𝘙𝘦𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘰.

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El invierno se acercaba, el frío congelaba las delicadas hojas de los árboles. No faltaba mucho para que la blancura llenará a Hyrule. 

Las mejillas cálidas de Twilight se tiñeron de un tenue rojo mas la punta de su nariz relucía un tono similar. Este se encontraba metido entre sus pensamientos, hace menos de una semana que tuvo su encuentro con el blondo y la curiosidad nublaba su mente. 

Ese chico era una combinación de valentia y belleza. Lo reconocía, admiró sus movimientos intrépidos y rápidos, aunque la envidia por ser mejor yacía en él y gracias a esto no se daría por vencido, entrenaría arduamente con tal de ser mejor que ese pelos de elote. 

Después del "agradable" momento, Midna le insistió en saber si ya se conocían de antes, ya que sus miradas mostraban un sentimiento de añoranza, pero siempre salía la misma respuesta: "No, nunca lo he visto", y con eso dejaba el tema de lado. A su suerte dejó el entrenamiento temporalmente, debía enfocarse en los exámenes que se avecinaban y aprobar el año.

Cada noche los sueños eran más claros, pudiendo ver con mayor luminosidad la cara del espadachín de cabellera dorada. Para ser sincero, su silueta era parecida al joven que logró derrotarlo. 

Su raciocinio comenzó a divagar entre las relaciones de estos dos. Trató de no pensar demasiado y despejar su mente. 

Caminó rumbo a la escuela, le esperaban unas agonizantes horas.





















El fin del horario escolar terminó, junto con el último examen. 

Salió del plantel rumbo a una pequeña plaza, iría a ver las opciones de trajes. Quedaban menos de dos semanas para el baile de graduación y sin la ayuda de Midna que prefirió irse con sus amigas, sería difícil encontrar uno que le quede perfecto. 

Sacó su celular para entretenerse un poco en lo que llegaba a su destino, sin fijarse mucho por donde iba. Una buena consecuencia

Su apreciado celular cayó por el suelo, probablemente rompiendose en el acto. El no estar activo y no mirar por donde caminaba hizo que chocará cierta rubia. 

—¡Lo lamento! fue mi culpa— dijo la chica recogiendo rápidamente el teléfono del moreno extendiéndoselo.

—¿Se ecuentra bien? ¡no sabía por donde iba, lo siento!- lo tomó y recogió las pocas bolsas de la chica del piso, hizo una pequeña reverencia mostrando su sincera disculpa, dandole sus pertenencias. Se levantó lentamente y miró el rostro de ella. 

Aunque pasaron muchos años la reconoció al instante, conocía esa pequeña sonrisa de vergüenza y esa mirada esmeralda. Su primer amor y amiga de la infancia. 

—¿Zelda?, ¿No me recuerdas?. Soy Twilight, éramos amigos en el preescolar. 

Eran compañeros y muy buenos amigos en la infancia, lamentablemente esta se tuvo que mudar por el trabajo de su padre y a petición del mismo, así que prometieron reunirse en un futuro. 

—¡Oh, Twi!, si que eres tú, que gusto verte de nuevo, han pasado años. Mirate ya no eres el niño lleno de tierra que eras antes— soltó una pequeña risa, esa era una anécdota divertida de recordar. 

—¿De todas las cosas que podías mencionar, dices eso?, que respeto me tienes— la miró con una falsa indignación y un tono burlón.

Así continuó la conversación, entre risas y recuerdos, tomándose la tarde para ponerse al corriente de la vida del otro. 

Además, Zelda terminó ayudandole a elegir su smokin.





























𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼.  [𝑾𝒊𝒍𝒅𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕.]Where stories live. Discover now