Capítulo

226 35 30
                                    

Shoto despega el lapicero del papel una vez que el punto final en su pequeña carta fue plasmado. Posteriormente la guarda bajo su escritorio, en ese cajón que ejercía como materialización de su cabeza, un resguardo para esas cosas que buscaba proteger del resto del mundo, como su mente guardaba celosamente sus pensamientos más sinceros.

El sobre yace bajo un cuaderno, mismo en el cual solía escribir seguidamente. Sus complicados sentimientos estaban redactados en ambos objetos. Ese cajón guardaba su esencia en su totalidad.

Su labio inferior tiembla, advirtiendo sobre las gotas que están por resbalar sus mejillas. ¿Por qué llora?

Su cabeza está en blanco y su corazón detenido, pero sus ojos lloran.

Uno de esos ataques hace presencia en el momento justo, tras haber estado ausentes tanto tiempo, esos ataques le recuerdan por qué asiste a terapia. Entonces su ropa comienza a sentirse pesada, su piel pica como si se hubiera parado sobre un hormiguero de obreras furiosas.

Justo ahora su cabeza es consciente de cada mancha en su piel. Cada cicatriz, lunar y quemadura están plasmadas en su cerebro como si se viera en tercera persona.

Sus pupilas se dilatan y contraen mientras son humedecidas con las lágrimas.

Hace unos momentos estaba perfecto, ignorando todo con ayuda de su amado. Ahora se ve a sí mismo como si su alma hubiera partido de su cuerpo y lo observara con un deje de decepción y frustración.

No sabe cómo, pero parece no estar defectuoso por un instante. Parece reconocer lo que él piensa de sí mismo, absolutamente todo, sin falta.

Su respiración falla. El defecto en su corazón parece haber sido contraído por sus pulmones y ahora el aire le falta. Su boca se abre de a poco como un intento desesperado por mantener el oxígeno circulando en su cuerpo.

Casi puede escuchar cómo fluyen las gotas de sangre por sus venas, cómo sus latidos se ralentizan, cómo sus órganos trabajan y cada parte en su interior cruje como la madera desgastada de una cabaña en abandono.

Vuelve a ser consciente de sí mismo y se siente fatal, solo ahora es consciente de que su cuerpo se siente como si fuera a desvanecerse en cualquier instante, como si sus minutos estuvieran contados y los hubiera gastado en lamentarse.

Está en su peor condición. Muestra ahora la versión de sí mismo más lamentable y desgastada, aquella que oculta de todos y que nadie es merecedor de conocer.

La puerta imita su interior y suelta un chillido que demuestra la falta de aceite en su mecanismo. Alguien entró.

Escucha pasos como si fueran estruendosos relámpagos que azotan en la habitación. Eso le provoca dolor de cabeza.

Los pasos se apresuran, alguien lo vió y entró en estado de pánico.

Justo al sentir como su cuerpo cede y se encuentra recargado sobre el suelo, por primera vez siente una gota que no proviene de él. ¿Llueve..?

Alza su mirada con pesar y lo ve frente suyo. Hanta llora con una expresión vacía frente a él.

Hanta no sabe qué hacer, y su corazón actúa antes que su mente, sus pies se acercan peligrosamente hasta el chico quebrado que, inconscientemente, lo llama hasta él.

Lo abraza. Lo abraza como si su vida entera dependiera de mantenerlo a salvo de lo que sea que estuviera pasando. Ya ni siquiera le importa haber dejado abierta la puerta a causa de su preocupación por los sollozos ahogados que llegaron a sus oídos, mucho menos le importa la cantidad de tiempo que pasa, no se moverá de allí.

Después de tanto Shoto reacciona y se aferra al suéter color marrón que lo cobija junto a su portador. No tiene el valor de verlo a los ojos después de oler ese característico aroma suyo.

Su respiración se estabilizó, sus piernas recuperaron la fuerza, su mente descansó por fin, mas sus ojos se niegan a cerrar el grifo y continúan llorando de manera desconsolada.

Se abrazan con diferentes dudas atravesándolos como balas perdidas. Shoto se pregunta qué lo hace llorar y por qué, si no se sentía mal, ahora está roto de nuevo. Hanta se pregunta si la preciosa piel decorada con manchitas de Shoto siempre se había sentido así de fría; ¿cuántas veces pasó esto?, ¿cómo nunca estuvo enterado? Se condena por cada pequeño detalle que dejó escapar.

No sé explicarlo pero tenía que hacer este drama para lo que viene JAJSJS

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


No sé explicarlo pero tenía que hacer este drama para lo que viene JAJSJS.

Sé que está siendo medio dramático todo, pero ahora viene la gran entrada de Sero, y todo lo que puedo prometerles es un final feliz.

Querido diario | SerorokiWhere stories live. Discover now