Especial 1/2

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Pt. 1/?

Shoto cerró y dejó de lado aquel cuaderno azul marino, decorado con stickers, cortesía de su compañero Denki Kaminari, quien hacía estos y los regalaba a su clase, cuando no los estaba pegando por alguna señal en la calle o en su patineta.

Una sonrisa plena decoraba sus belfos rosáceos y agrietados, tan tranquila como la que mostraría a un gatito de la calle o a una de las plantas que había empezado a cuidar con Hanta. Sus mejillas hacían pequeños bultos en la punta, achicando sus bicolores ojos rasgados. Realmente una imagen demasiado linda para ser tan escasa.

Se levantó de la silla de su escritorio y, animadamente, se dirigió a la puerta de su alcoba. El aire ligero le inundó por completo, estaba feliz. Sabía que no existía otro nombre para lo que estaba sintiendo.

El año nuevo se encontraba asomando tímidamente desde una esquina de su vida. Nuevamente, esto no causó ningún sentimiento en él. Sería lo mismo de cada año, un nuevo año vacío llegando para reemplazar al anterior.

¿Entonces por qué rebosaba de felicidad su persona, si el año nuevo no era el causante?

Quizás un año nuevo diferente se aproximaba en esta ocasión. Tal vez lo hacía feliz releer una y otra vez esa misma nota.

Ese día en la mañana había despertado de la misma forma que el año pasado, y de la misma forma que todos los días. Vacío. Con pesar abrió los ojos, dejando a la luz de la mañana atravesar sus pestañas para llegar con vigor hasta sus pupilas. Descartó sus sábanas y se plantó sobre la cama, sentándose encorvado y perezoso. Talló sus ojos y finalmente se levantó sobre sus pantuflas azules con rayas grises una vez estuvo convencido de que no caería al suelo enseguida se plantara erguido sobre el mismo.

No había absolutamente nada de diferente este año. Sin embargo, nunca dejó de marcarse como cierto el hecho de que suele estar más animado con sus compañeros de clase, en comparación a los años que "festejó" en compañía de su disfuncional familia.

Finalmente tomó una gran bocanada de aire y se dispuso a entrar, tan ágilmente como le permitió su semi-ensoñación, dentro de una camisa blanca con cuello de tortuga, un mallón negro, unas botas largas —negras también—, y un abrigo marrón largo. Arregló sin esmero su peculiar cabello y, como cada mañana, untó sobre aquella cicatriz desprolija algo de crema. Solía resecarse y resultaba incómodo incluso parpadear. Aunque de igual forma era incómodo, pero había vivido con ello y, por desgracia, seguiría viviendo con ello.

Algunas horas del día pasaron, tan presurosas como si también esperasen la llegada de un nuevo año. Casi tan entusiasmadas como los miembros de la prestigiosa academia de héroes, quienes presumieron a cada instante su plenitud de todos, demostrándolo con chillidos agudos, vestimentas formales, o conversaciones en un volumen innecesariamente alto.

Sus compañeros podían sacarle una sonrisilla fugaz pero, ¿realmente lo hacían feliz? No, no lo hacían. Ese día aún era un día sólo un poco menos común que el resto.

El menor de los Todoroki se mantuvo fiel a su pensamiento pesimista, hasta la llegada de cierto asiático latinoamericano¹. Dicho pelinegro conocido por su facilidad de socializar y trabajar en conjunto lo notó apagado, y debido a su naturaleza sincera lo expresó con simpleza. Shoto se golpeó contra una pared imaginaria, pensando en que había preocupado a Sero en un día que, se supone, él debería disfrutar.

De nuevo Hanta representó un sentimiento extrañamente diferente dentro de Shoto, proponiendo un extraño plan para el día.

—Me gusta convivir con todos, pero quiero pasar al siguiente año contigo, si estás de acuerdo, Roki —Hanta sonrió con amplitud, casi presumiendo su peculiar sonrisa.

—¿Por qué harías eso? No quiero que te pierdas el festejo por mí, yo realmente no hago mucho por la fecha —Todoroki cabizbajo negó su propuesta, sintiéndose mayormente decepcionado de verse obligado a declinar en base a la culpabilidad.

—Aún no lo entiendes, ¿cierto? —soltó una risita por lo bajo y miró con el mismo brillo cargado de cariño los ojos de Shoto, su heterocromía, su cicatriz, sus lindas pestañas albinas y pelirrojas, y el vacío enorme tras esas esferas preciosas.

Todoroki quedó confundido tras las palabras de Sero. Una cosa más a la lista de cosas que no entendía o se le dificultaba entender.

Sero pasó el resto de la mañana pensando en si Shoto realmente no quería pasar el año nuevo junto a él y, tras todo el tiempo que esto acaparó, surgieron en su mente dos posibles escenarios. Uno: Shoto no deseaba que fuera él quien lo acompañara a recibir el nuevo año; dos: Shoto sentía que no valía la pena perderse el festejo por él. La segunda opción le dolió. Él era consciente de que constantemente el bicolor solía categorizarse como algo inferior, que no valía la pena, sabiéndose a la vez inalcanzable y deseado.

Ambos habían tenido la oportunidad de convivir en incontables ocasiones. Incluso si no podían llegar a llamarse mejores amigos, eran cercanos, y Sero conocía la razón de porqué no podría proclamar a Todoroki como su mejor amigo. La parte de su razón más nítida y pensante quería poder llamarlo así mas, la parte ilusionada y esperanzada, no compartía la misma meta y creía desde lo más profundo que su pecho sentía por ambos lo que Shoto carecía, incluso sin él conocer la limitada capacidad de Shoto por sentir libremente sin dejar paso a la incertidumbre.

Hanta, tras el tiempo que han convivido, es consciente en todo momento de que su compañero de clase es el que conoce las facetas de sí mismo a las que había dejado de lado, y con todo lo brillante en su triste sonrisa, desea ser él quien conozca las facetas de Shoto que se ocultan tras esas manchas pálidas, esa cicatriz rojiza y esos bonitos ojos ausentes. Lo había decidido, incluso si Shoto no quería tener nada que ver con él durante año nuevo, le daría un regalo, sería el primero en darle un regalo en este nuevo año y comenzaría por intentar ser las primeras veces de su querido heterocromático durante el nuevo inicio de año que caería sobre ellos. Se esforzaría hasta escuchar de la boca de Shoto que no lo quería más cerca suyo. Rompería su corazón y su alma en pedazos hasta que algo apagara la ilusión trazada en consecuencia a un "tal vez". Tal vez sería correspondido. Tal vez Shoto y él podrían descubrir juntos qué tan acertados o errados eran sus conceptos de enamoramiento.

 Tal vez Shoto y él podrían descubrir juntos qué tan acertados o errados eran sus conceptos de enamoramiento

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1.- Por lo que investigué así es la forma de decirle a un asiático con ascendencia latina.

También quería mostrar aquí un poco desde la perspectiva de Hanta para que no se mantenga como un posible sentimiento unilateral.

Iba a hacer un capítulo entero pero ya tenía tiempo sin actualizar y quería subir lo que tenía hasta el momento del especial de año nuevo-

Anyways, primer cap fuera del diario de Sho +Headcanon de Shoto con vitiligo (las manchitas claras a las que se refiere Sero).

Querido diario | SerorokiWhere stories live. Discover now