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Llegaron a casa después de un rato, no había mucho que hacer. Así que Nobita pensó que sería buena idea ver algo de televisión. Su madre ya le había dejado la merienda en la mesa.

"Dorayakis" dijo con entusiasmo al ver los pastelillos en la mesa. Enseguida los tomo y se dispuso a encender la televisión, un anime en ese momento era transmitido así que pues se quedó viendolo.

Sentía que las cosas estaban muy tranquilas e incluso su casa se sentía menos fría, Tamako percibió ese cambio repentino, ya se había acostumbrado a su hogar con ese clima helado, algo que se le hizo demasiado raro pero aún así.

Por su parte, el azabache solo se encogió de hombros y continúo viendo la pantalla.

Las vacaciones pasaron como un suspiro, Nobita no hizo mucho en ese lapso. Cómo siempre, se la pasaba en casa pues ayudaba en lo que podía, ganas de salir y convivir con otros niños pues no le llamaba mucho la atención además siempre él era la burla (no tiene chiste) así que rara la vez se le miraba fuera (y nomás andaba afuera porque su madre le pedía que hiciera algún recado o algo por el estilo) aún así le daba algo de miedo ya que temia por encontrarse con Gigante o con otros niños que quisieran lastimarlo.

El domingo por la noche, el azabache se encontraba alistando sus cosas, suspiro, sabía que ya no estaría en la tranquilidad de su hogar.

Al día siguiente iniciaba el nuevo ciclo escolar y pues eso implicaba salir de casa (ojalá cayera un bicho que obligará a todos a estar en casa... Ah no verdad. ¡Ya no más! ªªªªªªª) en el fondo estaba feliz, de cierta manera pero estaba feliz.

"Hijo ya está lista la cena" Tamako abrió la puerta dejando un cesto con ropa limpia "Antes de que bajes podrías ordenar esto" le dijo para después cerrar la puerta.

"Está bien mamá, en cuanto termine bajo" respondió el azabache. Nobita estaba doblado sus camisas cuando un extraño escalofrío recorrió su espalda.

"¿Eres tú?" preguntó tratando de no mirar hacia atrás de él. Últimamente su compañero se había comportado de una manera muy tranquila bueno ni tanto, uno que otro susto le sacaba al azabache en las noches pero no como los primeras semanas.

Es más rara la vez se hacía presente, desde ese día en el que fue atacado por otro ente.

"Si" respondió "Solo voy a decirte algo, el día de mañana ocurrirá una falla en el metro, tu padre estará allí si no haces algo el ya no regresará" después de decirle eso al niño se alejaba de esté dejándolo sumamente preocupado y aterrado.

Nobita estaba helado, tenía miedo de perder a su papá. ¿Qué podía hacer? En un momento pensó que tal vez le estaba jugando otra de sus pesadas bromas, además como saber si lo que decía era cierto.

"Bah" movió su mano en señal de que lo último que pensó era lo más lógico, ahora que lo analizaba con más detenimiento en efecto era lo más lógico.

Así que algo molesto bajo a cenar.

A la mañana siguiente Nobita se despertaba, ya se había acostumbrado a levantarse temprano así que tenía tiempo de sobra para poder llevarse las cosas con calma antes de dirigirse a la escuela.

Se quitó la pijama y ya cambiado bajo a desayunar.

"Buenos días mamá" se sentó para esperar su desayuno.

"Buenos días hijo" respondió la mujer, espera unos segundos, enseguida te sirvo.

"¿Y papá?" preguntó así nomás.

"Se fue temprano, dijo que tenía algunas cosas muy importantes que entregar hoy" respondió mientras que servía el desayuno.

Nobita al escuchar eso se paralizó, olvidó la advertencia que le había dado su compañero la noche anterior.

"Nobita ¿Te sientes bien?" ahora Tamako estaba preocupada, de un momento para otro su hijo estaba pálido y su mirada decía que estaba a punto de llorar.

"Ah... Si, estoy bien" trataba de tranquilizar a su madre, casi al mismo tiempo él se tranquilizaba con la idea de que era solo una broma... Una mala broma.

"Estás seguro" dijo nuevamente la mujer "Si te sientes mal no tienes porque ir a la escuela"  trataba de ser comprensiva.

Nobita negó por un rato, alegaba que estaba bien, decía que no tenía porque faltar, además es el primer día de escuela. Su madre no tan convencida acepto las palabras de su hijo.

Nobita salió al cabo de unos minutos, caminaba rumbo a la institución pero muy en el fondo sentía que debería ir a las oficinas donde trabajaba su papá.

Quería convencerse que eso no pasaría pero por más que intentaba su mente solo le recordaba las palabras que le había dicho su compañero: Solo voy a decirte algo, el día de mañana ocurrirá una falla en el metro, tu padre estará allí si no haces algo el ya no regresará. Aún así continúo su camino hacia la escuela.

Llegó a los pocos minutos, después de dar la ceremonia de bienvenida, los alumnos se dirigían a sus aulas con sus respectivos profesores.

En esta ocasión y para suerte del azabache su profesor en si era muy bien conocido por enseñar bastante bien, y no solo eso también ayudaba a los alumnos en lo que ellos tuviesen problemas ya sea en las materias o en algún problema fuera del término del estudio. Así que solo era cuestión de que el alumno pusiera de su parte.

Al estar ya sentado en el aula se percató de que no había ningún compañero que conciece bien, bueno si, algunas caras se le hacían conocidas pero solo eso.

Suspiro aliviado al ver que no estaría con los bravucones de siempre (por esa parte estamos bien) un gran peso se había quitado.

"Muy buenos días alumnos" saludo un señor un poco  mayor pero en si demasiado amable "A partir de hoy yo seré su profesor y espero que así sea hasta que concluya este ciclo. Ahora antes de comenzar las clases me gustaría conocer sus nombres bueno no sin antes de presentarme yo primero" dijo. (me eh topado con varios profes que son así, así si dan ganas de aprender).    

Doraemon: Un nuevo compañero.Kde žijí příběhy. Začni objevovat