Capítulo 5

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-¡Uff! ¡Qué calor!

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-¡Uff! ¡Qué calor!

Son casi las cinco de la tarde y llevo todo el día trabajando. Estoy agotada y sudorosa, pero ha valido cada segundo, pues me encanta ensuciarme las manos con tierra desde que era niña. Recuerdo que siempre ayudaba a mamá a sembrar las flores en el jardín delantero de nuestra casa y eso tan simple, me ponía muy contenta. Mi madre cantaba las canciones estilo country y yo me las aprendía muy rápido, entonces las cantábamos juntas a todo pulmón, mientras mi padre se reía a carcajadas sentado en las escaleras del porche después de un largo día de trabajo. Todavía lo hacemos cuando sembramos flores en nuestro jardín y sí, todavía seguimos cantando, pero últimamente platicamos más sobre la vida. ¡Y la limonada no puede faltar! Oh, cuanto daría por vaso bien frío ahora mismo, pero no quiero molestar a doña Clara.

Estoy parada admirando mi trabajo de hoy. Ya he preparado el terreno midiendo, eliminando la maleza, las rocas y abonándolo. Mañana vendré a sembrar las semillas, a preparar las jardineras y los tiestos. Ah, y después viene lo mejor que es cosechar los frutos cuando estén listos y así preparar una comida nutritiva y saludable.

Logan tiene mucha razón porque la comida de su ama de llaves es fabulosa. ¡Ese filete con patatas y verduras estuvieron riquísimos! Ya quisiera yo cocinar así y no es porque no sepa, porque sí se; es simplemente la sazón con la que cocina. Tendré que preguntarle que ingredientes utiliza. El almuerzo me ha durado todo el día en el estómago, e irónicamente, Clara también me dio una porción generosa de tarta de manzana y aunque no sabía como el de mi abuela, sí que estaba deliciosa. ¡Yum!

Por suerte, o por intervención divina, no he visto a Logan. Según doña Clara, arreglar la valla y controlar la situación con el toro salvaje le ha tomado todo el día de hoy y parte del de ayer, así que he podido trabajar tranquila. Y que bueno, porque cuando me mira, me pongo inquieta. Su mirada azul siempre es intensa, pero ayer, mientras hacíamos el recorrido y me explicaba cada lugar, pude notar que algunas veces había un atisbo de tristeza, como si algo o alguien le hubiese robado la alegría; pero al darse cuenta de que lo miraba, cambiaba su expresión a una velocidad impresionante. Fue como si se ocultara y no quisiera que conociera a su verdadero yo.

Lo admito, lo miraba y mucho, pero sólo cuando no se daba cuenta o espero que no se haya dado cuenta. Cielos. No quiero, pero también tengo que admitir que estoy un poco decepcionada de no verlo hoy y también un poco asustada porque en todo el día, no he podido dejar de pensar en él.

* * *

-Hemos terminado por hoy chicos

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-Hemos terminado por hoy chicos. Vayan a casa. -les digo a mis empleados.

Ellos trabajan para mí desde que compré la hacienda. Todos son buenos trabajadores y estoy muy contento de contar con su ayuda porque esta hacienda es muy grande y no puedo hacer el trabajo yo solo. En total, son casi veinticinco empleados y entre todos hacemos funcionar Hacienda Terra Nova para que sea una hacienda productiva con animales de raza pura. La leche y la carne de ganado Angus tiene mucha demanda por su inmejorable calidad y por eso es que nos esforzamos todos los días para que mis compradores se lleven un producto perfecto.

Cierro bien la puerta de los corrales y me giro para salir. Doy pasos rápidos para subirme a mi caballo, Bandido; un pura sangre que compré hace mucho tiempo y que vino conmigo cuando compré esta hacienda. Llevo todo el día trabajando y estoy cansado, hambriento y ya quiero llegar a casa para ver a Trixy trabajar en el huerto. Mientras cabalgo, pienso en el día de ayer, más concretamente en esa chica. Mientras me explicaba el trabajo que haría, me quedé muy impresionado. Ella sí que sabe de lo que está hablando, lo disfruta y se ve que es muy apasionada. Estoy intrigado por toda esa pasión saliendo de ese pequeño y sexy cuerpo. Espero que no se haya ido todavía. Sí, quiero verla a ella también, pero controlar la situación con el maldito toro que compré la semana pasada me ha tomado bastante tiempo.

