Especial: Flores Amarillas

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Situado en el futuro.

Mi día había empezado de la mejor manera posible, me levanté con el sol en mi bella carita y con el mejor ánimo para ir a estudiar a las condenadas doce del mediodía, con el calor que derrite tus pensamientos.
Era divino, hasta que me metí al insta a ver, y lo único que veo son puras historias de los hormonales que pueden sacar su teléfono hasta las 12 y presumir al mundo entero que tienen unas feas y mugrosas flores amarillas.
Mi felicidad cayó hasta el parqueo subterráneo de mi humilde casita de más de quinientos metros cuadrados; hoy era 21 de marzo; el día para dar flores amarillas a tu ser amado, obvio yo ya tengo al hombre más bello, después de mí of curse, que haya pisado este planeta.

Y bueno aquí me tienen 10 minutos antes de la entrada buscando unas pinches flores amarillas, odio a la maldita floricienta, como no se pudo conformar con unas simples florecitas rosadas o blancas. Pero no, la niña se quería hacer la interesante pidiendo flores amarillas.

Por fin las conseguí.  Odio la presión social que me generó buscar flores amarillas, para que lo más probable sea que el tipo ese ni se acuerde y me quedé con cara de payaso con un ramo más grande que mi ego, es por eso que me recordé que no necesito seguir a la corriente porque el estereotipo social soy yo, y deje las flores en mi carro.

O sea, si quiero darle algo bonito, pero debe tomar la iniciativa, si él me da algo yo le doy mi amor simbolizado en rosas amarillas, y si no; me ahorro la vergüenza de andar con 200 pesos en flores de arriba para abajo en el colegio, y se las regalo a Melanie.

Entre al salón y vi que había tres racimos de flores en mi escritorio, ya lo sabía, soy tan hermoso que hasta yo gastaría para darme flores, de hecho, no es mala idea; aunque esté a nada de estar en altar, me considero como una obra de arte, me pueden ver, pero no tocar. Mis impulsos me retaron a ver al escritorio de Daniel y solo vi dos flores, una era de la típica niña que trae para todo el salón, nada de hate porque es un gesto bonito, pero la otra era de una posible amenaza que obviamente no voy a dejar pasar. 

Cuando lo vi entrar, traía una bolsa negra, realmente me emocioné e hice la pose más seductora pero sin ser demasiado obvio, una pose que puede enamorar al cualquiera, y me le quedé viendo con mis ojos de encanto. Y el hombre solo me dio una sonrisa de lado, una encantadora sonrisa, y siguió de largo, no me dijo nada, ni un "buenos días".

Yo me considero un hombre muy paciente y respeto a mi novio y el ritmo que quiera llevar.

Pero esto es DEMASIADO, lleva más de 3 períodos sin decirme nada, ni hacer nada, ya he ido 13,000 veces al baño para regresar y ver mágicamente flores o una carta o un chocolate, aunque sea. PERO NO HAY NADA.

Mientras pensaba cómo matar a ese hombre, sonó la campana del receso, y como yo no soy pobre, voy a comprar mi comida a la cafetería.  Mi expectativas subieron cuando lo vi acercarse con la bolsa negra, me sentía preparado, pero de la nada saca un pan y una galleta.

Listo hasta aquí llego todo.

Sentí la mirada del moreno más guapo del mundo, o sea mi próximo no novio, pero aún así me fui con mi orgullo y mi hambre.

Ya iba con mi hamburguesita a la clase cuando sentí que una presencia me jaló al baño, fue un pequeño dejá vu.
Examinemos la situación, apartando lo antihigiénico qué es entrar con la comida que vas a ingerir al baño, ¿ok?

Mi amado futuro no amado, me sentó en la taza del baño y las pocas chances de hacer esto romántico se rompieron en cuánto abrió la boca

-¿Estás enfermito?

Qué

Mis pensamientos traspasaron mi mente, y se reflejaron en mi rostro, porque Daniel rápidamente se justificó

- Es que desde que estábamos en inglés has estado yendo al baño a cada rato, ¿Seguro qué no estás malito?
Te puedo conseguir pastillas si quieres, la farmacia esta bien cerca, solo me saltó la pared y llego.

Su cara de preocupación me hizo reconsiderar dejar que sea mi novio de nuevo, pero como la regla número uno de la filosofía de mi vida dice: "El ego antes que eso".

Me levanté del baño y estaba dispuesto a salir de allí, cuando de la nada sentí que me tomaba de los hombros y me acercaba a él, lo escuche reírse y me besó la mejilla.

- Ay, ¿mi principito se enojó porque no le di florecitas?

Había tanta burla en esa oración que juro que me estaba preparando para cometer crímenes de odio, cuando apareció en mi campo visual un ramo de flores amarillas.

AAH JURO QUE AMO A ESTE HOMBRE.

Las flores eran la cosa más bonita que vi, que hasta me da vergüenza admitir que yo conseguí las de él 10 minutos antes, porque las suyas se miraban hechas con amor y tiempo.

Lo recontrato como mi novio otra vez.

love at first robbery;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora