Eres grande Manuel...¿Cómo que se fueron a la Isla?

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Narra Manuel

Después de pasar unos grandes días en Holbox a lado de Mayte y el par de dos que sin duda habían sido el gran motivo por el cual nos quedamos mas días de los planeados en la isla, había pasado un ligero accidente pues Oliver casi se ahogaba en la piscina del hotel de Ale Tamargo la mejor amiga de Mayte quien antes ya había conocido y por quien regresábamos al lugar para recordar lo que hace dos meses Holbox y ese hotel habían logrado hacer conmigo una union entre Mayte y su familia pero esta vez jugaría de nueva cuenta a mi favor pues me había decidido a enseñarles a nadar a los niños y estaba a decidido a que no nos iríamos hasta que supieran nadar, tuvimos un pequeño desacuerdo pues yo planeaba quedarme el tiempo que fuera necesario pero no habíamos traído ni una prenda para quedarnos ni siquiera una noche, le pedí disculpas porque olvidé insistir en traer equipaje así que aprovechamos que los niños dormían y bajamos a pedirle de favor a Ale que los cuidara mientras regresábamos del pueblo de comprar lo que nos hacía falta que lo era todo excepto nuestras compañías, al estar en una de las tiendas que visitamos tuvimos otra discusión pues ella se negaba a que yo pagara la cuenta porqué la mayoría de las cosas eran de los niños y de ella, no me pude doblegar y pague la cuenta diciéndole que el que no habíamos traído equipaje era mi culpa y que debía de aceptarlo cosa que termino aceptando no muy convencida, la felicidad que llevábamos de regreso al hotel era genial, encontramos a Ale dormida junto a los pequeños, acomodamos la ropa en el closet y en los cajones, después pasamos acomodándolas en la habitación de los niños, se llegó la hora de la cena, Ale despertó y nos invitó a cenar a un restaurante cerca del hotel que se veía espectacular, los niños estaban felices ambos compartiendo asiento a mi lado mientras la miraba con una sonrisa del otro lado de la mesa mientras que por otra parte Ale platicaba amenamente con Mayte, la cena transcurrió entre risas y anécdotas hasta que los niños comenzaron a decir que tenían sueño, regresamos al hotel caminando mientras que yo cargaba a ambos gemelos hasta el hotel, llegamos al hotel y en la recepción cada quien se dirigió a sus respectivas habitaciones, después de dejar a los pequeños la entrega entre Mayte y yo fue intensa,en la mañana el desayuno era perfecto con los chiquitines acompañados de Ale Tamargo quien decía estar encantada de poder compartir tanto tiempo con nosotros cosa que agradecía pues quería conocer un poco más del entorno de Mayte, después del desayuno la siesta de los niños se hizo presente haciendo que eso me llevara a tomar una siesta a la par con ellos, después de un rato los niños me despertaron pues querían que sus clases de natación comenzaran, les pedí que se colocaran ropa para ir a la piscina mientras yo haría lo mismo para mi sorpresa no se encontraba Mayte en la habitación ni en el baño así que me asomé por la ventana mirándola como tomaba el sol acompañada de Ale, después de cambiarse bajamos decididos a comenzar las clases efectivas de natación que les había prometido mientras estaba enseñándoles me daba cuenta como Mayte nos observaba y yo trataba de no descuidarlos pues no quería otro susto como el de la última vez, mientras que los pequeños pataleaban e intentaban nadar con mi ayuda estaba totalmente convencido de que ambos lo hacían muy bien pero aún no lograban vencer el miedo y era por eso que aún no aprendían a nadar, así pasamos el resto de la tarde mientras que Ale y Mayte disfrutaban de la fresca sombra de la palapa mientras tomaban un par de tragos, llegó la noche y nos dirigimos a nuestras habitaciones estaba tan cansado que ni me sorprendí de ver a los gemelos dormidos en nuestra cama, me acosté en la orilla y estaba tratando de no dormirme mientras esperaba a que Mayte saliera de darse una ducha,salió del baño ya con la pijama puesta y se acercó a la cama para mover a los niños a la otra mitad de la cama para después acostarse a mi lado haciéndome reír pues me habían dejado a la orilla seguro amanecía en el suelo esa noche fue tranquila, llena de paz y en un solo abrazo había la entrega más profunda que habíamos tenido estando unidos siendo felices, los días pasaron de la misma manera Mayte decía que yo tenía una terquedad en que los niños tendrían que irse sabiendo nadar de aquí cosa que aunque no lo podía creer pasó, el primero el saber nadar fue Zahir.

Cambiando el destinoWhere stories live. Discover now