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Dos meses.

Dos meses donde Jon no había sabido absolutamente nada de su compañero de lucha. Normalmente, Damian tenía la mala costumbre de desaparecer por una semana, pero, ¿dos meses? Y de repente debería ir a su casa a pasar la tarde como si nada.

Definitivamente, iba a pedir explicaciones.

En la mansión Wayne todo pasaba con regularidad.

El pequeño vestía un mameluco de demonio, pasando sus manitas por la cabeza del can que se encontraba recostado a su lado. Su padre solo lo observaba desde el sillón individual, esperando expectante la aparición del superhombre con su hijo. Se estaban demorando.

Pero como si lo hubiera deseado, el timbre hizo eco en la mansión, haciendo que el peque alzara su cabecita y se dejara cargar por su papi para ir al salón principal.

Al llegar, el bebe se notó confuso ante los desconocidos, bueno, solamente de la presencia del muchacho, le parecía raro eh intrigante. Jalo la camiseta de su padre, esperando algún tipo de información sobre las personas que tenía enfrente. Pero antes de que el patriarca pudiera pronunciar palabra alguna, el pequeño Jon le había interrumpido.

-¿Dónde está Damian?- pregunto con un brillo en los ojos. Pero un carraspeo de su papá lo hizo darse cuenta de su pequeño error- Buenas tardes, Sr. Wayne- sonrió con timidez.

-Buenas tardes, Jonathan.- respondió con simpleza, ignorando por completo la pregunta del chico.- ¿No saludarás Dami?- el pequeño alzo su manita, abriéndola y cerrándola, ocultando su carita en el cuello de su papi en el proceso.

- Ya, ¿No me recuerdas Dams?- hablo el superhombre acercándose al pequeño.

Damian solo asomo su cabecita y le dedico una son risita.

Bruce nada más gruño y acomodo mejor al infante.

-¡Hola!- saludo Jon entusiasmado por el pequeño niño.

-Damian estará muy feliz de pasar la tarde contigo, Jon. Últimamente, ha estado un poco fastidioso.- Jon solamente se dedicó a asentir.

-¿Qué tal si vas a jugar con Damián a su cuarto?- Clark se puso a la altura del menor.

- Claro- respondió emocionado. Estaba a punto de irse volando hasta la habitación del menor, pero el patriarca de la casa lo detuvo.

- ¿Pasa algo?.- Bruce no dijo nada, únicamente le tendió al menor. Jon solamente lo acepto gustoso, para luego retirarse a buscar a su amigo.

-¡Damian!, oh Dam- para su llamado al ver la habitación diferente.-¿Damian? ¿Estás aquí?- llamo de nuevo esperando encontrar al chico.

-¿Buscas a alguien?.

- Buscaba a Damian, me invito a pasar la tarde- dijo con inocencia viendo al de mechón blanco.

- A si, el viejo comento algo sobre eso- entro a la habitación acercándose a los dos menores. Apeñuscando la mejilla del bebe- Y deberías de hablar más demonio, tienes al pobre alien llamándote como bobo-reprocho el mercenario.

El pequeño solo frunció el ceño, haciendo un leve puchero.

-¿Qué?- Jon no entendía a lo que se refería Jason, solamente buscaba a Damian, ni siquiera sabia de quien era el bebe. Pero sus ojos se abrieron, atónito ante su suposición - ¡¿Es tu hijo?!.

-¿Qué?, ¡No!, no es mi hijo. ¿Cómo voy a tener un hijo?, rayos, no estoy tan viejo como Dick para que inmunes eso- se quejó. Se sentía insultado.

-Lo lamento. Es nada más que no sé de quién es- agacho la cabeza algo apenado.

- Es de Bruce, ¿no te lo dijeron?- Jon soló negó, algo sorprendido por la información que le habían dado, ¿el bebe seria razón de la desaparición de su amigo?

- Ese bebe que cargas en brazos, esa cosita cachetona es tu querido amigo, el demonio- bufo, poniendo de nuevo su postura recta.

-¿Bromeas?- incrédulo por lo que le acababan de decir.

- Yo no bromeo- pues sí, era difícil de creer, pero solo con escuchar sus latidos supo que era Damian.

Una son risita burlona pareció en sus labios para luego apegar al niño más a él para poder abrazarlo.

-¡Ahora quien es el bebe llorón!, ¡eh?- rio.

Pero su risa se vio interrumpida por un gemido lastimero.

Damian acababa de tomar con su manito regordete un mechón de cabello de superboy.-Bien, bien, ya no me rio de ti- lo separo de él para observarlo mejor- Pero si eres adorable.- Beso el cachete derecho del bebe, ganándose unas risillas aniñadas.

-Pueden ir al área de juegos si quieren- dijo Jasón, mientras desaparecía por el pasillo.

-Veo que ta has divertido mucho- era prácticamente inimaginable las cantidades de juguetes que había en ese pequeño cuarto. Las paredes estaban pintadas de tonalidades azules y alguna que otra pegatina de animalitos, estanterías con juguetes, y en una esquina, una pila de peluches, de todo tipo.

Miraba todo, cada detalle del cuarto, pero paso su atención al pequeño que se removía en sus brazos tratando de bajar. Los soltó con cuidado en la alfombra y vio como el bebe salía disparado a los peluches, trayendo con sus bracitos un montón de juguetes, todo lo que su pequeño cuerpecito le permitiera llevarle. Jon solo se aceptaba todo lo que el menor le llevaba, y le sonreía en agradecimiento. Damin soló devolvía el gesto mostrando sus dientesitos.

—creo que con esto basta–tomo asiento en medio de la alfombra. Damian nada más se lo quedo viendo y se acercó con una pelota.

Jon de verdad quería jugar con el menor, pero le daba miedo que pierda el control y sin querer pate al niño más fuerte de lo que debería y lo mande a volar a la otra esquina de la habitación.

Por ahora no quería estropear al menor.

Tomo un par de peluches, uno de ellos representaba al superhéroe de Ghotam y el otro al de Metrópolis, Dami se acercó para tomar el peluchito de Batman y jugar con el medio kriptoniano.

Todo transcurrían con normalidad. Damián reía de ves en cuando, moviendo los peluches, tratando de simular que estos tenían poderes. Jonathan le seguía el juego, tomando de vez en cuando alguno que otro peluche y narrando una que otra aventura de los supersons. Era entretenido pasar el tiempo con un pequeño Damián, no podía negarlo, el bebé era bastante adorable, aún cuando simulaba estar molesto.

Mientras tanto, Jasón caminaba tranquilo por los pasillos dela mansión, con sus brazos apretando su abdomen, y su chaqueta estaba con el cierre hasta arriba, caminando con pasos pocos seguros, vigilando cada vuelta que daba , esperando no encontrarse con nadie en el camino en pleno acto de robo.

—¡Jason!— un grillo bastante agudo lo hizo asustarse, alzando sus manos, dejando caer los panes de canela que había tomado de la cocina sin permiso del mayordomo.

— Carajo...— apretó los puños con rabia, quería maldecir a los mil demonios por arruinar su merienda.  Volteo al ver al causante de arruinar su maravillosa comida— Más te vale que valga la pena, por que te juro que soy capas de jugar a la piñata contigo.— apretó la mandíbula observando al joven que había cambiado su postura recta a una algo asustada.

— Te juro que vale la pena— sonrió nervioso— Encontré la cura para nuestro pequeño problemita.— se encogió de hombros, alzando el frasco que tenía en su mano, dando la a conocer al mercenario.

Jason alzo la ceja son entender muy de que iba la conversación.

— Mira Timbo... No tengo tiempo para darte la charla. Se que tienes tus años pero ..., no mames, estoy ocupado— gruño, agarrando el pan  que se encontraba aplastado contra la madera.

—¡¿Que?!, No—  sus mejillas se tornaron rojas, observando a su hermano con pena— No es eso. Encontré la solución para volver a Damián a la normalidad.




Nota de autor:

De verdad lamento la demora :,v

(Para los que me siguen sabrán por que el retraso :) )

Se los quiere♡

Una pequeña bolita de odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora