Sinopsis

6.6K 316 65
                                    

El sábado a última hora de la tarde, cuando DaeHyun y yo estamos jugando en el comedor con la Play, se abren las puertas del salón y aparecen mi hermana Soyeon y mi madre, Yoom. Nada más verlas, sé que toca discutir.

Tras parar el juego, DaeHyun las mira y gruñe:

—Ustedes... ¿Qué quieren?

—Dame un beso ahora mismo, sinvergüenza, y cambia esa cara —le reprocha mi madre—. Cada día te pareces más al gruñón de tu tío... ¡Por el amor de Dios..., pero ¿es que todos los hombres de esta familia tienen que ser unos zopencos?!

—Mamá... —protesto.

DaeHyun me mira con orgullo. Entre él y yo hay una conexión estupenda que ninguno de los dos permite que nadie rompa.

—Mamá, ¿qué pasa? —le pregunto en tono molesto.

Mi hermana Soyeon tira su bolso sobre el sofá y habla:

—Ah..., hermanito, tú siempre tan simpático.

—¡Soyeon, ¿te quieres callar?! —replico.

—¿Callarse, ella...? —murmura DaeHyn.

Soyeon, que es un torbellino de locura desenfrenada, se acerca al niño y, tras darle un jalón de cabello, habla:

—A ver si te callas tú, renacuajo.

DaeHyun refunfuña. Me pide ayuda con la mirada y, cuando ve que no digo nada, se dirige a mi madre:

—Abuela, estábamos jugando una partida muy importante, estamos de torneo... ¿Qué es lo que pasa?

Mi madre sonríe. Adora a nuestro pequeño coreano británico y, dándole un beso en la cabeza, explica:

—Dae, tu tía y yo tenemos que hablar con Taehyung.

—¿Ahora? —protesta el niño.

—Sí.

—Pero, abuela, te he dicho que estamos de torneo..., ¿no puede ser en otro momento?

—No. No puede ser. Tiene que ser ahora —afirma mi hermana.

DaeHyun maldice por lo bajo. Lo conozco mejor que nadie y sé que, como no lo detenga, dirá algo inapropiado, por lo que le pido:

—DaeHyun, ve a tu cuarto.

—Pero...

—Te avisaré para seguir cuando se marchen. Es nuestra noche de hombres y nadie nos la va a jorobar. ¡Te lo prometo!

Él refunfuña, le molesta que nos hayan cortado nuestro momento, y sin muchas ganas, sale del salón para ir a su cuarto.

Una vez a solas con mi madre y mi hermana, esta última se mofa:

—¿Noche de hombres? Lo que le faltaba al puñetero renacuajo.

—Soyeon..., hija... —protesta mi madre.

Mi hermana se revuelve, nos mira e insiste:

—Quiero a ese niño tanto como ustedes dos, pero es un maleducado, o lo metemos en un internado militar, o dentro de unos años se convertirá en un adolescente insufrible.

No digo nada. Mejor me callo. Por todos es sabido que DaeHyun, por lo que sea, sólo me respeta a mí.

—Taehyung, ¿hasta cuándo vas a seguir retrasando tu visita al médico? —me pregunta entonces mi hermana.

Resoplo.

Pensar en eso es lo último que me apetece. Por desgracia, padezco una dolencia heredada de mi maldito padre, un glaucoma, que no es otra cosa que una enfermedad del nervio óptico que me produce visión borrosa, náuseas, vómitos y terribles dolores de cabeza. «¡Gracias, papá!» Nunca quiero hablar de ello. Es algo que sólo me incumbe a mí y odio dar pena.

MORBO; K_Taehyung |+18 | en hiatus por el momento:(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora