Me gusta ese de chinos...

Final.

Boda.

Jorge y Diego estaban cansados, habían estado planeando su boda durante meses, largos ajetreados y tardados meses.

Pero finalmente había llegado.

Estaban a unos cuantos días de su boda, ya todo estaba listo, todo estaba en orden.

El lugar, la comida, los invitados, los trajes, los anillos.

Todo era más que perfecto.

Era mágico, era ideal.

Y ambos estaban muy emocionados por juntar sus vidas, "oficialmente".

—Ninguno de los dos es una novia, podremos vernos antes de la boda o no?

Diego rió y acarició su cadera, negando.

—No! No podemos vernos antes, es tradición.

—Pero! Diegooo! Como soportaré tanto sin verte! —hizo un puchero y abrazo la cintura de su esposo—

—Nada más tendremos que separarnos un día antes bebé.... En el mismo hotel pero en diferente habitación.... Nos cambiamos, arreglamos, nos ponemos guapos... Y en la tarde noche, nos encontramos para las fotos... —dijo con una sonrisa cálida y dulce, acariciando la mandíbula de su pareja— Te amarraras el cabello?

—No lo se Dieguito, tendrás que esperar hasta la tarde noche...

Y Diego se empezó a quejar, pero sonrió y beso a su pareja una vez más.

—Esperaré hasta la tarde noche, amor mío...

Ambos sonrieron y volvieron a juntar sus labios.

Desesperados por sentirse aún más cerca del otro.

...

Jorge estaba en una habitación del hotel donde sería su boda.

Traía su hermoso traje su cabello semi amarrado.

Sus bonitos aretes y un collar para contrastar.

Estaba nervioso, sin embargo, estaba más que emocionado.

Estaba extasiado.

—Como me veo? —dijo volteando a ver a Omar, el cual sonrió enormemente al ver a su hermanito menor con esas prendas—

Se acercó a él y lo tomó en brazos, lo apretó fuertemente contra su pecho.

Y Jorge no pudo evitar cerrar con fuerza sus ojos, abrazando igualmente a su hermano.

—Te ves demasiado guapo Coky... Enserio, enserio deseo que seas extremadamente feliz con el, se lo feliz que te hace, y espero que día a día sean aun más felices juntos...

Los ojos de Jorge se pusieron vidriosos, y limpio sus lágrimas, intentando no soltar ninguna.

Pero no estaba siendo fácil.

—Me arruinarás el maquillaje —dijo riéndose—

Claro que tenía un poco de maquillaje, recomendación de Danna.