Capítulo 2

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Entonces, Sango parecía una doncella de clase alta mientras que su mejor amiga Kagome vestía de forma similar a los diversos guardias que deambulaban por el palacio.
Solo que ella vestía de tonalidades negras y algunos tintes de rojo. Como el listo que colgaba de su cabello en unas trenzas a los costados de su sien.

Al parecer, las trenzas era algo común entre la gente de aquella casa de lotos. También las campanillas, notó que la gran mayoría llevaba una colgadas en sus fajas.

Lo más hermoso de aquella vista era que en realidad, habían lagos rodeando las casas. ¡Lagos con cientos de lotos! ¡Un muelle!

─ ... Si necesitas descansar más o si necesitas un sanador iré a buscarlo. ─ La voz de Kagome la trajo de vuelta a esa realidad.

─ ¿Qué? No, no, no te molestes, te juro que estoy bien. ─ Sango aseguró.

─ No es que no te crea, realmente me preocupas, miras todo a tu alrededor como si no reconocieras tu propia casa. Temo que tu cabeza se haya golpeado.

─ Estoy bien, Kagome. Es muy lindo de tu parte.

─ ¿Sabes qué es lindo? ─ la más joven sonrio enormemente ─ ¡Que me llames por mi nombre!

─ No es como si tuvieras otro ¿Verdad? Jaja.

─ Me gusta cuando me llamas Kagome ─ decidio ignorar aquel comentario por el bien de su cordura.─  aunque sé que en frente de Madam Kyo no puedes hacerlo o ella quemaria el Muelle de Loto. ─ Rió.

─ ¿Por qué haría eso? ─ Sango estaba confundida. 

─ Por qué... bueno, ya lo sabes. ¡Lo digo de broma! No llegará a esos extremos pero si se que se molestará. Nos ha inculcado la cortesía ante todo.

Sango guardó silencio y recolectó la información que la chica le brindaba con atención. Entonces Kagome prosiguió.

─ Ni siquiera me deja llamarla Tía. Aunque sea gruñona sé que muy en el fondo, fondo, fondo, fondo de ese lago ella me aprecia. ¡De lo contrario no me habría entrenado ella misma en persona!

Bien, entonces Sango sacó las conclusiones, Kikyo en este mundo era una especie de mentora. Lo cual tiene sentido, una mujer con toda la  experiencia de la sacerdotisa Kikyo tiene el porte para compartir su sabiduría. Aunque no aparentaba ser sacerdotisa en aquel lugar.

Antes de que pudieran decir otra palabra, un hombre de vestimentas morada llegó hasta ellas. Luego de hacer las debidas reverencias, se anunció.

─ Jóvenes Maestras, el Líder de Secta y la Jóven Maestra Jiang están llegando al Muelle.

─ ¡Ya están aquí! ─ Kagome chilló de felicidad. Entonces se puso de pie y no pudo resistirse a tomar la muñeca de Sango para arrastrarlo con ella.

─ ¿Quienes llegaron? ─ Preguntó Sango mientras trataba de seguirle el ritmo.

─ ¡El tío Jiang y lo demás, por supuesto! ─ La sonrisa de la muchacha era tan genuina que podía jurar que brillaba como brillaba los rayos del sol sobre las aguas de aquellos lagos. ─ ¡Siento cosquillas en el estómago! ¡Espero que traigan buenas noticias!

Oh, los demás. ¿Será que finalmente aparecerán sus amigos? Mientras más pasaba el tiempo, su teoría sobre estar en otro mundo tomaba mucha fuerza, así perdiendo la esperanza de verlos tan pronto. ¿Qué tal si ellos eran parte de aquella que parecía ser una secta? ¡Una secta de artes marciales!

Entonces llegaron hasta la entrada, mientras que Kagome parecía ser una liebre que saldría disparada en cualquier momento, Sango se perdió revisando el nuevo lugar con la mirada, maravillandose cada vez.

𝐒𝐀𝐍𝐆𝐎 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐥𝐢𝐟𝐞 𝐨𝐟 𝐉𝐢𝐚𝐧𝐠 𝐘𝐚𝐧𝐥𝐢Where stories live. Discover now