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La noche había llegado.
Se estaba preparando para ir a la cena que había organizado el gobernador y no tenia un acompañante, se había arrepentido de aquello, porque realmente no valía la pena. Ese no era su estilo, iba a hacer un poco infantil de su parte.
Se miro al espejo: llevaba puesto un vestido negro pegado al cuerpo, con un gran trajo en el lado derecho y unos tacones altos del mismo color, su cabello solo estaba suelto y de su maquillaje solo resaltaba su boca pintada de color rojo, lo demás estaba bastante sencillo.
Le gustaba. Se gustaba.
Una sonrisa curvo sus labios antes de buscar su bolsa, para ya dirigirse a la cena, porque como siempre, estaba llegando tarde.
Cuando llego a la fiesta, se encontro con que ya todo el equipo se encontraba ahí.
—Oh, dios.. —Murmuro kono al verla llegar a la ronda. Le sonrió sin poder creer lo linda que se encontraba la joven williams.—Estas hermosa, sin dudas eres la hermana linda.—Dijo con diversión.
—Ay tu también estas hermosa.—Las dos se dieron un corto abrazo bajo la mirada de los demás.—Lamento haberlos hecho esperar, pero lo bueno siempre tarda.
—¡Ves lo que haces! Ya le subiste el ego por las nubes.—La regaño a kono, entre risas, recibiendo una mala mirada de su hermana.
—Pero es verdad, esta muy hermosa esta noche y siempre.—Dijo chin con una sonrisa, haciendo que danno pusiera los ojos en blanco.
—¿Y tú acompañante?—Pregunto steve. La rubia sabia que solo quería molestarla.
—¿Ibas a venir con alguien?—Le pregunto dani, con sorpresa. Según él, su hermana no conocia mucha gente de la isla.
—Si, pero me arrepentí.. No quería causar problemas.—Admitió con una sonrisa fingida, mirando steve.
—¿Problemas? ¿Quien era?
—No importa danno, alguien sin mucha importancia.—Le sonrió dandole a entender con su mirada que el tema se habia acabado ahí.
—Las chicas como nosotras, no necesitamos acompañantes.—Intervino kono, mirándola con una sonrisa.
—Por supuesto que no, nadie vale la pena.—Opino ella, siguiéndole la corriente.—Ire por un trago, si me disculpan.—Se encamino hasta la barra del lugar.
—¿No querías causar problemas?—Se apoyo en la barra, junto a ella, haciéndole poner los ojos en blanco con cansancio.
—Si, ciertas personas se alteran cuando me ven cerca de cage.. No se exactamente porque.—Lo miro brevemente.
—¿Intentas decirme algo?
—Para nada, steve. No te preocupes por mi, preocupate por tu cita de esta noche.. Ella luce increíble.—Le sonrió antes de agarrar su trago e irse, para volver con el equipo.
Dani, la miro con una sonrisa nostálgica.
—Luces preciosa. ¿En qué momento creciste tanto? No me he dado cuenta, cuando paso.—Admitió con una sonrisa.
—Oh, vamos.. Nos llevamos unos años nomas.—Lo miro con una sonrisa nerviosa.
—Siempre seras mi niña, al igual que grace.
—Lo se, danno.
—¿Quieres bailar?—Le tendió su mano y ella encantada acepto, dani la guio hasta la pista de baile. Ambos la pasaban genial juntos.
Bailaron al ritmo de la música, mientras hablaban tranquilamente de las cosas.
—¿Con quién ibas a venir?
Ella suspiro.—Con cage.
—Ese imbécil.
—Por eso mismo no quise venir con él, iba a ser para problemas. Se que no lo quieren mucho.—Dijo con obviedad, conocia a su hermano y a steve.
—Él vino, y solo.
Ella río.—¿Y qué con eso?
—¿No iras con él?—Con su mirada le señalo la barra, donde estaba el agente de asuntos internos mirando la pista de baile.
—¿Deberia? ¿Estarias de acuerdo con eso?
Suspiro —No, pero quiero que te diviertas y yo iré a bailar con la chica del museo.
—¡Oh, así que de eso se trata! ¿Intentas deshacerte de mi? No puedo creerlo danno.—Lo acuso entre risas, que lo hicieron sonrojarse.
—¡Ya, nessa!
—Diviertete, hermanito.
Ella se alejo con una sonrisa, volviendo a la barra, por otro trago y una excusa para hablar con el agente cage.
—Luce muy linda esta noche, doctora williams.—Murmuro luego de unos segundos de tenerla a su lado, de todas formas, no quito su vista de la pista de baile.
—Muchas gracias, agente. Usted también luce genial, esta noche.. Y siempre.
—¿Le gusta bailar?
—Si, me gusta..
—¿Bailarias esta pieza conmigo?—Le propuso con una sonrisa, tendiéndole su mano.
