Capítulo 22

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-Mi bebé es tan hermoso

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-Mi bebé es tan hermoso. ¿Verdad, mamá?

Hace una semana que salimos del hospital y aquí estamos, toda la familia reunida en la sala de la casa, en la hacienda Terra Nova. Mi querido perro Pulgoso está descansando sobre la alfombra y se ve muy cómodo al ladito de la chimenea. Lo extrañé mucho mientras estaba en el hospital y cuando llegué a la casa con mi bebé, se puso loco de contento, como si no pudiera esperar para verlo también. Sé que cuidará a mi niño como lo hace conmigo.

Estoy abrazada a mi esposo y felices, observamos a mis padres discutir por nuestro hijo. ¡Mi niño ya está muy mimado! pero me encanta que esté rodeado de tanto amor. Está vestido con la ropita tejida que le hizo mamá y Clara. Se ve como todo un vaquerito.

-Mi nieto es precioso, hija. ¡No quiero soltarlo!

-Pues ya es hora de que lo sueltes porque es mi turno de tener a mi nieto. -dice mi padre frotando sus manos entusiasmado, lo que nos hace reír a todos. Mamá se levanta del sofá y con cuidado se lo entrega.

-Mira nada más, ¡ya eres todo un vaquero! ¿Sabes? Abuelito te va contar muchos cuentos de las llanuras y grandes vaqueros de la historia mientras vayas creciendo. Ya quiero verte corriendo por todo el campo...

-Papá, falta mucho para eso. -comento riendo suavemente, pues aún tengo los puntos de sutura en mi vientre por la cesárea. Mi esposo nota que tengo mi mano en el vientre y en voz baja, me pregunta:

-¿Estás bien? ¿Te duele?

-Un poco, pero me siento bien. Soy feliz. -le afirmo mirándolo y estoy maravillada de ver a Logan tan pendiente de mí y de nuestro hijo. Él nos cuida al máximo y no puedo estar más feliz de que sea el padre de mi niño. Estoy más enamorada de él, que nunca. Escucho a mi padre que sigue hablando con su nieto, pero no puedo dejar de mirar a mi esposo. Él me sonríe suavemente y declara:

-También soy feliz y todo gracias a ti. Te amo, nena.

-También te amo, vaquero. -después de un suave beso en los labios, la voz de Clara interrumpe nuestra pequeña burbuja.

-Este niño es muy pequeño para cuentos de vaqueros forajidos. Y ahora...déjame cargarlo, ¡es mi turno!

Una muy entusiasmada Clara, toma a mi niño de los brazos de mi padre y luego lo mece suavemente en sus brazos. Ella continúa diciendo emocionada: -Oh, por Dios, es tan hermoso. Es la viva imagen de Logan cuando era bebé. Mírenlo, todo fuerte y sano, pero con la comida que le prepare, lo será todavía más.

-Ah, creo que en eso no tendrás problemas porque sabes bien que yo me comía toda tu deliciosa comida. Si no fuera porque trabajo todo el día en la hacienda, estaría muy gordo. -mi esposo se ríe y amo verlo feliz y relajado.

Seguimos hablando sobre la vida, la hacienda y el futuro, hasta que miro el reloj en la pared y sé que ya es hora de acostar a mi niño.

-Iré a ponerlo en la cunita. -voy a levantarme, pero papá me detiene diciendo:

Mi vaquero de al lado (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora