¸„.-•~¹°"ˆ˜¨ 06 ¨˜ˆ"°¹~•-.„¸

133 15 0
                                    

—¡Aku!

El rubio fue corriendo para acompañar a la pelinegra que salía de la cabaña que al final resultó ser del anciano.

—Ya terminé lo de la madera, ¿has descubierto algo?

—Sí, una receta. Carne con pescado picante, la usaremos para llegar a la zona del santuario rodeado de nieve.

El de ojos azules asintió, se emocionaba si era algo sobre comida.

—¿Tenemos todo para cocinar?

—No, nos falta algo. Un pescado, creo que cualquiera sirve.

—¿Y donde encontramos pescado por aquí?

—Creo haber visto algunos nadando en una especie de charca al lado del primer santuario a donde fuimos. Podría ir y-

—Viajaré yo a ver si es posible ir solo, trataré de traer el pescado lo antes posible, no te preocupes.

—¿Y como volverás?

—Fácil, teletransporte al segundo santuario al que hemos ido.

—¿Ese que tiene robots asesinos que no pararán de apuntarte para intentar matarte?

—Usaré la misma técnica que la que usamos antes, salir corriendo y el camino ya creo que me lo sé.

—¿Crees? Será mejor que te acompañe no vaya ser que-

—No no no, confía en mí.

Ambos se quedaron mirando fijamente sin decir una palabra, mientras que el anciano estaba de fondo observando la pequeña discusión.

—Como no llegues vivo de nuevo aquí te juro que cuando encuentre tu cuerpo te incinero, ¿bien?

El rubio se sorprendió por la repentina y pequeña broma que le gastó la de ojos rojos y como la misma chica reía levemente.

—Trato.

El de ojos azules sacó su tableta Sheikah y le dio al mapa, para luego teletransportarse a dicho santuario. Aku suspiró pesadamente y se sentó al lado del anciano a conversar.

—¿Ya son amigos?

—Creo que no, faltaría verlo.

—¿Algo que quieras preguntar?

—Se que sonará loco, pero... ¿Usted sabe algo de mi pasado?

—¿Quieres saber la verdad?

—Sí, obviamente.

—Te solían gustar los animales y preparar comida. También pasar tiempo con una amiga y pelear contra gente experimentada.

—¿De verdad? ¿Cómo sabe, tiene algún tipo de relación conmigo o ya me conocía?

—Puede ser o no verdad. No te fíes de todos los viajeros del camino ni de todos los vendedores de los mercados. Recuerda que solo soy un anciano que ya no suele recorrer mucho por la edad.

La chica se quedó pensando bastante hasta que después de ese rato bastante largo habló de nuevo.

—¿Cree que podré recordar algo de mi pasado?

—Algún día, pequeña...

—¿Por qué siempre se refiere a mi como si fuera una niña?

—Verás... Es algo que me cuesta contar. Digamos que sí que estuve en tu pasado, ¿de acuerdo? Pero no me alegro demasiado de lo que hice. Cuando logres recordar algo...

Había veces que el anciano no podía ni continuar las frases, ya que padecía de un nudo en su garganta. Mientras que a la pelinegra solo se le presentaban muchas más dudas al anciano se le presentaban recuerdos bastante dolorosos.

𝙻𝚘𝚜𝚝 𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚖𝚎 (𝐿𝒾𝓃𝓀 𝓍 𝐿𝑒𝒸𝓉𝑜𝓇𝒶) [Botw] ᘛEᗪITᗩᑎᗪOᘚWo Geschichten leben. Entdecke jetzt