Victoria Leclerc y Vinnie Hacker se conocen desde pequeños, son almas gemelas, pero por cosas de la vida, deben separarse sin saber cuando volverán a verse.
Aunque digan que son mejores amigos, todo su alrededor sabe que ambos sienten algo mas que...
—¿Cómo se te ocurre ir a buscar a Vinnie Hacker al aeropuerto sin siquiera decírselo a alguien? –hablo mi hermano menor en susurros un poco altos para que yo le pudiera escuchar y no los demás, ya que nos encontrábamos en la cocina de Pierre.
—¿Por qué coño te molesta tanto? Pensé que querías que se vieran –respondí cabreado.
—Pensaste bien, pero no pensaste en hablarlo primero con ella, y ENCIMA todo pasa en Bahréin.
—Qué más da eso –bufe.
No entendía su frustración. Tan solo me estaba regañando porque habían salido unas fotos mías y de Vinnie en el aeropuerto horas antes de que viniera a la habitación de Pierre.
—Charles, a veces pienso que no sabes todo lo que conlleva la fama –bufo molesto–. Nadie mejor que tú lo sabe, y te atreves a preguntar qué ¿qué problema hay? –rio irónico–. Te hago un plano si quieres.
—Venga, explícame que problema hay con querer que mi hermana pequeña vuelva a ser feliz y que vuelva a ser la misma de antes. Explícame que problema hay con eso porque yo no veo ninguno –dije completamente cabreado.
—Entiendo tu cabreo, Charles, pero haberlo consultado antes. Ambos sabemos que la reacción de Victoria cuando le vea no va a ser la que nos gustaría –razono más calmado.
—Lo sé, pero ¿y si nos equivocamos? Igual cuando le vea no sale corriendo. No lo sabemos, pero en serio Arthur. Vinnie es el mismo que siempre, sigue siendo el, pero con muchos tatuajes y mucho más alto.
—¿De qué habláis señoritos? –pregunto mi mejor amigo entrando en la cocina.
—Vinnie –susurramos ambos al unísono.
—¿Qué? O estoy muy borracho o acabo de escuchar el nombre del chaval que le hizo daño a Vic saliendo de vuestra boca –no pude evitar reírme, estaba un poco pasado de copas, pero también había escuchado bien.
—Has escuchado bien, pero ahora, te callas y volvamos con los demás –le dije y luego miré a Arthur–. Vinnie va a venir en 5 minutos, dejaremos que Vic habrá la puerta.
—Mejor que la abra alguien de nosotros, menos posibilidades de que Victoria salga corriendo. Y si sale corriendo, alguien por lo menos puede salir detrás de ella. Si fuera ella quien abriese la puerta, cabe la posibilidad de que salga corriendo y que nadie se entere –razono.
—Eres más listo que yo, hermanito –le dije abrazándole por los hombros, sonriendo.
—Reunión de hermanos y no lo habíais dicho –escuchamos a Vicky acercarse a nosotros.
—No seas celosa, hermanita –le dijimos sonriendo.
—Voy al baño, ahora vengo, no bebáis sin mi –aviso para irse al baño de la habitación.
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