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Hacia el atardecer y después de releer por milésima vez el expediente de mi madre, no me quedan dudas: el GHB o más conocido como "éxtasis líquido" fue el responsable de las sospechosas muertes

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Hacia el atardecer y después de releer por milésima vez el expediente de mi madre, no me quedan dudas: el GHB o más conocido como "éxtasis líquido" fue el responsable de las sospechosas muertes. Para nada se compara con la euforia de la droga conocida solo como "éxtasis". No, por el contrario, el GHB fue suministrado durante muchos años a pacientes psiquiátricos con el fin de tratar la narcolepsia y las adicciones a la cocaína y la heroína.

Incolora, es fácilmente soluble en un vaso de agua que cualquiera puede tomar sin sospechar de su existencia.

Aun en tela de juicio sobre si es realmente un neurotransmisor, se ha descubierto que en grandes dosis suele causar estados confusionales. En el caso de mi madre, el exceso le causó un colapso nervioso y un coma casi inmediato. La droga, que en el organismo desaparece en menos de un día, era el arma perfecta y prácticamente indetectable hacia la hora que le realizaron la autopsia.

Las numerosas pastillas que estaban en su dormitorio, los blísteres vacíos y su viudez, en apariencia no superada, fueron concluyentes y la policía -inepta - no se preocupó más.

Lo más extraño, es que nadie sabía que estaba en pareja ni que estaba viéndose con alguien cuyo nombre era Albert Collins.

Albert solo había pisado dos veces mi casa y ambas fueron por la noche.

El tipo no se desplazaba en su propio vehículo sino en taxi. Perspicaz, nadie podría identificarlo a simple vista.

No participó del funeral de mi madre, lo cual levantó mis sospechas años más tarde, cuando la profesión y la experiencia me dieron más herramientas: ¿cómo es que no asistió al velatorio de la mujer a la que frecuentaba?¿Cómo es que los compañeros de trabajo de mamá no conocían a nadie llamado "Albert"?

Durante algunos meses repetí su nombre, pero nadie atendía mis dichos. Los discos de Phil Collins en el viejo mueble de papá, hicieron pensar que yo había tomado su apellido e inventado un ente a quien culpar.

Los peritos, supuestos expertos en niños con traumas, creyeron que se trataba de un amigo imaginario; cuando detallé la ropa que llevaba la última noche en que vino a cenar, sospechaban que hablaba del fantasma de mi padre muerto.

Sí, la contextura física de los hombres era similar y la apariencia de Collins no distaba de los jeans y las camisas que papá solía usar, pero creer que eran la misma persona resultaba inadmisible.

Nadie me ayudó.

Fue fácil ponerme a disposición de la justicia y del sistema como si fuera un paquete y deshacerse de un niño con el corazón destrozado, tildado de fantasioso y que ya mostraba signos de rebeldía.

Sin familia de sangre que me reclamara, dolió mucho crecer en un entorno al que no le importaba mi salud mental. No padecí maltratos, lo cual agradezco hasta el día de hoy. Intentar descollar en un grupo de diez chicos que pujaban por ser adoptados, conquistar a cientos de parejas que se acercaban a vernos como si fuéramos monitos de circo, fue duro.

"Soy tu venganza" CompletaWhere stories live. Discover now