Me gustó ese animal cuando lo vi en la subasta, pues se parece un poco a mí: oscuro, malhumorado e indomable. Estuvo a punto de romper la valla y no quiero ni pensar si se hubiera salido y echado a correr como un loco por toda la hacienda, poniendo en peligro a mis empleados. De ninguna manera. Así que con el animal controlado y la valla asegurada fuertemente, estoy seguro de que ya no habrá más problemas.

Llego en tiempo record al establo y dejo a Bandido a cargo de Travis, mi capataz. Cuando me dirijo a la casa, me doy cuenta de que la vieja camioneta Chevrolet de don Augusto no está, lo que significa que Trixy se ha ido. Mierda. Quería verla toda linda y llena de tierra. Cada vez que la veo, siento que hay algo invisible pasando entre nosotros y estoy seguro de que ella también lo ha notado. Ayer mientras le mostraba la hacienda sentía como me miraba y ahora estoy un poco ansioso por verla mañana porque tengo que admitir que un par de ojos castaños y unos cabellos pelirrojos, me han perseguido durante todo el día.

Suspiro y entro a la casa. Me dirijo a la cocina y nada más entrar, mi querida Clara, ya me está sermoneando.

-¿Y a éstas horas llegas? ¿En qué estabas pensando, eh? No has venido ni a almorzar. ¡Debes estar muerto de hambre!

-¡Lo estoy! Por favor, aliméntame mujer. Ya sabes cómo me pongo cuando tengo hambre. -bromeo, mientras limpio mis manos en el fregadero.

-Sí y no queremos que te pongas como el hombre verde.-dice con sorna y me rio. -Te calentaré la comida.

Todavía sonriendo, me dirijo hacia el armario para sacar los platos; los coloco en la mesa, me siento y le pregunto:

-¿Ya has comido?

-Sí, ya he comido, pero la señorita Trixy no quiso quedarse a comer y se ha ido hace poco.

Ante la mención de Trixy, enseguida me tenso y se me borra la sonrisa de la cara. Quería verla y no pude. Mierda. Clara sigue hablando:

-Ella ya ha terminado el trabajo por hoy, así que espero que seas educado y estés aquí mañana cuando llegue. Hablamos un rato y Trixy me pareció una chica muy hermosa, amable, dulce y...soltera. -comenta mirándome con picardía.

Resoplo y con una ceja levantada, le pregunto:-¿Y?

-Ay, eres tan terco Logan. ¡Y además, ciego! ¿O es que sólo tienes ojos para las chicas tontas del pueblo?

-No todas son tontas. -me defiendo para molestarla. -Hay algunas que...

-Mejor te callas, muchacho. No quiero escuchar de tus andadas por el pueblo, aunque últimamente ya no vas. ¿Me pregunto porque será? -dice extrañada y reacio, le digo:

-Tengo mucho trabajo, eso es todo y ¡ya dame de comer!

-Sí, claro. Has trabajado demasiado Logan, olvídate del pasado, disfruta de lo que ya tienes y piensa en el futuro. -dice con voz amable y poniendo un plato de comida frente a mí. Mi estómago gruñe sonoramente cuando siento el delicioso aroma de las costillas a la barbacoa, puré de patatas, frijoles con salsa y pan de maíz recién horneado. Cuando Clara se da la vuelta para seguir con sus tareas en la cocina, me quedo pensando en lo que acaba de decirme.

Aunque la considero como una madre, no me gusta dar explicaciones a nadie. Y sí, he pensado seriamente en mi futuro. ¿A quién le dejaré todo mi legado? El de mis padres me lo dejaron a mí después de su accidente de automóvil. Creí ingenuamente que ya tendría a alguien con quien compartirlo, pero el destino me hizo una mala pasada y todo se fue a la mierda.

No. No debería llamarle destino porque tiene nombre y apellido: Marisa, mi exnovia, Miller.









Mi vaquero de al lado (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora