ᴘᴏʀ ғᴀᴠᴏʀ.. • 028

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

La ojiverde se sento en el sofa, delante de su computadora portatil con un tazón con helado. Una sonrisa se dibujo en el rostro de garcia, cuando la vio llegar.

—Te tardaste.

—Lo se, sigamos.

—Bien, las llamadas volvieron.—Lo anoto en una pizarra.—Bien, sabes que lo esta haciendo de la misma forma que la primera vez, primero las llamadas a tu pareja.. Como lo hizo con morgan, luego cuando le dio toda la información que quiso, te llama a ti como aviso.

—Si, pero.. ¿Por qué?

—Quiere verte sola. Le molesta saber que hay otro hombre en tu vida, que no sea él.. Siempre lo termina controlando esa obsesion por ti, ¿Por qué crees que lo capturamos? Termina pisando el palito, por ti.—Le dijo garcia a través de la videollamada con obviedad.

—¿Por qué tuvo que volver?—Musito con cansancio. No queria volver a pasar por lo mismo, no otra vez.—Solo quiero vivir mi vida, tranquila.

—Lo se.. mi ñina, todo estara bien.. Tienes al bombon de steve, que te cuidara—Musito pero la llamada comenzo a fallar haciendo que la voz de la rubia se entrecorte, de una forma extraña.

—¿Garcia?—Murmuro intentando reconectar la llamada, pero no pudo hacerlo. Se corto por un fallo en el internet o eso dijo el cartel que aparecio en la pantalla.—Que porquería..—Se quejo cerrando la laptop

—Entonces.. ¿Ahora te cuidan?

La voz a sus espaldas, le herizo la piel instantáneamente. No se giro para verlo, no tuvo el valor, solo queria ponerse a llorar y suplicar porque nada pasara esa noche.

Las luces apagadas hacian que todo pareciera más escalofriante, se sentia dentro de una pesadilla.

—Vete, por favor.. Solo dejame en paz, jack.. Por favor.—Le suplico con la voz temblorosa.

—Darling.. No he hecho nada malo, aun..

—Por favor..

—Llamalo, dile que venga.—Ordeno.

—¿Qué?

—Llamalo, ahora.—Le hablo al oido, con ese acento ruso tan marcado que tenía. Las lagrimas cayeron en ese momento, no aguanto.—Te di una orden.

La ojiverde estaba paralizada. Se sento junto a ella, viendo de reojo como las lagrimas caian por sus mejillas hasta caer en el sofá. Tomo el teléfono de la rubia, busco el número de steve y le entrego el teléfono

La llamada fue atendida.

—Bonita, ¿Qué ocurre?—Murmuro cuando atendió. Eran altas horas de la madrugada y eso, se le hizo extraño al comandante.

Las palabras no le salian, no sabia que decirle. La mano de jack se apoyo en su pierna, apretandola ligeramente y su corazón se acelero.

—Steve..

—Ness, ¿Estas bien?—Sintió la respiración pesada y entrecortada de la contraria y eso lo puso alerta.

—Steve.. Ven a casa.. Por favor..

—Ness, ¿Qué pasa?—Le pregunto mientras corria para salir de su casa y llegar lo antes posible a donde estaba la rubia. La escucho llorar y todo dentro de él se sintió extraño, sintio que estaba indefensa.—Ness, dime algo, por favor, mi amor..

La llamada se corto.

—Mierda, ness.—Golpeo el volante, intentando volver a llamarla, pero el teléfono había sido apagado. Necesitaba llegar a ella, antes que fuera demasiado tarde.

¿Como pudo dejarla sola?

Cuando ingreso al apartamento, la vio. Estaba sentada en el sofa, abrazada a si misma mientras lloraba de forma desconsolada.

—Ness, cariño.

Se apresuro en llegar a su lado, cuando la rubia lo tuvo cerca se aferro a su cuerpo con fuerza, como si alguien fuera a quitársela o alejarla de él.

—Ness, ¿Qué paso?

—No te vayas, steve. No me dejes con él, por favor. Tengo miedo.—Susurro entre sollozos, abrazándolo como si su vida dependiera de eso.

—¿Él estuvo aquí?

Ella asintió—Si..

—¿Qué? ¿Te hizo algo? —La alejo ligeramente, apoyando sus manos en el rostro de la ojiverde.—Dime que no te hizo nada..—La miro buscando algo en su mirada, intentando ver que todo estuviera bien.

—No.. Tranquilo..

—¿Lo prometes?

—Lo prometo. Solo quiere asustarme, sabe que lo puede hacer.—Le dijo un poco más tranquila.

—Maldito idiota.—Maldijo en enojo.—Bien, entonces, te iras a vivir conmigo y pondre seguridad, no puedes estar sola.—Le dijo y ella negó rápidamente.

—No, no es necesario todo eso.

—Ness.. —Murmuro secandole las lagrimas con cuidado, ella le sonrió como pudo en ese momento.—Por favor, almenos ven conmigo a casa..

—Lo pensare, cariño.



Lᴏᴠᴇ ᴍᴇ ˢᵗᵉᵛᵉ ᴹᶜᵍᵃʳʳᵉᵗᵗ Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz