Capítulo 22: Discusión

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Stephanie
Me bajo del auto con ayuda de Sophia, mi prometido no ha dejado de llamarme
durante todo el camino, pero ni siquiera le he respondido, no puede estar controlandome todo el tiempo.

Se muy bien lo que hago y el debería confiar en mi, después de todos llevamos más se dos años juntos y tenemos una hija en común al menos merezco su confianza.

Camino con mi niña en brazos, al ser tan pequeña duerme la mayor parte del dia,
excepto por las noches que parece encantarle tenerme despierta.

Apenas entró a la casa me encuentro con el celoso de David, luce molesto y me
importa poco, en estos momentos lo último que quiero es verlo.

-¿Por qué no respondias mis llamadas?-pregunta con voz dura.

-¿Por qué me espías?-contrataco.

-Es por seguridad, y no entiendo que hacias hablando con ese tipo.-me dice con
seriedad.

-Claro porque lo que tú haces está bien, pero yo no puedo hablar con nadie porque ya soy una cualquiera.-le digo con enojo.

- Yo no dije eso.-se defiende.

-Pero lo pensaste, y eso basta para saber que no confías en mi.-le respondo al tiempo
que me alejo de él para empezar a caminar hacia las escaleras, iré a recostar a mi hija y luego me daré una ducha que necesito.

Suspiró aliviada de que al menos no me sigue, no quiero que digamos palabras que
nos lastimen ahora que estamos enojados.
Una vez lego a la planta alta entro en la habitación de mi princesa y la acomodo en su cuna para seguidamente salir de allí hacia mi habitación que queda a lado.

En cuanto ingreso me recibe la soledad de la habitación, suspiró con cansancio
mientras empiezo a caminar hacia el baño, un ducha bien fria me hará pasar la furia que siento en este preciso momento.

El agua recorre mi cuerpo dando una sensación de relajacion, nuestra vida se estar tornando monótona, y eso me preocupa. Lo amo, pero el no confia en mi después de todo por lo que hemos pasado, me duele saber que piensa que a la primera oportunidad que tenga lo traicionare.

Me impido derramar una lágrima por esto, no vale la pena, después de todo lo que
hago por él y nuestra hija no cuenta. Me he encargado de cuidar a mi hija por mi cuenta.

Cuando es también su responsabilidad, lo he dejado descansar y he evitado reclamarle su falta de ayuday apoyo, pero nada basta.

No puedo salir de mi casa por sus malditos miedos, y cuando por fin logro hacerlo por
unas horas me sale con sus estupidos celos.

Me pasó más de media hora en la ducha tratando de despejar mi mente, y cuando ya
estoy cansada de estar alli salgo para secarme y vestirme rápidamente.

Una vez saldo del baño me acerco al tocador para empezar a peinar mi largo cabello, observo mi reflejo en el espejo y no me gusta lo que veo, mi mirada cansada, mis ojos irritados por el insomnio, me doy cuenta de que tal vez he bajado de peso más de lo que debía.

Suspiró Con cansancio al tiempo que dejó el peine en el tocador para darme la vuelta y caminar hacia la cama. David habrá salido o está encerrado en su despacho, siempre huye cuando discutimos y eso solo me enfada más.

Me acomodo en la comodidad de la cama y cierro los ojos rogando que pueda dormir
rapido, porque en unas horas mi hija me despertara con su llanto.

***
Me levanto asustada cuando escucho algo romperse, mis sentidos se alertan e
inmediatamente salgo de la cama para buscar el origen del ruido. Pero apenas salgo de la habitación obtengo una respuesta del dichoso ruido, David ha roto uno de los floreros que adornan la mesa del pasillo, y parece querer recogerlo, pero claro él señor se fue a emborracharse en vez de enfrentarme.

Contra el mundoWhere stories live. Discover now