Serpientes vs leones

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El lunes por la mañana encontré una pequeña caja por un lado de mi caldero en la sala de pociones, estaba forrada con una página del profeta y tenía un moño verde. La abrí y me encontré con dos ranas de chocolate y con una pequeña nota.

No quise abrirla, pues Ginny estaba de espectadora, pero me obligó a hacerlo y saqué la nota casi despidiéndome de mi amistad con Ginny, pues imaginaba de quien era el regalo.

Buen trabajo en el quidditch, bruja prodigio, espero disfrutes estas ranas y sigas coleccionando cromos. A partir de hoy te diré Merlina porque serás la mejor bruja después de Merlín.

Felizmente, H.

–¿Es de Harry, no? –preguntó Ginny intentando parecer casual.

–¿Y si es H de Hermione?

–Pero a ella ni le caes bien.

–Tal vez cambió de parecer, tú no lo sabes pero yo le gusto a muchas chicas, quizás ya la cautivé –dije rogándole a Merlín que me creyera.

–Pues si tú lo dices...

No dijimos mas del tema, así que no supe si eso era bueno o malo, pero actué como si nada hubiese pasado.

A la hora del almuerzo llegamos juntas a la mesa y rápidamente noté la mirada de Hermione y la de Harry, me sentía tan expuesta que hasta por un momento sentí que prefería estar con los que me llamaban sangre sucia.

Traté de enfocarme solamente en mi comida y en la plática con Ginny y parecía que olvidé como voltear a los lados.

–Si, al final Graham me va a prestar una saeta de fuego a pesar de los chillidos de Malfoy –le decía a Ginny entre risas.

–Hey Merlina –dijo Harry poniéndose al frente de mi.

Cerré los ojos y suspiré mientras que Ginny se removía incómoda en el asiento y no tuve valor de mirarla.

–¿Con qué eras tú el de el regalo? –fingí sorpresa–, por cierto me incomoda que me digas Merlina cuando así le dicen a Wednesday Addams en latinoamerica... Olvídalo es algo muggle –dije ante las miradas de confusión de todos, Hermione sonrió a lo lejos, pues ella sí entendió mi referencia.

–Pues me gusta decirte así, en fin, espero haber hecho crecer tu colección de cromos y suerte en el partido del viernes, rómpete una pierna.

Estuve toda la semana intentando que Ginny admitiera si estaba molesta conmigo, pues siempre notaba su incomodidad cuando Harry se acercaba a mi (pues él últimamente se acercaba a hablarme en momentos al azar) así que seguí insistiendo incluso el viernes cuando faltaban quince minutos para el partido.

–Ya Sam, no estoy enojada contigo, por milésima vez –me dijo colocándose sus rodilleras.

–¿Estás segura? Es que eres mi amiga mas cercana y no quiero que estemos mal.

–No lo estamos, sólo que me duele un poco que Harry esté detrás de ti, me incomoda cuando llega a hablarte, pero no es personal contigo, ahora por favor ve con tu equipo, yo tengo que ir con el mío.

La abracé con un solo brazo, pues sostenía la escoba con el otro.

–Te quiero mucho Ginny, tú y Luna son mis mejores amigas, te prometo que nada pasará entre Harry y yo.

Me marché a la otra entrada para el campo en donde se encontraba mi equipo, Graham me regañó por llegar tarde, pero lo ignoré y cambié la escoba que llevaba en mis manos por la saeta que me entregaron aún ante la mirada enojada de Malfoy.

Rivals to lovers | Hermione GrangerWhere stories live. Discover now