'♟= 03

1.1K 137 105
                                        

Siete meses después.

¿Cual era la mejor manera de describirlo todo sin que pareciera que él no amaba a su hija? Felix realmente adoraba pasar tiempo con su hija, pero nunca faltaron los días en los que deseó poder escapar del país y comenzar desde cero en un pueblo de algún lugar del mundo lejos de Corea. Eran sus arranques más extraños pero a medida que iban sucediendo, se daba cuenta de que eran comunes.

Que fuera común no lo hacía sentir mejor, por eso todo el tiempo sentía que debía disculparse con su hija por pensar que estaría mejor si la abandona. Y realmente no estaría mejor si la dejaba ahí. Felix ya no encontraría paz si se iba a rehacer su vida en otro lugar, porque entonces llegaría de su trabajo y no encontraría a una pequeña niña jugando con su único peluche de manera grotesca. Tampoco tendría esas mañanas en donde solo son ellos dos en casa bailando canciones infantiles. Sin ella todo el tiempo se sentiría solo, y aunque a veces lo hace, sabe que en casa siempre estará un pequeño ser que lo ama como nunca nadie lo amará jamás.

Sabía que no sería fácil, pero le costaba salir a disfrutar a los parques, ya que siempre había escenas familiares que Dae observaba con atención, parecía darse cuenta de que de su lado falta alguien, solo era pequeña para entender que debía tener otro padre. Y Felix solo deseaba que ella jamás creciera, para así no tener que explicarle nada con respecto a Bang Chan.

—¡Encontré la solución! –gritó Jeongin desde la sala del departamento de Felix —¿Que tal si vuelves a los juzgados?

—Jeongin...

—Felix, piénsalo. Estudiaste derecho por bastantes años, gastaste demasiado dinero en ello como para que no quieras ejercerlo solo por un par de personas homofóbicas.

—En los juzgados no hay espacio para gente como yo. Ahí solo están gente con buen estatus económico, caras bonitas y esas personalidades fingidas.

Jeongin volvió a recostarse en el sofá mientras pensaba en que otros trabajos podrían servirle. Realmente pensaba que volver a ejercer su profesión sería algo bueno, pero había algo que Felix ocultaba, no solo el hecho de que existía la homofobia y preferencias en ese lugar. Aún así jamás lo presionaría, nunca le obligaría a que hablara acerca de esa etapa de su vida. Las cicatrices en sus muslos le daban un adelanto que él como su mejor amigo, quizás no estaba listo para escuchar. Y piensa que Felix no estaba listo para hablarlo.

—Se me acabaron las opciones para un mejor trabajo –resignado apagó su celular —Ahora que lo pienso... ¿No es mejor si buscamos al papá de Dae?

Otra vez la misma historia...

—Jeongin. Entiéndelo. No puedo buscar al papá de Dae, ya es demasiado tarde ¿Si? Debí hacerlo cuando ella se formaba en mi vientre, debí enfrentarlo antes de que él...

—¿Que hizo? ¡Es cierto! Jamás me contaste porque dejaste de buscarlo, fue tan repentino que te rindieras ya justo a los siete meses de embarazo –encaró divertido —Habla ahora o... No, no guardes silencio para siempre, en serio quiero saber que sucedió.

—Bang Chan está casado ahora mismo ¿Bien?

Jeongin abrió sus ojos lo más que pudo, su mandíbula casi que cae al suelo de la impresión que sintió. Felix solo se burló porque era la expresión que esperaba de parte de su amigo.

—Casado... ¡Felix te metiste con un casado!

—¡No, no, no! –volvió a reírse porque quizás la mejor forma de afrontarlo era haciendo bromas con ello —El destino me hizo estar presente en el día de la propuesta. Hice el pastel que le regaló. Fue ese último día que volví temprano del restaurante.

don't blame meWhere stories live. Discover now