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Ya una semana.


Bruce no lo quiere darle título a esto. Pero lo que es, en realidad, es que no es nada fuera de lo común. No hay mucha diferencia de antes y después. Aparentemente.


Tal vez el cambio no es muy notorio en Damian. Pero... del resto.


Jason es uno de los que más ha cambiado desde lo de Damian. Antes, solo Dick vendría los fines de semana a llevarse a Damian por una o dos horas, la mayoría de veces, toda la tarde antes de la cena. Ahora, Jason juega un papel crucial en la vida de Damian. Últimamente, Jason y Damian pasan horas en la cocina, algo que no le agrada del todo a Alfred por el desorden que ocasionan. La última vez, Jason y Damian jugaron con la harina, Damian quedo completamente blanco, y Jason jura que tuvo que bañarse cinco veces ese día para quitarse los grumos. Con Tim la cosa sigue casi igual... Casi. Las peleas siguen, pero Tim se ha vuelto más carismático. Ya no se van a puñetazos, ahora suelen ser peleas de almohadas. La otra vez, recuerda haber visto a Damian dormido en el piso con almohadas a su alrededor. No siquiera se tomó la molestia de preguntar cuando vio la tele prendida y Tim acostado boca abajo en el sillón de cuerina de la sala secundaria de la mansión.


Dick no ha presentado gran cambio, sigue portándose igual con Damian, lo único nuevo que nota es como Dick toma foto de todo, todo lo que hace Damian. La otra vez, justo el miércoles en la tarde, Bruce quedo en llevar a Damian a la feria. El plan era solo ir los dos, padre e hijo en acción en un lugar que Damian aprecié. Digamos que el día de dos se convirtió en uno de tres. Dick fue de colado, según palabras de Bruce, de metiche.Casi no habló con Damian. Pero fue grato verlo reír a carcajadas solo por qué Dick falló en un tiro al blanco, haciendo que la chica con la que coqueteaba se alejara de él. Admite que fue gracioso.


Pero... de alguna forma no se siente conforme. Al parecer ha sido el único que no ha notado un cambio en Damian, cuando todos aseguran haberlo visto.Se siente mal, pero no lo demuestra, apenas ha visto a Damian esta semana. Suele ser duro. Pero lo acepta.


Eso fue un viernes en la noche, Alfred hizo ensalada acompañada de un puré de papas. Esa noche Jason, Dick y Tim decidieron patrullar. Nada nuevo, solo que se negaron el llevar a Damian.


A Bruce no le sorprende, por el incidente anterior, Damian no patrullará hasta después de un par de semanas más, hasta asegurar que todo está bien.


La noche había sido de lo más normal, Bruce espero a que Damian terminara de comer, y luego decidió que debía retirarse, no sin antes mandar a Damian a su cuarto.Un cambio brusco, piensa Bruce. En otra ocasión él hubiera sido quien acostara a Damian hasta que el niño se durmiera. Pero ahora..., Damian ya no es un bebé, tal vez el chico solo quiere privacidad y no sentir que su padre lo asfixia.


Bruce se sobó la cabeza, de verdad que la situación sacaba lo peor de él.


Pensó que una ducha lo solucionaría; no lo hizo.


Quizás dormir; el insomnio no lo dejo.

Era una situación espantosa. O eso fue antes de que escuchara la puerta, abrirse con cautela, y luego oír cómo pequeños pies caminaban lentamente sobre la madera fría antes de acercarse a la cama donde descansa Bruce. En ese momento Bruce sudo frío. A juzgar por el ruido, sospecha que es Damian. Así que... finge que duerme. Por ahora no encuentra mejor solución que esa. Pero el fingir dura poco, Damian susurra algo que no entiende, siente cómo algo se arrastra en las sabanas y se sube sobre su estómago, sabe perfectamente que Damian se sentó sobre él, y siente la mirada profunda e inquisitiva del muchacho. 


Suspira. — Padre. Sé que estás despierto.

Bien, tal vez Damian no sea tan ingenuo como pensó. 

— Solo tenía los ojos cerrados.— Damian pone los ojos en blanco y asiente con aburrimiento—¿Pasa algo? ¿Te encuentras bien?

Al principio, no esperaba una respuesta rápida, pero Damian no era de los que se callaba por mucho tiempo. 

Bruce se sentó, empujando a Damian a su regazo. Él es padre, es el padre de este niño, él sabe que algo no anda bien.

—¿Damian?— cuestiona.  

— Lo prometiste. — admite, su tono es bajo y moderado, la voz chillona ya no está, ya no hay grasa de bebe en esos cachetes, ya no hay una diminuta naricita de botón, ni bracitos regordetes, ni pequeñas risas, ni mucho menos los graznidos de sorpresa de un bebe. Solo es Damian. Y Bruce ama a Damian. Ahora se siente estúpido, Damian se siente abandonado, solo, piensa que su padre solo quiere indefenso como lo es un bebe. Pero eso no es cierto, para Bruce Damian es su cielo, un cielo que quiere en todas sus etapas y colores, en todas sus formas. 

Bruce quiere a este niño. Lo suficiente para dar su vida por la de él si fuera necesario.

Un suspiro más. Solo se permite dejar ir sus incomodidades y miedos por un momento. Aunque sea corto.— Sé lo que prometí, Damian.

Damian respira con fuerzas, a Bruce no le gusta cómo el pecho de Damian se hincha. 

— ¿Por qué?— dice, algo en el tono firme se rompe.— ¿Por qué prometes algo que no vas a cumplir? 

Y lo sabe, Bruce sabe que dentro de esa promesa silenciosa hubo mucha mentira. La primera de ellas, es que no estará siempre para Damian, lo sabe, Damian sabe eso a la perfección, solo que en su pequeña cabecita, para Damian, Bruce es inmortal, Bruce es Batman, y Batman nunca falla. Pero todos algún día tendrán que partir, y Bruce no quiere que ese día llegue pronto. 

—Niño— Damian calla sus dudas y súplicas, es la primera vez en su vida que Bruce se dirige a él con ese título.— ¿Fuiste feliz?—Damian parpadea sin comprender. Padre lo mira fijamente, y su mano áspera alza su mentón para que los ojos verdes lo observen con atención.— Esta semana, ¿fuiste feliz?

Damián asiente ante la pregunta.— Claro que lo fuiste, Damian. 

— Pero... Yo, tu, tu no estuviste, dijiste que estarías, ¿Por qué me haces aún lado?

—Lamento no estarlo, de verdad, pero...— algo en él se para, no sabe cómo continuar, no cuando no sabe qué palabras usar.— No quería arruinar tu felicidad. Estabas con tus hermanos, no tenía intención de estorbar en su relación y mucho menos...

— Padre— Damian interrumpe el monólogo, su tono de voz se vuelve rudo, mordaz, como lo es habitualmente cuando algo le enoja. — No me estorbas, ni me molestas, y tu presencia no me hace menos feliz, al contrario. — Damian abre sus brazos y los envuelve alrededor del torzo de su padre.

Bruce trata de no reírse, los brazos de Damian no alcanzan a rodear toda su caja torácica. Eso solo le hace recordar que aún es un niño a pesar de todo. 

En su cercanía, Bruce corresponde al abrazo, apretando un poco a Damian, logrando conseguir una sonrisa ahoga. — Estaré más presente.— Damian tararea en aprobación— Te quiero hijo.

Damian no responde de inmediato, en cambio, respira profundo antes de susurrar un audible— Yo también te quiero Baba. 





Nota de autor:

Estamos, fenomenal, fenomenal, fe fe fenomenal. 

Como diría Karol, Se acabó nuestra aventura, este viaje. ESTE ES EL CAPÍTULO FINAL.

 Gracias a todes. Fui muy feliz escribiendo toda esta historia. Pero todo lo bueno termina. 

LOS AMO XOXO.

Y... vigilen mi perfil que estoy por publicar otra historia de Damian y Jon.









Una pequeña bolita de odioWhere stories live. Discover now