin duda.

Y luego hay helados que casi nadie ha podido probar, esos helados que encuentras una vez cada muchos veranos, en una feria de un pueblo remoto o parando en una tienda en la otra punta de la ciudad de la cual no recuerdas el nombre -ni el de la tienda, ni el de la ciudad-, son esos helados que despiertan en ti pensamientos y sensaciones, esos helados capaces de trastornar todas tus visiones sobre el mundo.
De repente las canciones de Taylor Swift hablan de ti y los sabores ya no explotan en tu boca sino que bailan junto a las mariposas infernales en tu estómago... y sin embargo ves, en ese helado, el resto de tu vida, tus sueños y tus metas, tus más profundos deseos y ese sitio al que puedes llamar hogar.

Estos son mis helados favoritos, los que saben a fresas y cerezas y promesas de amor.

(definitivamente hablaba de helados, sí.)

-lunn🍨

de amor y angustiasWhere stories live. Discover now