Inestables (Todobaku)

Falló

{ Bakugo, no escuchó nada. Mi cabeza se nubla, qué sucede? medicamento..dónde está? }

- Mitad y mitad, me estás escuchando? - alzó la ceja levemente.

El bicolor alzó la mirada fijándola en el rubio, pero había algo diferente en ella. Sus ojos empezaban a tornarse un poco más intensos de color.

- Hey..bicolor - se enderezó llevando su mano hacía él.

Un manotazo resonó en la habitación.

- Qué mierda?!

- Sal.

- Qué? - un ceño fruncido se hizo presente.

- Vete de aquí Bakugo, porfavor.. - su voz temblaba.

- Por qué de pronto..

La nariz del rubio fue invadida por ese olor qué ya reconocía, había pasado tiempo desde la última vez que estuvo tan cerca de ese aroma.

- Seguro ya lo notaste, aún sigo en rut. Vete Bakugo, me estoy conteniendo.

Bakugo lo miraba confundido, para él su rut fue solo dormir. No tenía ni la más mínima idea de qué quería decir el bicolor.

- Tú me ayudaste en mi rut, ahora yo tendré que hacerlo.

{ A qué se refiere? Lo qué pasó en el enfermería? dudo que lo recuerde}

- Es diferente, Bakugo.

- En qué carajo es diferente si no me dices?! - gritó.

- Solo ve a tu casa, Bakugo. - Todoroki empezaba a salivar y su respiración era difícil de contener.

La habitación empezaba a llenarse completamente de feromonas dominantes. Las piernas de Bakugo comenzaron a temblar, aún si él ya lo sabía, nunca habría imaginado lo fuerte que es la dominancia aún teniendo el mismo segundo género.

- Te traeré medicina..

- No, solo vete a casa. Estaré bien, llamaré a mi hermana después.

Agitado y con algo de fiebre, Todoroki podía sentir venir los pensamientos sucios para aliviarse, hacia todo lo posible por mantenerse cuerdo. Nunca imagino que su despertar llegará tan fuerte.

- Te ves terrible, me iré y la llamaré por tí. Solo espera un poco.

La cabeza de Todoroki ya estaba perdiendo cordura, su visión empezaba a estar borrosa, pero lograba enfocar la figura del rubio alejándose de él. Si una cosa era cierta, es que ya no era consiente.

Bakugo se encontraba a pasos de la puerta, sacando su teléfono para desbloquearlo y llamar. Cuando el aire se volvió pesado y sin parpadear, perdió el control de sus piernas.

- Qué..qué carajo.. - su respiración se entre cortaba, empezaba a temblar sin parar. ¿Así era el rut de un alfa dominante? bueno esa no era la peor parte.

Girando su cabeza lentamente la presencia de Todoroki lo invadió.

- Tú, maldito idiota qué..qué es esto...

En silencio el bicolor se agachó hacia él y murmuró en su oído.

- Hueles realmente bien.

La expresión de Bakugo cambió, sus ojos se abrieron de sorpresa y comprendió lo que sucedía.

- No estás cuerdo, verdad?

Sin respuesta, Todoroki lo tomó del rostro y forzó para besar a Bakugo, metiendo su lengua hacia él con violencia mientras le sujetaba las manos, acostándolo completamente en el piso.

Entre ese beso Bakugo lo mordió fuertemente haciendo que el bicolor retrocediera.

- Cof cof..maldición, déjame respirar un momento quieres?

Bakugo observó correctamente al bicolor, quien estaba encima suyo, nada consiente, el cabello sin orden tapando su cara y esa cicatriz en su labio con la sangre que escurría de la mordida recién. Su agitada respiración y un poco de sudor, por alguna razón movían su corazón.

- Vaya vista..estás muy callado y quieto, ahora qué te pasa? ah..te dejé una gran herida - su ropa se había llenado de algunas gotas de sangre.

Todoroki bajo la mirada hacia Bakugo de nuevo y lentamente se inclinó hacia él.

- Aquí vamos de nuevo.. - suspiró el rubio, para luego llevarse una sorpresa - qué estás..

Todoroki quien iba dirigido hacia él, pero cambiando su dirección hacia la clavícula del rubio, respirando cerca de esta. Tensando completamente a Bakugo, quién se encontraba confundido ante esto.

- Ya te dije que no soy un puto omega, verdad? - el rubio alzó su voz con burla.

Unos minutos de silencio más que se hacían eternos para él.

- Lo sé.

Todoroki se enderezó quedando cara a cara con Bakugo, sus ojos lo decían, aún no estaba cuerdo.

- Entonces..

- También sé, que no necesito que lo seas, eres un alfa, aún en mi estado puedo diferenciarlo. Tus hombro son anchos, tu voz es gruesa, tus piernas están ejercitadas, tus manos son rasposas y tu olor es fuerte. Esto para mí es mejor que cualquier omega que pueda existir.

Bakugo solo observaba y escuchaba a ese idiota arriba suyo, su cabeza no analizaba que estaba sucediendo, por que de pronto todo se tornó tan dulce?

- No quiero lastimarte, Bakugo. Por alguna razón, de verdad te quiero a mi lado, por favor déjame hacerlo.

- Já, cómo un debilucho cómo tú podría lastimarme. No me subestimes - respondió.

El rubio alzó ambos brazos lentamente hacia la cara del bicolor, tomando sus mejillas y alzando su propio rostro, lo besó suavemente.

Bakugo no entendía el porqué estaba sucediendo esto, pero lo pensaba descubrir.