La Estudiante de Intercambio Justin Bieber & Tu

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-Buenos días -dijo Edward al verme bajar por las escaleras y entrar a la cocina.

-Buenos días. -dije y me senté a su lado. Segundos después, él me dio un cálido beso en la mejilla.

-¿Cómo dormiste? -me sonrió mientras me servía un vaso de jugo.

-Bien... -hice una mueca- aunque lo que me contaron ayer mis amigos, no fue tan agradable. -solté una risita-

-¿Jessica y Juan, si no me equivoco?

-Sip, ellos. -tomé un sorbo de jugo.

-¿Qué sucedió?

-amm... nada importante. -tomé una galletita- Te parece si salimos a caminar? -sonreí-

-Sería una muy buena idea, pero debemos abrigarnos mucho, está bastante frío.

-De acuerdo. -le sonreí y vi como su celular comenzó a sonar, hizo una seña de que lo espere y se alejó.

-Buenos días, linda. -me saludó Matt entrando a la cocina y se sentó enfrente mío.

-h...hola -dije tartamudeando al verlo con todo el cabello despeinado y sin remera, su pecho era todo marcado.

-Me pasas el café?

-Sí, t...toma. -lo agarré y se lo pasé- ¿No tienes frío? Digo... estas sin remera, y hacen cero grados, por poco. -reí-

-No. -rió y se sirvió café- te molesta que esté así? -alzó una ceja.

-N...no, claro que no. Es tú casa... no me molesta. Solo decía

-¿Te pongo nerviosa? -se levantó y comenzó a caminar lentamente hacia mí. ¿Qué no podía alejarse y listo? Provocarme no iba a solucionar todo.

-Te parece si... -dijo Edward entrando y se quedó mudo al ver a Matt cerca de mí- Veo que ya se conocen.

-Amm... -me levanté de mi silla, alejándome de ambos- de hecho nos conocimos ayer. -suspiré y miré mis dedos- ¿Ibas a decirme algo, amor? -dije tratando de evadir el tema-

-Sí... -miró fulminando a su hermano con la mirada, quién alzó los hombros y se sentó de nuevo en su silla, terminando su desayuno- Te decía si te parece irnos ahora. Ya sabes, a pasear y luego almorzamos en algún restaurante.

-Claro, me encantaría. Solo déjame cambiarme así nos vamos. -pasé por al lado de Edward pero sentí como la mirada de Matt seguía todos mis pasos.

Subí a mi cuarto, saqué unos jeans desgastados, una remera manga larga en tonos de blanco con unas flores celestes, mis converse, un saco y luego una campera abrigada. También me coloqué un gorro para mi cabeza de color blanco. Sí, estaba hecha un muñeco de nieve por toda la ropa que traía encima. Antes de bajar me lavé los dientes y cepillé mi cabello.

-No la vallas a tocar! -escuché a Edward mientras bajaba las escaleras.

-Tranquilo... no tengo intención alguna con ella. Solo quería ver cómo reaccionaba. -contestó Matt- Además, si estaría interesado, en este mismo momento estaría gritando mi nombre. -me quedé quieta y paralizada, sabiendo a lo que él se refería- Igual, yo no prometo nada. Si ella llegase a estar sola, no cabe duda que le sacaría toda esa ropa.

-Eres un infeliz. -gritó Edward.

Antes que siguieran discutiendo, entré a la cocina. - Ya estoy lista. -sonreí y ambos se quedaron mirándome.

-De acuerdo. -me miró y me dedicó una sonrisa- Vamos. -se colocó su campera, tomó mi mano, buscó sus llaves y ambos salimos de la casa- ____. -dijo cuando ambos estábamos en el auto-