Capítulo 21

148K 7.6K 228
                                    


Estoy muerto en vida porque no puedo creer lo que está pasándome

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estoy muerto en vida porque no puedo creer lo que está pasándome. Mi esposa y mi hijo...¡No! Estamos en el área de maternidad del hospital San Pablo y me estoy volviendo loco. Trixy está en cirugía ahora mismo porque le están haciendo una cesárea de emergencia. Don Augusto y Clara están muy angustiados y la señora Eliza no para de llorar. Quiero llorar también, pero no puedo y no quiero. ¡Maldición! Voy a ser fuerte por ellos porque me necesitan.

Morí mil veces al verla caer por la valla y no dudé ni un segundo en matar al maldito toro a tiros. Mis chicos escucharon los disparos y vinieron corriendo a ayudarme. Travis trajo la camioneta y me subí con mi esposa en brazos y todo el tiempo muerto de miedo porque ella no reaccionaba. ¡Maldito Barbudo! Debí matarlo hace tiempo y nada de esto hubiera pasado. ¡Estoy tan enojado conmigo mismo! Es mi maldita culpa que mi Trixy y mi hijo estén en esta situación. Estoy de un lado para el otro en la sala de espera. Me dicen que me calme, que me siente y me traen café, pero no quiero nada. Quiero a mi esposa y a mi hijo conmigo, sanos y salvos.

Cuando creo que ya me volví loco y estoy alucinando, veo al doctor salir por la puerta. Voy directo hacia él y luce intimidado, pero me importa una mierda. Le pregunto desesperado:

-¿Co...cómo están?

-¿Es el padre?

-¿Qué?

-El padre del bebé. ¿Es usted?

-Sí, soy yo. ¿Cómo están? ¡Es que no puede contestar una maldita pregunta! -le espeto molesto.

-Cálmate, Logan. -me aconseja don Augusto, pero no puedo.

El doctor anuncia:

-Ambos están bien. Es verdaderamente un milagro...-y no puedo escuchar nada más porque esas hermosas palabras, las que estaba rezando por escuchar, me derrumban completamente y del alivio, se me doblan las rodillas. Me siento al fin y poniendo las manos en mi cara...lloro.


* * *

Aunque me siento más liviana, no estoy en las nubes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Aunque me siento más liviana, no estoy en las nubes. ¿En dónde estoy? Aturdida, me despierto, pero enseguida noto que no estoy en los brazos de mi esposo. Abro los ojos y lo que veo es un techo blanco, sábanas blancas y una intravenosa en mi brazo izquierdo. Trato de levantarme, pero la voz de una mujer me dice que me calme y me acuesta de nuevo. Miro a la mujer amable, una enfermera...entonces recuerdo todo. Con voz ronca y desesperada, exclamo:

-¡Mi niño!

-Tranquila, tranquila, él está bien. Tuvimos que hacerle una cesárea de emergencia, pero su niño nació fuerte y sano. Usted sólo sufrió algunos moretones en su brazo y en la cadera por la caída. Es un milagro maravilloso.

-¿Dónde está? Quiero verlo, por favor. -le pido angustiada.

-Lo tenemos en la sala de cunas, no se desespere. Primero, llamaré al doctor para que la revise y le diré a su esposo que ya despertó. Él ha estado pegado a usted todo el tiempo. Salió hace un momento por algo de café. Usted descanse. -se va y me quedo acostada mirando el techo con ganas de llorar. Quiero ver a mi hijo.

Toco mi vientre y siento las vendas y también siento un poco de dolor, pero sobre todo, se siente tan vacío...

La puerta se abre de nuevo y miro esperando al doctor, pero no es él. Es mi esposo y me quedo impresionada por como se ve. Su rostro esta pálido, su hermoso cabello negro es un desastre enredado, su barba está crecida y sus ojos están rojos e hinchados.

-Logan... -digo ahogadamente y ya no puedo contener las lágrimas.

Él viene hacia a mi como un huracán. Me abraza fuertemente, lo siento temblar y sé que está llorando. No puedo soportarlo y lloro con él. Besa todo mi rostro y cada beso va aliviando la angustia y el dolor. Besa mis labios, los besa otra vez y otra vez y en cada beso, declara con voz ronca:

-Te amo, nena. Te amo, te amo...por favor perdóname.

-Logan...también te amo, demasiado. Perdóname tú a mí por favor... yo... -me calla con otro beso y negando dice:

-Amor, no hay nada que perdonar. Es mi culpa yo debí...

-¡No! -digo vehemente y acariciando su cabello, añado: -Después hablaremos de todo, amor. Ahora sólo abrázame y bésame. -él me besa y siento su amor, su veneración y luego nos quedamos abrazados y en silencio, hasta que le pregunto:

-El bebé...¿lo has visto?

-Aún no.

-Quiero verlo, Logan. ¿Porque no me lo traen? -sollozo.

-Cálmate, preciosa. -me consuela acariciando mis cabellos suavemente. -Imagino que ahora que estás despierta traerán a nuestro hijo. ¡Quiero verlo también!

Suspiro, le hago un ladito en la cama y lo invito: -Acuéstame conmigo, vaquero. -él sonríe y lo hace sin dudar.

Nos quedamos abrazados hasta que se abre la puerta nuevamente y entra el doctor, pero es la enfermera detrás de él y que viene empujando una cunita transparente, la que me quita el aliento. Logan también lo nota y le pasa lo mismo que a mí. La enfermera coloca la cunita a un lado de la cama y saca a mi bebé. Ella me lo entrega y casi me rompo cuando siento su cuerpecito tan frágil y liviano en mis brazos. Escucho a mi esposo jadear y murmurar: Dios mío. Alzo mi mirada hacia él y veo que su atractivo rostro está totalmente pasmado. Miro nuevamente a mi niño...y ¡él luce igual que Logan! Sus ojos se ven azulados, tiene mucho cabello negro y su piel rosada es suave y tersa. Su pequeña boca se abre para bostezar y luego hace un pequeño puchero que nos hace reír a ambos. El corazón retumba en mi pecho con un nuevo ritmo porque me he enamorado locamente y en segundos.

Escucho al doctor decir que todo está normal y que nos podremos ir en unos días. Vagamente, le contesto que tengo un poco de dolor y la enfermera me revisa una vez más; luego se va junto con el doctor para traerme la medicación. Nos quedamos los tres juntitos en hermoso silencio.

-Es tan hermoso, tan perfecto y huele celestial. -susurro embelesada por mi hijo y lo beso.

-Dios...es tan pequeño...y se parece a mí. -balbucea Logan con emoción, orgullo y creo que sigue conmocionado.

-Ten, cárgalo un ratito. -le ofrezco y él me mira emocionado.

Lo toma en sus fuertes brazos con mucho cuidado y ya no puedo contener mis lágrimas de felicidad al verlos juntos: padre e hijo. Aún tenemos cosas de que hablar, pero pueden esperar porque este momento es mágico, es perfecto y tan sublime, que nada debe arruinarlo. Miro a mis dos amores y me siento feliz, completa y agradecida con la vida.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Mi vaquero de al lado (Corrigiendo)Where stories live. Discover now