«006»

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en la tarde de la merienda del sábado, Juan ya se sentía un poco mejor, pues en la mañana despertó con su ánimo usual, aunque exigía más atención ya que se sentía cansado. las dos mujeres estaban tristes, lo podía oler en el aire, pero en su mente había algo que lo afligía: Spreen, su Spreen lo había ignorado desde que Rubi llegó a su casa. solo saludo a Xena para después sentarse en el suelo abrazando las piernas de esta.

si Juan estuviera en edad de soltar feromonas estas solo demostrarían que tan enojado se sentía. quería mimos, quería el postre de Spreen, quería que lo abrazara y él solo se escondía detrás de su madre. en ese momento Spreen estaba en el suelo coloreando con su nueva caja de crayones, Juan se acercó en un intento más por ser visto, sin embargo, Spreen se levantó volviéndolo a ignorar, no pasaron muchos segundos cuando Spreen detuvo su paso, dio una vuelta y comenzó a ir hacia Juan, el pequeño sonrió en grande, sonrisa que fue borrada cuando Spreen tomó la caja de crayones volviendo a irse.

a Spreen le costaba ignorar a su pequeño, pero al achicar los ojos enfocando a su nariz recordaba el porqué: tenía una bandita de patos en su nariz, nariz que Juan había mordido. Spreen nunca mordió a Juan en la cara o zonas visibles, siempre era en el cuello o el brazo incluso una vez le mordió el pie.

así que estaba decidido a ignorarlo, al menos hasta dejar de usar banditas que su madre denominaba tiernas.

cuando la noche llegó, Rubi y Xena se abrazaron soltando algunas lágrimas, los niños ajenos a la situación seguían en su guerra de miradas, Spreen cedió (como siempre con Juan) y volteo la mirada, por su parte, Juan dio un pisotón en el suelo y subió a su habitación.

quizás de haber sabido que no se verían en mucho tiempo habrían dejado el orgullo de lado.

ᥣιttᥣᥱ bιtᥱ  [𝒔𝒑𝒓𝒖𝒂𝒏]  [PAUSADA]Where stories live. Discover now