𖠿 › Capítulo O9

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HOLAAA, VOLVÍ.
Go! Go! Gojo! ♡

Una disculpa por mi ausencia, la universidad ha estado consumiendo mi alma y mi creatividad. 💀

〝 𝗖 𝗮 𝗽 í 𝘁 𝘂 𝗹 𝗼   𝗢𝟵 〞

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𝗖 𝗮 𝗽 í 𝘁 𝘂 𝗹 𝗼   𝗢𝟵

El calor de un omega era un infierno, al menos el de Izuku lo era, pasándolo encerrado y en soledad con su omega interno llorando y suplicando por algún tipo de presencia alfa. Era doloroso, más sabiendo el hecho de no ser lo suficientemente bueno para algún alfa. Era joven, muy joven para tan siquiera preocuparse por esas cosas; sin embargo, solo él sabía cómo se sentía. Ser el omega rechazado no era para nada lindo, pues alguien como él solo ansiaba el calor honesto y romántico de una pareja. Ya ni siquiera le importaba si era alfa, un beta estaba bien, incluso otro omega, lo único que deseaba era ser tratado con amor y fidelidad por alguien que no fuera su madre ni sus amigos, justo como esas parejas en las películas. Era un pensamiento demasiado cursi y empalagoso, Izuku estaba consciente, pero era parte de su persona. Probablemente esa era una de las razones por las cuales espantaba a toda persona, cuando hablaba sobre parejas y la formación de una familia, quizás su intensidad en cuanto al amor asustaba a aquellos posibles candidatos, ¿pero qué podía hacer? Era algo que no podía cambiar de él, aún cuando ya lo había intentado.

No obstante, a pesar de todo eso, estaba el lado oscuro de aquellos calores. Izuku sabía el riesgo de entrar en celo ante una multitud y ser marcado a la fuerza. Un omega en calor se volvía vulnerable y hambriento en todo sentido sexual. No importaba si estaba emparejado o si estaba soltero, si era hembra o si era macho, la necesidad de ser criado y anudado siempre estaba presente durante y sus mentes se nublaban por la creciente necesidad de ser llenados. Por supuesto que se tenía el derecho de decidir si pasar el calor con algún alfa, incluso beta, o si prefería tomar supresores; sin embargo, siempre corría el riesgo de ser tomado a la fuerza. La sociedad podía estar actualizada y tener muchas leyes que protegían a los omega, y, aún así, todavía existían personas con ideas retrógradas y pensamientos iletrados que solo miraban a los omega como fábricas de bebés o complacencia.

Era una mierda, claro que sí. Izuku lo tenía en cuenta. Durante su desarrollo, de preadolescente recién presentado a un joven omega maduro, alimentó a su cabecita de información que recolectó de distintas fuentes para no carecer de conocimiento. Su madre le había ayudado en todo lo que pudo, pero aún así la experiencia de la mujer era casi irrelevante para lo que su hijo necesitaba, pues ella siendo una beta no podía aportar mucho a su cachorro. Aún así, Izuku estaba agradecido con su progenitora.

Inko era una madre cariñosa y siempre en alerta, más de lo que debería ser una madre promedio, e Izuku sabía las razones. La señora Midoriya siempre procuraba ser fuerte frente a él, pero Izuku desde pequeño era inteligente, tanto que incluso sabía del sufrimiento de su madre por ser una beta. Su padre, en cambio, ni siquiera merecía ser llamado padre ni en retraro. Izuku lo aborrecía. El hombre los había abandonado tan solo se enteró que su madre estaba preñada. Hisashi, como se llamaba el hombre, era un alfa que se había encaprichado con su madre; un patán que le había prometido vacíos dolorosos y quien la abandonó en el momento en que llegó la hora de comprometerse con un omega.

casa alfaWhere stories live. Discover now