Ⳋ ꒰ dear dream ꒱ ノ
★ ︐ AFTERGLOW ！៹ mirai estaba sola, perdida y en peligro, y también lista para aferrarse a aquello que le brindara un poco de seguridad. le temía a todo y a todos, sin embargo, levi apareció como una luz en el in...
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i feel i'm falling in love with all my heart
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ROSE WALL : 850 🕯️୨♡୧ ִ°
No existía nada que hiciera a Mirai feliz que montar a caballo, sobre todo junto a su inseparable compañera: Lena. Y algo que disfrutaba mucho más era el hecho de cabalgar junto a Levi cuando estaban dentro de las murallas, mejor aún si solo eran ellos dos, porque entonces no había necesidad de estar tensa.
El azabache y ella se dirigían al castillo donde se encontraba escondido Eren, habían vuelto a la ciudad para reunirse con Erwin y que este les informara sobre los próximos planes de la Legión de Reconocimiento; mientras Hange experimentaba con el Jaeger, se prepararía una expedición para el siguiente mes. La rubia no tenía pensamientos al respecto, ya que no quería desperdiciar el tiempo que tenían en prestarle atención a esa parte suya que gritaba que algo malo ocurriría, siempre era igual.
El sol resplandecía con fuerza en el cielo y se filtraba por los espacios que las hojas de los arboles no cubrían. El calor sofocaba de manera leve al par que cabalgaba lado a lado, en un silencio completo. Estaban rodeados de la naturaleza y lo único que se podía escuchar a su alrededor era el galope de sus caballos, un arroyo a lo lejos y el cantar de los pajaritos a su alrededor; aunque en realidad no les molestaba, puesto que ninguno de los dos era del tipo de persona que hablaba demasiado.
—Te reto a una carrera —habló Mirai para romper el hielo, inclinándose de manera leve en su asiento para tronarse la espalda.
El azabache rodó los ojos y suspiró en respuesta.
Para Levi, la rubia se había convertido en una niña pequeña e inmadura dentro del cuerpo de una mujer adulta: siempre huyendo, siempre escondiéndose y siempre deseosa de jugar a cualquier cosa con él; además, tal cual un infante, todo el tiempo buscaba de su aprobación. Mirai nunca despegaba su mirada del azabache para que él pudiera reconocerla, para que viera y se enorgulleciera cada vez que hacía algo por su cuenta.
