Capítulo Dieciocho

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Empezamos de pie izquierdo.
Lee YoungMin.

El fin de semana pasa y el lunes tomamos un avión que nos lleva de regreso a Seúl.

La actitud de Amanda hacia mí no parece haber cambiado. Está cortante y más distante, algo que con Taehyung no sucede. Me molesta cómo intenta que no me preste atención. Pero el tiro le sale por la culata en todo momento.

Taehyung, en sus funciones de jefe, me busca continuamente y eso a Amanda la saca de sus casillas.

Las reuniones se suceden y, tras regresar a Seúl, vamos a Daegu.

Taehyung y yo durante el día trabajamos codo con codo como jefe y secretaria y por la noche jugamos y disfrutamos.

Él lleva el morbo como algo innato y cada vez que estamos solos me vuelve loca con lo que me hace fantasear y con su manera de tocarme y poseerme. Le encanta mirarme mientras me masturbo con el vibrador que él me regaló, capricho que yo le concedo gustosa. Es tal la lujuria que me hace sentir que deseo volver a repetir lo de ir a un bar de intercambio de parejas y vivir lo que me hizo vivir.

Cuando se lo confieso, ríe a carcajadas y, cuando me penetra, fantasea con que otro hombre me posea mientras él mira, cosa que me vuelve loca.

El miércoles, cuando llegamos a Daegu, vamos directos a la reunión. Por el
camino, Taehyung habla con una tal Sook por teléfono y se cabrea. El día se tuerce y termina discutiendo por la falta de profesionalidad del jefe de la delegación. No tiene preparado nada de lo que necesita y Taehyung se lo toma muy mal.

Intento mediar para que el ambiente se relaje, pero al final salgo molesta y Taehyung, mi jefe, me pide
de malos modos que me calle.

En el viaje de vuelta, el humor de Taehyung es siniestro. Amanda me mira con gesto de superioridad y yo estoy que muerdo.

Cuando llegamos al hotel de Cheju, Taehyung le pide a Amanda que baje del coche y nos deje unos minutos a solas. Ella lo hace y, cuando  cierra la puerta, Taehyung me mira con un gesto que me hace trizas.

—Que sea la última vez que hablas en una reunión sin que yo te lo pida.

Entiendo su enfado. Tiene razón y, aunque me moleste su regañina, le quiero pedir disculpas, pero me interrumpe:

—Al final va a tener razón Amanda. Tu presencia no es necesaria.

El hecho de que mencione a esa mujer y de saber que le habla de mí me
encoleriza.

—A mí lo que te diga esa imbécil me importa un pimiento.

—Pero quizá a mí no —gruñe.

Se toca la cabeza y los ojos.

No tiene buena cara. Suena su teléfono. Taehyung lo mira y corta la llamada. Y, en un intento de suavizar el momento, murmuro:

—Tienes mala cara, ¿te duele la cabeza?

Sin contestar a mi pregunta, me clava su dura mirada.

—Buenas noches, señorita Lee YoungMin. Hasta mañana.

Lo miro, sorprendida.

¿Me está echando?

Con la dignidad que me queda, abro la puerta del coche y salgo.

Amanda espera a escasos metros y prefiero no mirarla cuando paso junto a ella o la arrastraré de los pelos. Me voy directa a mi habitación.

A la mañana siguiente, jueves, cuando el despertador suena a las siete y veinte
protesto. Quiero dormir más.

MORBO; K_Taehyung |+18 | en hiatus por el momento:(Where stories live. Discover now