¿Qué pasaría si los hombres ficticios tan perfectos salieran de las paginas?
Verona, en la ciudad de la tragedia y el amor su tiempo comenzó a correr, solo el destino y la magia decidirán si aquellos amantes se convertirán en su más grande felicida...
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Entonces realmente eres el príncipe, el hijo del rey regresó.- Todos en la corte sorprendidos ante tal noticia hicieron una reverencia frente al rubio muchacho confundido que ahora era el heredero del reino.
Tessa cerró le libro que sostenía en sus manos después de descubrir que Felix era el verdadero príncipe. Los ojos grises se dieron a la tarea de recorrer le lugar donde se encontraba y se detuvieron para apreciar con emoción y cansancio la oscuridad de la noche, visible gracias a los enormes ventanales de cristal que separaban la sala de espera de la pista de despegue.
Su vuelo llevaba ya cuatro horas de retraso, para no morir de aburrimiento se dispuso a leer el grueso libro que hace un rato había encontrado abandonado en el asiento de la sala. Era pesado, tenia una gruesa pasta color café y enormes letras doradas al frente donde se leía "La corte de oro", la joven se sintió irremediablemente atraída a explorar su interior y fue así como termino leyendo doce capítulos en cuatro horas.
Parecía ser un objeto bastante viejo con una historia escrita en amarillentas hojas por la mano de un autor desconocido, era una maquina del tiempo que regresó a Tessa al siglo VI para contarle una historia sobre príncipes, traiciones y guerras.
El rey Víctor se encontraba apunto de fallecer y su único heredero estaba perdido hacía ya veinte años. Entonces los miembros de su corte cegados por la ambición del poder sabían que si el príncipe aparecía todos ellos perderían la oportunidad de competir por le trono una vez que el rey ya no estuviera, así que dieron la orden de iniciar grandes cruzadas con el objetivo de encontrar al heredero de la corte real italiana y asesinarlo.
Un día, un hermoso muchacho con cabellos tan dorados como el oro y con las estrellas dibujadas en su rostro, fue descubierto por una de las cruzadas y llevado junto a cientos de jóvenes ante los cortesanos. Todos los que tuvieran la desgracia de cumplir con la edad aproximada del príncipe perdido, estaban condenados.
Veinteñeros de ojos cafés eran ejecutados en lo más profundo del imponente palacio en la cima de la colina sin que nadie lo supiera. Sin embargo algo extraordinario ocurrió con el hermoso joven de dorados cabellos la noche que pedía al cielo convertirse en una brillante estrella cuando los soldados decidieran que era su hora de morir ejecutado como todo sus compañeros de celda.
Paso de ser un simple pueblerino a convertirse en el heredero de Italia. Aquello solo hizo que el interés de Tessa por la historia se incrementara, para ella Italia era un país sagrado, un sueño que después de años de trabajo por fin se veía como un destino claro.
"Última llamada para el vuelo 143 con destino a Verona Italia". Los altavoces del aeropuerto repitieron el aviso una y otra vez hasta que todos los pasajeros estuvieron en sus asientos, incluyendo a la muchacha de ojos grises que después de amarrarse la larga melena negra en un chongo alto se dispuso a abrochar su cinturón lista para el despegue.
Desde que había encontrado aquella foto de sus padres en su luna de miel parados frente a la Casa de Julieta sintió en su interior unas desmedidas ganas de estar ahí, la ciudad la atraía como a un imán, "Viajar a Verona" habia estado escrito en su lista de deseos desde siempre, era lo único en lo que podía pensar cuando le preguntaban si tenia alguna meta que quisiese alcanzar, y en ese momento, volando hacia allá, Tessa se sentía la persona más afortunada del mundo.
