Michelle tenía una vida normal en un pequeño pueblo. Era amada por sus padres y en su cabeza tenía la idea de lograr tener un grandioso futuro. Pero todo pequeño pueblo, trade o temprano se convierte en un infierno. Era una niña, una niña que recibi...
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Era una hermosa mañana, Michelle se había despertado con un humor demasiado alto. Estaba feliz, después de todo no se cumplían quince años todos los días. Era 25 de enero de 1976, exactamente un miércoles. Se despereza en la cama y se sienta, logrando ver por la ventana como la nieve caía. Hacía mucho frío.
Su estación favorita era el invierno. Amaba la nieve y jugar en ella, además de que adoraba la comida que su madre hacia en esa época del año. Ella era feliz cuando estaba en invierno, era algo casi inexplicable.
Se levantó y después de hacer sus necesidades fue al comedor en donde fue recibida por los acogedores brazos de su madre. Después de unos segundos su padre se unió al abrazo, ninguno de los dos podía creer lo rápido que se les estaba yendo el tiempo de las manos. Cada día que pasa, su pequeña crecía demasiado rápido.
— Feliz cumpleaños, pequeña.— le dijo su padre mientras dejaba un beso en su frente.
— Cuando vuelvas de la escuela comeremos torta de merienda.— su madre era la más emocionada en todo lo que estaba pasando.
— Entonces ya quiero volver de la escuela.
Los tres se sentaron a desayunar. Se la pasaron hablando y cuando llegó el momento Michelle fue a la escuela. Quedaba bastante lejos de lo que era su hogar y entre medio de ella había un bosque. A ella le encantaba pasear por ahí los días en los que estaba aburrida. Se podría decir que era su lugar favorito en el pueblo.
Al llegar al colegio sus amigas la abrazaron y estaban muy felices por ella. Se sentó en su banco y en ese mismo instante cayó un pedazo de papel en su escritorio. Sonrió al ver el nombre que había en el. Volteó a mirar a Petr con una sonrisa, el estaba apoyado en una de sus manos mientras que la miraba con un brillo especial en los ojos.
"Feliz cumpleaños, Michelle. Salgamos el sábado y vayamos al centro. De seguro hay cosas interesantes en la ciudad."
Nuevamente lo miro y asintió con la cabeza. No era nada nuevo para todos sus compañeros de que ambos gustaban del otro y algunos envidiaban el hecho de que Petr tuviera toda la atención de la angelical Michelle. La chica más bonita que había pisado la tierra a los ojos de cualquier criatura que existiera en ese mundo.
Pero no podían hacer nada, Petr la estaba cortejando. Ya con el simple hecho de acompañarla hasta su casa unas semanas atrás, dejó claro a todos que el iba enserió con su decisión. Alexandra a su lado, le levanto las cejas una y otra vez para molestarla. Inmediatamente las mejillas de la rubia se pusieron coloradas, pero eso no le importaba en ese momento. Saldría con Petr.
— Habrán sus libros en la página 85, menos charla y más acción.— dijo su profesor entrando al aula. Inmediatamente todos se pusieron a hacer las actividades.
Al terminar las clases, Michelle se estaba poniendo su abrigo mientras hablaba con Alexandra. Hasta que Petr se paró frente a ellas, ya con el abrigo puesto. Su amiga se despidió y los dejo solos.
