7 de Marzo, 1991

—¿Qué haces preciosa? —pregunté sonriendo mientras Jan me jalaba de la mano caminando por el bosque.

—Ya te dije, cuatro veces, que es una sorpresa —me recordó con paciencia yo reí por eso—. Solo sé paciente.

Seguimos caminando intentando no resbalar por las hojas del suelo o las ramas que había, y por mi parte esquivando golpes de hojas.

—¿Aquí es? —pregunté cuando nos detuvimos al llegar a un claro.

—No, era hacia el otro lado —respondió sarcástica para después cruzarse de brazos.

—Ok, tranquila —Le di un corto beso en los labios haciéndola sonreír por eso—. ¿Qué es?

—Bueno —Soltó una risa algo nerviosa haciéndome sonreír así que le pasé una mano por la mejilla—. Hoy es tu quinceavo cumpleaños y quise hacer algo especial.

Dio un paso a un lado dejando una canasta de picnic a la vista que se encontraba sobre un mantel de cuadros en medio de dos pequeños cojines rojos.

—¿Enserio hiciste esto para mí? —Asintió sonriendo mientras yo sonreía mirándola.

—Tú siempre haces algo especial en el mío, era mi turno —Tomó mi mano luego de dejar un beso en mi mejilla—. Vamos.

Ambos nos sentamos sobre los cojines y ella comenzó a buscar entre la canasta hasta que al parecer dio con lo que buscaba, lo supe por su sonrisa.

—Es un gusto dulce que tenemos en común, crepas —Sacó un pequeño contenedor y sonreí mirándola—. Me tardé en hacerlas, quemé unas cinco al menos y las que no quemaba se quedaban pegadas así que se rompían, sigo sin saber como logré hacer estas... Ah sí, también hice galletas.

—Todo lo que tú haces es perfecto —aseguré tomando su mano con la mía.

—Ojalá el sabor no lo arruine —Soltó una risa y después abrió el contenedor extendiendome una crepa.

Pasamos un largo rato comiendo mientras ella me miraba expectante por saber que no sabía mal, aunque ella ya había devorado dos crepas.

—Cocinas perfecto hermosa —aseguré terminando de comer mi crepa que era la más grande.

—Gracias a Dios —celebró haciéndome reír—. Yo... Yo quería darte esto.

Buscó de nuevo entre la canasta hasta que saco una pequeña cajita de color rojo y luego la abrió dejando a la vista una pulsera plateada con un dije que se abría en medio.

—No sabía que regalarte, me decidí por esto —informó mientras me colocaba la pulsera en la mano mientras yo sonreía encantado.

Abrí el dije dándome cuenta que no tenía una foto por lo que la miré confundido.

—No tiene...

—Sí, lo sé —interrumpió mientras tragaba una fresa, me encantaba ver lo mucho que le gustaban las fresas—. Quise qué fuera así para que tú decidieras cuál poner.

—Gracias preciosa —La tomé de las mejillas y la besé sintiendo su sonrisa en medio del beso.

Sentí una de sus manos en mi cabello y la pegué más a mí acostándome sobre el mantel llevando una de mis manos en su espalda baja pegándola más a mí.

Bienvenida a Derry // Richie Tozier [✔️] Where stories live. Discover now