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GROWL

La mente de Growl iba a mil por horas mientras empujaba a Taehyung hacia su auto. A menudo había pensado en la primera vez que lo había visto en la fiesta de Falcone. Se había arrepentido de asistir a la fiesta, sobre todo porque la imagen de él lo había obsesionado en su sueño en las semanas posteriores.

Se había sentido como un mono en un traje, y sabía que también se veía así. Sabía que su jefe solo lo invitaba para que así la gente tuviera algo de qué hablar. Incluso después de todos estos años todavía lo consideraban el monstruo del miedo.

Era un monstruo, sin duda. Pero no era el único monstruo en aquella habitación. Ni siquiera estaba seguro de que él fuera el peor. Había matado a la mayoría de las personas con sus propias manos, no podía negar eso. Y no quería hacerlo. Estaba orgulloso de lo que había hecho. Al menos, la mayor parte. Era lo único en lo que era bueno: asesinar. Era el mejor. Y tal vez su talento para matar lo convirtiera en uno de los peores monstruos, pero sabía lo fácil que era la orden de matar y mutilar rodando de las lenguas de muchos hombres reunidos en este baile, cómo ellos disfrutaban en su poder de hacerlo. No estaba seguro si eso no los hacía igual de malos. Pero, de todos modos, no era su lugar decidirlo. Tal vez algún día todos ellos, incluido Growl, tendrían que enfrentarse a un poder superior. Ese día no terminaría bien para ninguno de ellos.

Sin embargo, Growl no estaba demasiado preocupado. Había vivido un infierno, todavía lo vivía. No había nada que temer para él. Nada esperándolo más allá de la muerte podría hacer un daño peor de lo que ya se había hecho. No había nada de él que no hubiera sido roto, nada que destruir, excepto su cuerpo quizás, pero tampoco estaba preocupado por eso. Conocía el dolor, incluso la agonía. Era la única constante en su vida. Casi lo había visto como un amigo. Algo con lo que podía contar, algo predecible.

No, no tenía miedo al dolor, ni a la muerte. Falcone siempre decía que eso lo convertía en un recurso tan valioso. Y eso era algo de lo que Growl estaba orgulloso, incluso si las palabras que salían de la boca de Falcone dejaban un sabor amargo.

Ellos lo tomaban por lento, pensaban en él como nada más que un estúpido perro faldero para hacer su mandato sin el menor indicio de lo que estaban haciendo. Como uno de los muchos perros de pelea de Falcone y así muchos de los otros hombres mantenidos para entretenimiento.

Pero muchas personas habían cometido el mismo error: confundir el silencio por estupidez, igualar la falta de palabras con falta de comprensión y conocimiento. Era un error que podrían pagar un día. Conocía la mayoría de sus secretos más profundos y oscuros, simplemente porque no mantenían cerradas sus malditas bocas cuando él estaba cerca. Pensaban que no estaba escuchando, y aún si lo hiciera, ¿cómo podría entender lo que estaban diciendo?

Los despreciaba, pero pagaban bien y lo respetaban por su fuerza y brutalidad, eso era suficiente para él. No tenía ninguna intención de usar su conocimiento. No necesitaba mucho: dinero para comprar comida para sus perros y para sí mismo, y para mujeres y una bebida de vez en cuando. Le gustaba su vida sencilla. No quería complicaciones. Echó un vistazo al chico que estaba encogido en el asiento del pasajero. Esperaba que no resultara una complicación. Difícilmente podría devolverlo. A Falcone no le gustaría eso.

No es que Growl tuviera ninguna intención de devolverlo. Era su posesión más valiosa hasta esa fecha. Él estaba mirando por la ventana, ignorándolo. Como había hecho en la fiesta. Como todos hicieron hasta que ya no pudieron ignorarlo. ¿Acaso seguía pensando que estaba por encima de él? Volvió la mirada de nuevo hacia el camino. No importaba. Ahora era suyo. La idea envió una punzada de orgullo a través de él y su entrepierna se tensó en anticipación.

VENGEANCE [KOOKV]Where stories live. Discover now