Epílogo.

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Cinco años después

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Cinco años después...

En todo este tiempo, han pasado muchas cosas. Cómo me encontré con viejos amigos de mis padres, quienes me contaron que aquellos que mataron a mis padres fueron arrestados y tuvieron su condena.

De inmediato le mandé una carta a mis seres queridos para contarles esa maravillosa noticia.

Tambien Gilbert llegó a visitarme una que otra vez. Ya que había ciertas vacaciones de las cuales no pude ir como semana santa y cosas de esas. Por lo que venía mejor a verme.

Nuestra relación fue maravillosa. Tuvo sus bajos como todo pero supimos manejarlo muy bien.

Finalmente me había graduado con honores de la universidad. Fui de las mejores de mi carrera y para mí es uno de los más grandes logros.

Incluso me propusieron ser parte de un despacho de abogados bastante respetable en la ciudad. No dude en aceptar y con el dinero que gane, compré el terreno de dónde una vez viví. Construí una casa nueva, parecida a la anterior. Sin embargo, debía volver a Avonle.

De hecho, ya iba en el tren para llegar al pueblo. Al llegar me encontré con Bash, quien me recibió con una gran sonrisa.

— Bash!!

— Ali!— Me abrazo con todas sus fuerzas y ví a otro joven con una niña a lado de el.

— Delphine...— La vi con una sonrisa. En estos años la vi muy pocas veces. Está enorme.

— Ha crecido mucho. Además de que ya extrañaba a su tía.— Me acerque a la pequeña y me agaché.

— Hola.

— Hola, tía Ali!.— Dijo la pequeña niña frente a mi.

— Hola, hermosa. Te pareces mucho a tu mami.— Le acaricié su mejilla. Luego mire al otro hombre al lado de ella.— Hola, Elijah.— Lo mire de forma sería.

Ya no nos llevamos mal. Sin embargo no es mi persona favorita.

— Hola, Alisson.

— Andando. Nos esperan en casa.— Nos fuimos en la carreta de Bash de regreso a casa.

En el transcurso, ambos me preguntaron cómo me había ido y todo lo que había hecho. Tambien Delphine me hacía preguntas y me contaba todo lo que había aprendido.

Al llegar a casa Hazel me saludo con entusiasmo y parecía cambiada. Más feliz y tranquila. Y no pasó mucho cuando mucha gente llegó.

— Bienvenida a casa, Ali!— Todas las chicas estaban ahí. Los señores Cuthbert, Los Barry. Había mucha gente.

— Y cómo te fue en Inglaterra?— Me pregunto Anne.

— Muy bien. Trabajaba en un despacho en mis años de estudiante.

Por Simple Casualidad. |Gilbert Blythe|.Where stories live. Discover now