Se arrepintió de haber llegado hasta ahí, porque no había nadie y sentía miedo. Se sentó para no estar más cansado, pero eso nunca lo hizo sentir más tranquilo. Afortunadamente una persona se acercaba y no desconfiaría de alguien que lleva audífonos, por lo que bajó la guardia, de hecho se sintió a salvo.

Eso se esfumó en cuanto aquel chico pasó por detrás de él y desde ahí alcanzó a oler algo muy fuerte que lo mareó, pero el olor se hizo más y lastimosamente lo sintió más cerca, en su rostro y bloqueando su respiración. Se aferró a no respirarlo, pero era tan fuerte que no pudo luchar por más de veinte segundos. Él dejó de saber lo que ocurrió a partir de ahí, pero Han, Changbin y Bang Chan no.

—Si yo fuera tú, no intentaría nada. Por donde sea que vayas, te atraparán –habló Changbin por detrás del chico —¿Es necesario que te diga que a partir de hoy tu vida depende de mi estado de ánimo? –ni siquiera dejó que dijera algo, simplemente lo noqueó con el arma y este cayó al suelo —Creo que toca averiguar si es que sigue vivo, se ve muy débil.

Han llegó y sostuvo a Jeongin mientras que Bang Chan sostuvo a Dae. Supo que ese era su rol en cuanto vio a su amigo sostener al desmayado. Apenas tomó a Dae y la acomodó en sus brazos de manera inexperta, se dio cuenta de lo pequeña que era, ya que con un solo brazo podría cargarla. Han tomó al estilo princesa a Jeongin y lo subieron al auto.

Bang Chan quería tiempo para él , por eso subió al auto de atrás en donde alguien diferente venía conduciendo. Han y Changbin lo entendieron.

El que conducía el auto donde venía él, siguió al que manejaba Changbin. Y quería llevar la misma velocidad, pero tuvo que considerarlo ya que Bang Chan le dijo que no fuera tan rápido, que podría marear a la hija de Felix, ya que aún no podía proclamarla suya.

Dae no reconoció el olor de ahora. Tampoco la voz de quien la sostenía, por eso comenzó a removerse en esa delgada sabana que su abuelo le compró. También comenzó a despertar y reunir todo su pequeño ánimo para socializar con este nuevo personaje en su vida.

Bang Chan no supo que hacer al ver como Dae se comenzaba a mover y despertar mientras sacaba sus pequeños bracitos, le congeló el alma que esta le tocara la barbilla con su pequeña manita, solo así prendió la luz del auto y pudo observarla.

No había palabras para describirlo en ese momento, pero las hubo cuando Dae recién despierta con esos ojos pequeñitos le miró y no tardó en mostrar sus encías cuando intentó sonreír y ser una bebé amable.

Hubo algunos balbuceos de parte de Dae, mismos que terminaron en ella tirando mucha saliva, misma que Bang Chan limpió con su corbata.

La miró y ella lo miraba, pero Bang Chan tenía una mirada diferente, una confundida y es que no sabía exactamente como debía reaccionar, pero le hacía sentir bien que ella le mirara, que lo estuviera tomando por la barbilla y tenerla en sus brazos aún cuando hace apenas un día ni siquiera sabía de ella. Le era tan parecida a él mismo pero tan igual a Felix que ni siquiera tuvo dudas de que fuera suya. Simplemente lo aceptó apenas y la cargó. Era su pequeña hija y no tenía problemas en aceptarla como suya, pero si tenía problemas en aceptarse a si mismo como padre, porque ya la reconocía como su debilidad más grande.

—Ni siquiera sé tu nombre, pero si tu nuevo apellido –habló en voz baja porque le era vergonzoso hacerlo mientras no estaba solo —Eres bonita, tienes la suerte de parecerte a mi –Dae sacó su lengua y juntó demasiado saliva, por lo que lo tomó como algo negativo —No sé mucho de Felix, pero supongo que tienen el mismo carácter, fue algo gruñón ¿Por qué me miras así? ¡Por supuesto que conozco a tu papá! –Dae sonrió —¿Te burlas de mi? Oye, hay que comenzar a establecer reglas. Soy tu papá, no debes tomarte a chiste lo que digo.

don't blame meWhere stories live. Discover now