05

23 6 0
                                    

TAEHYUNG

—Puedo y lo haré. —Falcone asintió hacia el captor de padre, que golpeó a padre en el estómago, haciéndolo farfullar y toser. Después abrió los brazos—. Has sido un buen soldado y mereces una recompensa. —Señaló hacia mí y pensé que mi mundo se iba a derrumbar. Podía ver mi vida desmoronándose justo ante mis ojos. Pero entonces todo se volvió mucho peor. El dedo de Falcone se movió de mí hacia mi hermano. Los ojos de Growl se lanzaron hacia él—. Es tu elección.

—No —grité, alejándome de mi guardia. Sin embargo, mi nueva libertad duró poco, cuando sus manos me agarraron por los brazos, haciéndome daño. Me estremecí por el dolor atravesando mi cuerpo.

Jimin estaba congelado por el miedo y el shock.

—Por favor —dijo padre, con las manos unidas en un gesto de mendicidad—. Son inocentes. Castígame a mí, pero no los lastimes.

Falcone apenas miró en su dirección.

—Oh, te voy a castigar, no te preocupes. Pero no será tan fácil. —Era obvio que se estaba divirtiendo tremendamente. Esta habitación estaba llena de monstruos, pero tenía la sensación de que él era el peor de ellos—. Es tu elección, Growl. Toma a quien quieras. Estoy seguro que disfrutarás de cualquiera —dijo Falcone con una sonrisa desagradable.

No quise nada más que borrarla de su rostro, tomar la pesada escultura de mármol de un desnudo dios griego que mi madre tanto amaba y aplastarla contra la fea cara de Falcone. No sabía de dónde provenían esas ideas tan brutales. Jamás había sido del tipo violento, pero suponía que alguien podría ser conducido a lo peor en una situación como esta.

Los ojos de Growl se posaron en mi cara. Habría pensado que vería mi cuerpo, pero su mirada nunca se alejó de mi rostro. Casi deseé que fuera diferente. Sus ojos eran como lagos ámbar de pura nada. No quería descubrir los horribles secretos que guardaban en su profundidad.

—Oh, creo que la elección está hecha —dijo Falcone con una carcajada. Growl asintió levemente.

—Él —murmuró, sus ojos todavía pegados a mí.

Horror, miedo, desesperación se estrellaron contra mí. También debería haber sido alivio. Alivio, porque Jimin se había salvado, pero aunque no quería a mi hermano en mi lugar, no podía sentir alivio cuando mi propia vida se estaba desmoronando justo delante de mis ojos.

—Entonces, muy bien —dijo Falcone de una manera condescendiente—. Es tuyo.

—No puedes hacer eso —rugió padre. No había esperado que quedara tanto poder en él.

—Tómame a mí. Él es solo un niño —suplicó madre, intentando alejarse de su captor una vez más.

Falcone rio de nuevo, un sonido amenazador.

—¿Quién querría a una uva pasa vieja cuando podría tener un melocotón jugoso?

—Oye, cuidado con lo que dices —siseó padre. Tal vez habría admirado más su coraje repentino si no fuera la razón de nuestra muerte—. No voy a quedarme de brazos cruzados mientras insultas a mi esposa y le das a mi hijo a ese... —miró a Growl con repugnancia—... ese monstruo.

Falcone asintió.

—Tienes razón. No deberías tener que ver esto. —Antes de que alguna de nosotras pudiera reaccionar, apuntó a padre con su arma y apretó el gatillo. Esta vez no fue para aparentar. La bala atravesó la sien de padre. Su cabeza se sacudió hacia atrás violentamente, sus ojos se abrieron en shock. Después de un segundo, su cuerpo se derrumbó hacia atrás. Sus piernas atascadas bajo su espalda en un ángulo torpe.

Un grito rasgó de mi garganta. No podía comprender lo que había sucedido. Parecía demasiado surrealista, como algo de una película, algo que no podía suceder justo delante de mis ojos.

—No —gritó madre. Esta vez se las arregló para apartarse de su captor. Se apresuró en dirección a padre y cayó de rodillas. Le palmeó el pecho desesperadamente, como si eso lo despertaría. Casi parecía que ella estaba buscando su billetera y por un momento horrible algo como una risa quiso escapar de mis labios, pero al mismo tiempo mi garganta se sentía tan apretada que casi no parecía posible atraer suficiente oxígeno a mis pulmones, y tal vez eso no habría sido lo peor en este momento. Madre acunó la cabeza de padre en su regazo, pero cuando apartó las manos, se alzaron cubiertas de sangre y algo blanco.

Mi visión se nubló y la bilis viajó hasta mi garganta. Tragué fuerte, obligándome a mantener las apariencias entre las horribles criaturas que me rodeaban a mí y a mi familia. Por alguna razón, miré hacia mis propias manos como si también pudieran haberse cubierto de sangre. No lo estaban y después de un momento de alivio, no pude evitar preguntarme cómo se sentiría si la sangre de Falcone me cubriera las manos, cómo se sentiría terminar su vida como lo había hecho con la de padre. Sospechaba que se sentiría maravilloso, y me asustó que incluso albergara esos pensamientos.

—Tu trabajo aquí está hecho, Growl. Mike y Mimo se ocuparán del resto. Lleva tu recompensa a casa y disfrútala. Estoy seguro que te mantendrá entretenido durante un tiempo.

Tardé un momento en darme cuenta que estaba hablando de mí. Antes de que pudiera reaccionar, Growl apareció frente a mí, masivo y alto. Mi mirada se deslizó hasta su rostro, pero la mirada en sus ojos me hizo retroceder y me quedé mirando su pecho en su lugar. Me agarró del brazo. Su agarre era apretado, al borde del dolor, pero no me alejé. Detrás de él, mi madre seguía arrodillada junto a padre, con una horrible expresión vacía en su rostro que nunca antes había visto. Growl me empujó en dirección a la puerta y cuando no reaccioné él comenzó a tirar de mí hacia delante. Los ojos llenos de lágrimas de Jimin se encontraron con los míos. Intenté zafarme del agarre de Growl, pero era como si él ni siquiera fuera humano. Apenas pareció notar mi resistencia. Yo era una mosca molesta atacando a un león.

—¡Espera! —grité y para mi sorpresa Growl de hecho se detuvo, con una expresión incomprensiva en su rostro. Me retorcí hasta que pude ver a Falcone una vez más—. ¿Y mi hermano y mi madre? ¿Qué pasará con ellos?

—Eso no es asunto tuyo —dijo con esa sonrisa maliciosa. Luego miró a Growl—. Sácalo de mi vista. Me estoy cansando de él.

Growl apretó su agarre y me arrastró lejos a pesar de mis protestas. Jimin trató de correr hacia mí, pero fue detenido por otro de los hombres de Falcone. Madre estaba fuera de nuestro alcance, atrapada en su tristeza.

—¡Taehyung! —gritó Jimin, sus ojos implorándome que hiciera algo, para ayudarlo.

¿Pero cómo?

Growl abrió la puerta y entonces estábamos afuera. Jimin gritó otra vez, pero sus palabras no fueron inteligibles.

La puerta se cerró entre nosotras, y los gritos aterrorizados de Jimin se apagaron. Caminé en piloto automático. No es que hubiera cambiado algo si mis piernas hubiesen cedido. Growl simplemente me habría arrastrado. Finalmente, aparté mis ojos de mi casa. No podía soportar mirarla un momento más, sabiendo que nunca volvería a verla. Cuando mi mirada se fijó en el hombre alto que me tiraba hacia un enorme Hummer negro que era demasiado apropiado para él, el miedo por mi hermano y madre pasaron a un segundo plano a medida que asimilaba mi propio destino. Falcone me había dado a su luchador más cruel. Si sobreviviera hoy, ¿siquiera querría seguir viviendo? Tal vez la muerte parecería la más dulce misericordia después de que Growl terminara conmigo.

VENGEANCE [KOOKV]Where stories live. Discover now