01. ¿Dónde estoy?

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Aelin despertó con un quejido de dolor. Abrió los parpados lentamente y pestañeo hasta que su visión se fue aclarando, notando el cielo nocturno sobre ella con los arboles alrededor.

Gruño al intentar moverse, todo su cuerpo estaba rígido, como si hubiera estado en el frio mucho tiempo. Tomando dos respiraciones profundas se reincorporó y sostuvo su cabeza con una mano ante el mareo que la invadió, usando la otra para no caer de espaldas.

Se quedó un rato en esa posición hasta que ya no se sintió enferma y se levantó, solo alcanzó a dar dos pasos hasta que sus piernas fallaran y cayó de rodillas. Gateo hasta un árbol y se sentó afirmando su espalda en él.

"¿Dónde estoy?" soltó, frotando sus brazos y piernas para entrar en calor.

No ayudaba el hecho de que tenia puesto su uniforme de falda, polera y chaleco. No había bosques cerca de su casa, ni en su ciudad. Lo último que recordaba es ir de vuelta a su casa después de pasear un rato por la plaza. 

Nada de esto tenía sentido.

Tampoco tendría que estar en uniforme, pues ya había terminado su educación hace años, teniendo veinticuatro. Aelin, perdida en sus pensamientos y sintiendo el comienzo de un ataque de ansiedad no se dio cuenta de la presencia que se le acercaba por detrás.

Miau.

Aelin no chilló al escuchar el maullido, no lo hizo.

Miau.

Un gatito maullaba mientras se acercaba cojeando, probablemente pidiendo comida. Pelaje negro y ojos verdes, tenía pequeños cortes, de ramas supuso.

"Hola, cosita ¿tienes hambre?" buscando en sus bolsillos encontró la mitad de un pedazo de pan, afortunadamente blando. "Lo siento, solo tengo esto"

Debido a su tamaño, comenzó a partirlo en pedazos más chicos para que pudiera comerlo con cuidado de no dejarlo caer por sus manos temblorosas. El gatito olisqueo el aire antes de avanzar y devorar el pan.

Con el latido de su corazón golpeando con fuerza en sus oídos, respiro hondo hasta que sus manos dejaron de temblar, ya fuera por frio o por la situación en la que se encontraba. Los árboles eran altos y lo suficientemente gruesos para trepar por ellos.

Que fue justo lo que hizo. Necesitaba una vista más alta para hallar el camino de regreso.

A donde sea que eso conduzca.

Se levantó y sujetándose de la rama más baja se impulsó para subir, entre pausas, agarres temblorosos y la aguda mirada del gato logró llegar a la parte con una rama lo suficientemente gruesa para soportar su peso.

"Bien".

Aunque no podía ver una salida, unos cuantos metros más adelante había un muro, no creía tener la fuerza para escalarlo, pero era mejor que quedarse quieta a esperar a que algún animal salvaje la atacará.

Con cuidado bajo del árbol y se quedó observando a su amigo peludo que, satisfecho, se lamía las patas delanteras.

'También me llevo al gato'.

Con cuidado, tomó al gatito que soltó un maullido confuso al ser repentinamente cargado. Se removió un poco en sus brazos y solo se quedó quieto al estar en una posición cómoda sobre sus hombros.

Las garras de sus patas dolían, haciendo que Aelin frunciera el ceño, pero siguió adelante caminando a un ritmo rápido y constante, cada minuto que pasaba rodeada de esos árboles la ponían más nerviosa y no quería arriesgarse a tener un ataque de ansiedad en medio de un bosque tenebroso. Al menos el peso del cuerpo del gatito sobre su hombro la mantenía en tierra.

Alma Errante [TCF]Where stories live. Discover now