18: El escondite

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Jueves 11 de mayo, 2023

—Este hotel es enorme, molaría jugar al escondite—. Dijo Rodrigo de repente con tono desinteresado.

Era por la mañana y ya habíamos acabado de desayunar por lo que después nos habíamos movido a la zona de sofás y sillones al lado de recepción. Yo estaba sentada al borde del sofá bastante apretada, mientras que Maddie estaba tumbada ocupando más de medio sofá con la cabeza apoyada en mi regazo. Había gente que había tenido menos suerte y se habían tenido que sentar o tumbar en la alfombra del suelo porque no quedaban sitios en los sofás. Levanté la cabeza y miré a mi alrededor: la mayoría estaban con el móvil o conversando tranquilamente con el de al lado, pero todos parecían aburridos y cansados.

—Es una muy buena idea, hay un montón de sitios para esconderse—. Dije dándole la razón.

—¿Quién se apunta?— Preguntó Lucas también interesado en participar.

Varias personas apagaron el móvil, se incorporaron y dieron a entender que se apuntaban. El ambiente había cambiado, ya no era un ambiente aburrido y tranquilo, si no más bien uno animado.

—Buah, que pereza—. Dijo Maddie que no se había molestado en incorporarse y seguía teniendo su cabeza en mi regazo.

—Venga Maddie, que va a ser divertido, juega con nosotros—. La animé quitándole el móvil de las manos para que nos prestará atención.

—¿No es un poco infantil? Hace años que no juego—. Se quejó uno de los chicos del equipo de Lucas.

—¿Que más dará? Lo vamos a pasar bien, además es mejor que estar aquí aburridos sin hacer nada.

—Vengaaa, me apunto, me habéis convencido—. Dijo finalmente Maddie incorporándose.

Después de un largo rato convenciendo a los que habían dicho que pasaban, todos accedimos a jugar. Decidimos que habría dos personas que buscan ya que el hotel era muy grande y éramos demasiados. Establecimos unos límites, por ejemplo, no podías esconderte dentro nuestros dormitorios pero si en los pasillos. Por último rifamos para ver quienes buscaban, hicimos un sorteo para elegir a una persona al azar y después esa persona tenía que elegir a otra para que buscaran juntos.

Metimos todos los nombres en una aplicación de sorteos y la aplicación sacó el nombre de Rodrigo.

—Tío siempre me quedo yo con la parte aburrida—. Se quejó. —Además yo he propuesto el juego, lo justo sería que la llevara otro.

—De eso nada, te ha tocado a tí —. Le rebatió Maddie con tono firme. —Deja de quejarte, buscar no es tan aburrido.

—¿No te parece aburrido? Pues entonces vas a buscar conmigo—. Le respondió Rodrigo con tono vacilón.

Crucé miradas con Lucas que levantó las cejas y me enseñó una sonrisa divertida por la situación.

—No no, de eso nada. Yo prefiero esconderme—. Le respondió Maddie en modo defensivo.

—Deja de quejarte, buscar no es tan aburrido—. Le imitó Rodrigo utilizando las palabras de Maddie y un tono bastante agudo.

Maddie rodó los ojos desesperada y se cruzó de brazos. Acababan de usar sus palabras en su contra, ella sabía que no podía hacer nada.

Cuando Maddie y Rodrigo consiguieron por fin aceptar que les tocaba buscar y ponerse a contar, los demás corrimos a escondernos.

Yo ya tenía pensado mi escondite desde hace rato, así que en cuanto se pusieron a contar corrí hacia la puerta para salir a la piscina del hotel. Corrí hasta hallarme en una especie de cabaña al lado de la piscina. Me escondí detrás de esta y saqué el móvil para esperar a que me encontraran.

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