El chofer solo sonrió, le pareció muy tierno escucharlo proclamarse papá de esa bebé.

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Hablar de la desaparición de Lee Min Ho era meterte en terreno bastante peligroso y sensible para la familia Lee, que dejó de ser la misma en cuanto esto sucedió.

Todo en esa noche no estaba claro, la versión que la familia tenía sobre ese día, es que salió de su casa rumbo a su trabajo en una fábrica de arneses para auto, pero realmente jamás llegó, pero ellos no se darían cuenta hasta la tarde del siguiente día, cuando tenia que volver al trabajo y este no había llegado. Inicialmente pensaron que había optado por trabajar hora extras, por lo que pudieron dormir tranquilos pensando que por la mañana él llegaría, sin embargo, tampoco lo hizo.

La empresa reportó sus dos días de faltas injustificadas con los números de sus familiares que Minho alguna vez proporcionó, desde ese momento la angustia creció y hasta hoy, cinco días después, seguía creciendo en un punto tan malo que le absorbió las ganas de vivir al padre de familia, quien se culpaba por estar tan enfermo y no poder trabajar, porque en su lugar Minho tenía que hacerlo.

Las noticias que hoy le tenían a la familia no era nada bueno, porque ni siquiera les daban una explicación sensata. Solo alguien que reside en una playa de Corea, dijo que revisando sus cámaras de seguridad encontró como un tipo se suicidaba en el mar justo el día de la desaparición de Minho. No cumplía mucho con las características, pero a la policía les fue suficiente para querer convencer a la familia de que ese chico ya no seguía vivo y por fin dejarían de tenerlos en la estación de policía todos los días exigiendo un avance en la búsqueda.

Ninguno de ellos lo aceptó, porque no había un motivo para hacerlo. Minho tenía una idea de la vida demasiado bella, tenía una personalidad que no coincidía con las acciones de las que se le acusaban, simplemente no podía ser cierto.

Y Felix era quien más sufría con esto, porque era capaz de entender que sus padres perdieron a su hijo mayor y quien les dio la dicha de ser padres por primera vez, era por eso que Felix sufría, porque sentía que no merecía llorar, ni sentir mucho, ya que su dolor no se compararía con lo que sus padres sienten y que es egoísta de su parte deprimirse aún cuando tiene más vida y salud que sus padres para poder mover cielo, mar y tierra por encontrarlo.

Al menos ese era su pensar.

¿Quien le iba a explicar que esta falsa explicación lo devolvía a esa noche en el auto con Bang Chan?

Ni él mismo sabía que esa noche había desatado todo el caos que comenzaba desde este día, porque no solo había dado a luz a la hija de un mafioso, Felix no tenía ni idea de que ese hombre era mafioso, no uno cualquiera, sino alguien con demasiados enemigos que no dudarían en matarlo a él y a su hija con tal de ver sufrir a Bang Chan.

Felix ya ni siquiera quería pensarlo más. Su hermano no se suicidó, pero sentía que ya no estaba entre los vivos. Por alguna razón, pensar en Minho como alguien que ahora estaba junto a las estrellas más brillantes, era más fácil.

—Hijo, tu padre es demasiado cerrado como para decirlo, pero yo quiero decirte que queremos recuperar nuestra conexión...

—Mamá... –Felix solo sonrió —Hablemos de esto otro día. Hoy me siento...

—¿Pesado? –se limpió las lágrimas —Quédate a dormir aquí mi niño, siento que algo malo va a pasarte. Además, es muy tarde.

—Mamá, ahora tengo una hija, no puedo simplemente abandonarla con mi mejor amigo. Ni siquiera le avisé que empeñé mi celular para conseguir algo de dinero... debe estar preocupado.

don't blame meWhere stories live. Discover now