Capítulo 15: ˚Y vivieron felices para siempre˚

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La fuerza que Adelein había reunido a través de los años era impresionante

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La fuerza que Adelein había reunido a través de los años era impresionante. Por un momento Tessa llegó a pensar que jamás lograría vencerla y su confianza decayó a niveles abismales cuando uno de los demonios logró herirle el brazo. La cortada en la piel distribuía punzadas de dolor mientras su sangre empapaba la tela de la camisa.

Adelein había adquirido el poder de invocar demonios menores, poco inteligentes, pero con suficiente poder para resultar mortales. Tessa logró escapar de las garras de un demonio que la atacaba con las fauces abiertas aprisionándola con las garras en el suelo de madera gastada de la casa. El hedor a basura podrida que desprendía le provoco a Tessa ganas de vomitar, pero se contuvo y con todas sus fuerzas logro incinerar a la criatura que se retorció antes de desaparecer hecha cenizas.

Tessa salió corriendo del lugar, sabía que no podría huir, pero necesitaba un respiro y recuperar energías. Bajo las escaleras a tropel hasta que la madera se convirtió en la hierba del exterior y las gastadas paredes de piedra fueron remplazadas por los frondosos arboles que cubrían la luz de la mañana.

No escuchaba ruido detrás de ella, la madera no rechinaba y los alaridos de los demonios habían cesado. El gélido aire le quemaba los pulmones mientras respiraba con mucho esfuerzo intentando aclarar su visión borrosa, se había golpeado fuertemente la cabeza con la madera rancia del suelo cuando el demonio se abalanzo hacia ella y la derribó, Adelein solo tuvo que mirar, no fue necesario que moviera un solo dedo para lograr lastimarla. 

Al principio Tessa creyó que la vista le fallaba, que su preocupación estaba apoderándose de su mente y la hacía tener visiones. Aquella figura se acercó veloz a ella con los brazos extendidos aprisionándola en un fuerte abrazo, cuando supo que no era una visión, que Felix realmente estaba ahí, sintió como el corazón se le cayó al suelo. 

Quiso abrazarlo fuertemente y no soltarlo nunca, aferrarse a él y olvidarse de todo. No podía hacerlo, sentía la horrible mirada de Adelein clavársele como dagas afiladas en la espalda regocijándose con su desesperación.

Así llegaron a la terrible situación en la que se encontraban ahora. A su alrededor las figuras sin rostro se amontonaban acercándose cada vez más a ellos, hileras de dientes afilados salían irregulares de las enormes bocas mientras las zarpas arrancaban la hierba del suelo. Y había demasiados de ellos.

Felix desenvainó a Heosphoros, la sostenía tan fuerte que los nudillos se le notaban blancos. No tenía miedo a pesar de todo. Estaba listo para pelear tanto como fuera necesario.

Adelein grito una orden y enseguida las figuras se abalanzaron sobre ellos sumiéndolos en la viscosidad de sus cuerpos sin esqueleto. Irremediablemente los tres se vieron separados, peleando por su cuenta.

- ¡Felix! - Gritó Salome cuando una de las horribles figuras se acercó peligrosamente a él alcanzándole la espalda con la zarpa antes de que Felix pudiera reaccionar. 

Cayó al suelo golpeándose las rodillas, Heosphoros salió disparada lejos de él perdiéndose entre las figuras que se cerraban a su alrededor. El mismo demonio que lo había herido se alzó con la intención de arremeter de nuevo contra él, pero fue cortado por una bola fuego que lo hizo retorcerse mientras un líquido negro le salía de la boca hasta que quedó reducido a cenizas.

IN THE LETTERS • FelixWhere stories live. Discover now